¡Ay, patata! Parece mentira, pero este año nos ha tocado despedirnos de figuras largamente queridas y fundamentales para nuestra cultura nacional. Semana tras semana, las notícias nos golpean con la partida de artistas y personalidades que marcaron un antes y un después en Costa Rica, dejando un vacío enorme en el panorama cultural. La más reciente en unirse a la galería de recuerdos es Ani Brenes, escritora y maestra jubilada, cuyo legado perdurará a través de sus historias infantiles y juveniles.
Para muchos, el nombre de Ani Brenes evocará inmediatamente 'Pequeñas Travesuras' y 'Las Vueltas del Amor', dos de sus trabajos más emblemáticos que conquistaron el corazón de generaciones de niños y jóvenes. En 1997, recibió merecidamente el prestigioso Premio Carmen Lyra, consolidando su posición como una voz esencial en la literatura costarricense dedicada a nuestro público más joven. Su labor no solo enriqueció la imaginación de miles, sino que también inspiró a otros a explorar el poder de la palabra escrita para transmitir valores y fomentar la creatividad. ¡Qué pena que ya no esté para ver cómo sigue creciendo su legado!
Pero la partida de Ani Brenes no es la única que nos ha dolido. Recordemos apenas hace unas semanas, el sensible fallecimiento de Gonzalo Castellón Vargas, un verdadero polihistórico. Abogado, tenor, historiador y escritor, Castellón era un hombre de mil talentos, cuya versatilidad asombraba a quienes lo conocían. Su trayectoria como tenor lo llevó a escenarios internacionales, interpretando un amplio repertorio con maestría y pasión. Además, su rol como abogado penalista demostraba su intelecto agudo y su compromiso con la justicia. Era casado con Lidia Duverrán, exviolinista de la Orquesta Sinfónica Nacional, un matrimonio lleno de arte y talento.
Y si pensábamos que el dolor se atenuaba, llegó la noticia del fallecimiento de Marina Volio Brenes, otra figura prominente en la historia de Costa Rica. Abogada, historiadora y exministra de Cultura entre 1978 y 1982, Volio Brenes dejó una huella imborrable en el fomento de las artes. Durante su gestión, se fundó la Compañía Nacional de Danza y el programa artístico del Teatro Popular Melico Salazar, instituciones que han contribuido significativamente al desarrollo de las expresiones artísticas en el país. Su visión y liderazgo impulsaron la promoción de las artes visuales y escénicas, sentando las bases para un florecimiento cultural que seguimos disfrutando hoy en día. Diay, qué grande fue esa señora.
No podemos olvidar tampoco a Édgar Zúñiga Jiménez, maestro de la escultura y la pintura, quien nos dejó a principios de junio a los 74 años. Zúñiga fue un artista innovador, capaz de fusionar la abstracción, el arte figurativo y el expresionismo con elementos geométricos, creando obras de gran impacto visual y conceptual. Sus esculturas monumentales en acero, bronce, mármol, resina y madera adornan plazas y parques públicos de todo el país, testimoniando su profundo compromiso con la integración del arte en la vida cotidiana. Sus creaciones siempre reflejaban un marcado carácter conmemorativo, ambiental y social. Un mae creativo de verdad.
Además de Zúñiga, también perdimos a Néstor Zeledón, otro gigante de las artes plásticas. Zeledón fue un dibujante y escultor fundamental en el surgimiento del arte abstracto en Costa Rica, siendo miembro fundador del influyente Grupo de los Ocho. Su obra abstracta, especialmente durante las décadas de 60 y 70, desafió las convenciones estéticas de la época, abriendo camino a nuevas formas de expresión artística. Posteriormente, exploró el expresionismo y el naturalismo, ampliando aún más su rango creativo. Una verdadera leyenda que dejó un legado invaluable para el arte costarricense.
Es difícil encontrarle sentido a una sucesión tan dolorosa de pérdidas. Estas partidas dejan un hueco enorme en nuestra sociedad, pero también nos invitan a reflexionar sobre la importancia de valorar y preservar nuestro patrimonio cultural. Reconocer el esfuerzo y la dedicación de estos artistas, maestros e intelectuales es nuestro deber, así como difundir su obra para que siga inspirando a futuras generaciones. ¡Qué torta perder tantos referentes en poco tiempo!
