¡Ay, pata! Quién iba a decir que nuestro querido Hospital San Juan de Dios estaría dando que hablar a nivel mundial. Resulta que nuestros cardiólogos, esos hacedores de milagros, lograron utilizar por primera vez en Costa Rica un aparatito llamado Impella, un verdadero salvavidas para corazones en aprietos. Esto pasó el 30 de octubre, y la verdad, nos dejó a todos boquiabiertos.
Para ponerlos en el rollo, el Impella es como una pequeña bomba hidráulica que ayuda al corazón cuando este ya no da más. Imaginen la bronca: un paciente con una enfermedad coronaria bien avanzadilla, con el corazón casi colapsado, y los médicos buscando una solución que antes ni siquiera existía en nuestro país. Esta movida es parte de un esfuerzo continuo de la Caja Costarricense de Seguro Social (CCSS) para traer avances tecnológicos que beneficien a todos los ticos, porque, díganle a quién corresponda, la salud es un derecho, no un lujo.
Geovanny González Miranda, un señor de 61 años, fue el protagonista de esta historia épica. Él había sufrido un ataque al corazón en agosto y su corazón estaba medio apagadito, con una fracción de eyección del 21%. Eso quiere decir que apenas estaba bombeando un poquito de sangre. Lo trajeron al San Juan de Dios pensando que ya estaba feo, pero gracias al Impella pudieron hacer una intervención super compleja sin que el pobre hombre se fuera al traste.
Lo más impresionante es cómo hicieron la jugada. Según el doctor Jorge Arauz Chavarría, jefe de Cardiología, insertaron el dispositivo a través de una arteria femoral (una vena de la pierna) y así abrieron unas arterias muy endurecidas, repletas de calcio. Además, usaron una técnica llamada 'rotablator' para quitarle el exceso de piedra a esas arterias, mientras que el monitor del Impella les mostraba en tiempo real cómo andaba el corazón. ¡Un show de precisión!
Después de 24 horitas, sacaron el Impella cuando vieron que el paciente estaba establedio y su corazón empezó a recuperar fuerzas. Pasó de tener un 21% de capacidad a un 40%, ¡qué chivaton! Luego lo estuvieron vigilando en la unidad coronaria y lo dieron de alta unos días después, listo para empezar su rehabilitación. Uno se pone contento viendo historias así, que demuestran que la ciencia y la medicina pueden hacer maravillas.
Mónica Taylor, la presidenta ejecutiva de la CCSS, no pudo evitar destacar la importancia de esto. Dijo que ahora tenemos más opciones de tratamiento para nosotros los asegurados, y el doctor Alexander Sánchez recalcó que Costa Rica se suma a un grupito selecto de países latinoamericanos que tienen acceso a esta tecnología tan sofisticada. Es como si le diéramos una patadita al mundo entero, demostrando que acá también sabemos hacer las cosas bien.
La doctora María Eugenia Villalta Bonilla, directora del hospital, también expresó su alegría, señalando que ahora podrán atender con más seguridad a personas con problemas del corazón muy complicados. Y vaya que este caso de don Geovanny es prueba de ello; un señor que recuperó la vida gracias a la innovación y al talento de nuestros profesionales de la salud. ¡Una verdadera inspiración!
En fin, una movida histórica para la medicina costarricense, que demuestra que podemos estar a la vanguardia en temas de salud. Pero dime, ¿crees que deberíamos invertir aún más en estas tecnologías de punta, aunque eso signifique un aumento en las tarifas de la CCSS? ¿O es preferible enfocarnos en fortalecer la atención primaria y prevenir enfermedades?
Para ponerlos en el rollo, el Impella es como una pequeña bomba hidráulica que ayuda al corazón cuando este ya no da más. Imaginen la bronca: un paciente con una enfermedad coronaria bien avanzadilla, con el corazón casi colapsado, y los médicos buscando una solución que antes ni siquiera existía en nuestro país. Esta movida es parte de un esfuerzo continuo de la Caja Costarricense de Seguro Social (CCSS) para traer avances tecnológicos que beneficien a todos los ticos, porque, díganle a quién corresponda, la salud es un derecho, no un lujo.
Geovanny González Miranda, un señor de 61 años, fue el protagonista de esta historia épica. Él había sufrido un ataque al corazón en agosto y su corazón estaba medio apagadito, con una fracción de eyección del 21%. Eso quiere decir que apenas estaba bombeando un poquito de sangre. Lo trajeron al San Juan de Dios pensando que ya estaba feo, pero gracias al Impella pudieron hacer una intervención super compleja sin que el pobre hombre se fuera al traste.
Lo más impresionante es cómo hicieron la jugada. Según el doctor Jorge Arauz Chavarría, jefe de Cardiología, insertaron el dispositivo a través de una arteria femoral (una vena de la pierna) y así abrieron unas arterias muy endurecidas, repletas de calcio. Además, usaron una técnica llamada 'rotablator' para quitarle el exceso de piedra a esas arterias, mientras que el monitor del Impella les mostraba en tiempo real cómo andaba el corazón. ¡Un show de precisión!
Después de 24 horitas, sacaron el Impella cuando vieron que el paciente estaba establedio y su corazón empezó a recuperar fuerzas. Pasó de tener un 21% de capacidad a un 40%, ¡qué chivaton! Luego lo estuvieron vigilando en la unidad coronaria y lo dieron de alta unos días después, listo para empezar su rehabilitación. Uno se pone contento viendo historias así, que demuestran que la ciencia y la medicina pueden hacer maravillas.
Mónica Taylor, la presidenta ejecutiva de la CCSS, no pudo evitar destacar la importancia de esto. Dijo que ahora tenemos más opciones de tratamiento para nosotros los asegurados, y el doctor Alexander Sánchez recalcó que Costa Rica se suma a un grupito selecto de países latinoamericanos que tienen acceso a esta tecnología tan sofisticada. Es como si le diéramos una patadita al mundo entero, demostrando que acá también sabemos hacer las cosas bien.
La doctora María Eugenia Villalta Bonilla, directora del hospital, también expresó su alegría, señalando que ahora podrán atender con más seguridad a personas con problemas del corazón muy complicados. Y vaya que este caso de don Geovanny es prueba de ello; un señor que recuperó la vida gracias a la innovación y al talento de nuestros profesionales de la salud. ¡Una verdadera inspiración!
En fin, una movida histórica para la medicina costarricense, que demuestra que podemos estar a la vanguardia en temas de salud. Pero dime, ¿crees que deberíamos invertir aún más en estas tecnologías de punta, aunque eso signifique un aumento en las tarifas de la CCSS? ¿O es preferible enfocarnos en fortalecer la atención primaria y prevenir enfermedades?