Con tantas figuras destacadas dejándonos, ¿cree usted que el gobierno actual está haciendo lo suficiente para proteger y promover las artes y la cultura en Costa Rica, o debería haber medidas más urgentes para apoyar a los artistas y asegurar que su legado continúe vivo? Dejen sus opiniones aquí abajo, ¡queremos saber qué piensa el foro sobre esto!
Para muchos, el nombre de Ani Brenes evocará inmediatamente 'Pequeñas Travesuras' y 'Las Vueltas del Amor', dos de sus trabajos más emblemáticos que conquistaron el corazón de generaciones de niños y jóvenes. En 1997, recibió merecidamente el prestigioso Premio Carmen Lyra, consolidando su posición como una voz esencial en la literatura costarricense dedicada a nuestro público más joven. Su labor no solo enriqueció la imaginación de miles, sino que también inspiró a otros a explorar el poder de la palabra escrita para transmitir valores y fomentar la creatividad. ¡Qué pena que ya no esté para ver cómo sigue creciendo su legado!
Pero la partida de Ani Brenes no es la única que nos ha dolido. Recordemos apenas hace unas semanas, el sensible fallecimiento de Gonzalo Castellón Vargas, un verdadero polihistórico. Abogado, tenor, historiador y escritor, Castellón era un hombre de mil talentos, cuya versatilidad asombraba a quienes lo conocían. Su trayectoria como tenor lo llevó a escenarios internacionales, interpretando un amplio repertorio con maestría y pasión. Además, su rol como abogado penalista demostraba su intelecto agudo y su compromiso con la justicia. Era casado con Lidia Duverrán, exviolinista de la Orquesta Sinfónica Nacional, un matrimonio lleno de arte y talento.
Y si pensábamos que el dolor se atenuaba, llegó la noticia del fallecimiento de Marina Volio Brenes, otra figura prominente en la historia de Costa Rica. Abogada, historiadora y exministra de Cultura entre 1978 y 1982, Volio Brenes dejó una huella imborrable en el fomento de las artes. Durante su gestión, se fundó la Compañía Nacional de Danza y el programa artístico del Teatro Popular Melico Salazar, instituciones que han contribuido significativamente al desarrollo de las expresiones artísticas en el país. Su visión y liderazgo impulsaron la promoción de las artes visuales y escénicas, sentando las bases para un florecimiento cultural que seguimos disfrutando hoy en día. Diay, qué grande fue esa señora.
No podemos olvidar tampoco a Édgar Zúñiga Jiménez, maestro de la escultura y la pintura, quien nos dejó a principios de junio a los 74 años. Zúñiga fue un artista innovador, capaz de fusionar la abstracción, el arte figurativo y el expresionismo con elementos geométricos, creando obras de gran impacto visual y conceptual. Sus esculturas monumentales en acero, bronce, mármol, resina y madera adornan plazas y parques públicos de todo el país, testimoniando su profundo compromiso con la integración del arte en la vida cotidiana. Sus creaciones siempre reflejaban un marcado carácter conmemorativo, ambiental y social. Un mae creativo de verdad.
Además de Zúñiga, también perdimos a Néstor Zeledón, otro gigante de las artes plásticas. Zeledón fue un dibujante y escultor fundamental en el surgimiento del arte abstracto en Costa Rica, siendo miembro fundador del influyente Grupo de los Ocho. Su obra abstracta, especialmente durante las décadas de 60 y 70, desafió las convenciones estéticas de la época, abriendo camino a nuevas formas de expresión artística. Posteriormente, exploró el expresionismo y el naturalismo, ampliando aún más su rango creativo. Una verdadera leyenda que dejó un legado invaluable para el arte costarricense.
Es difícil encontrarle sentido a una sucesión tan dolorosa de pérdidas. Estas partidas dejan un hueco enorme en nuestra sociedad, pero también nos invitan a reflexionar sobre la importancia de valorar y preservar nuestro patrimonio cultural. Reconocer el esfuerzo y la dedicación de estos artistas, maestros e intelectuales es nuestro deber, así como difundir su obra para que siga inspirando a futuras generaciones. ¡Qué torta perder tantos referentes en poco tiempo!
Con tantas figuras destacadas dejándonos, ¿cree usted que el gobierno actual está haciendo lo suficiente para proteger y promover las artes y la cultura en Costa Rica, o debería haber medidas más urgentes para apoyar a los artistas y asegurar que su legado continúe vivo? Dejen sus opiniones aquí abajo, ¡queremos saber qué piensa el foro sobre esto!