¡Ay, Dios mío, qué alegría poder contarte esto! Resulta que el Instituto Clodomiro Picado de la UCR acaba de celebrar sus 55 años de existencia, y créeme, no es cualquier celebración. Este lugar ha estado salvando vidas a diestra y siniestra, luchando contra las mordeduras de serpientes de una manera que pocos imaginan. ¡Es pura gallardía!
Si te soy sincera, yo siempre pensé que era cosa de científicos aburridos encerrados en un laboratorio, pero resulta que el ICP-UCR es mucho más que eso. Han producido cerca de cuatro millones de sueros antiofídicos, una verdadera hazaña si consideramos que somos un país chiquito como nosotros. Imagínate, millones de frascos destinados a frenar el paso de la muerte.
Y no pienses que un solo frasco es suficiente para solucionar el problema, ¡para nada! Dependiendo de la gravedad de la mordedura y del tipo de serpiente, un paciente podría necesitar entre cinco y diez frascos. ¿Te das cuenta de la magnitud del trabajo? Con serpientes como la terciopelo, la cosa se pone seria porque el veneno puede mandar a uno al otro mundo en cuestión de horas. Ahí es donde entra en juego la rapidez y la eficiencia del Instituto.
Desde hace más de medio siglo, el ICP-UCR ha estado corriendo contra el tiempo, elaborando el único medicamento que realmente marca la diferencia entre vivir y morir. Un país como Costa Rica, con todos sus desafíos, logra demostrarle al mundo entero que, con ciencia y dedicación, se pueden hacer cosas increíbles. El doctor José María Gutiérrez, un ícono de la ciencia tica, lo expresó perfecto: han solucionado un problemón de salud pública, ¡y vaya que lo han hecho bien!
Lo más bacán de todo es que el ICP-UCR no solo ayuda a Costa Rica, sino que también le extiende una mano a otros países de Centroamérica y hasta a naciones lejanas como Ecuador, Perú, Kenia, ¡hasta a Burkina Faso! Incluso Médicos Sin Fronteras utiliza sus antídotos en zonas donde la asistencia médica es prácticamente inexistente. ¿No es admirable ver cómo nuestra ciencia puede trascender fronteras?
Pero, ¿qué pasa cuando las grandes farmacéuticas no se interesan en producir estos sueros? Pues ahí es donde entra el compromiso del ICP-UCR. Producen alrededor de 120 mil frascos al año, desafiando la apatía del mercado y priorizando la vida humana. Y hablando de resultados, mira nomás: en Eswatini lograron reducir a cero las muertes por envenenamiento ofídico gracias al trabajo del Instituto. ¡Eso sí es un logro que hay que aplaudir!
Y no creas que el ICP-UCR solo se dedica a fabricar sueros. Son unos investigadores de lujo que estudian los venenos de ranas, escorpiones e incluso bacterias. Están buscando nuevos inhibidores para combatir toxinas y trabajando en proyectos de inmunología y cáncer. ¡Se les cae el conocimiento por los costados! Y no solo eso, sino que capacitan a personal médico y trabajan directamente con comunidades vulnerables en lugares como Talamanca, Turrialba y Limón. ¡Son unos verdaderos héroes anónimos!
Ahora dime, mi pana: considerando el impacto global del Instituto Clodomiro Picado y su dedicación a la salud pública, ¿crees que el gobierno debería invertir aún más en ciencia y tecnología nacional para fortalecer iniciativas como esta y asegurar un futuro más seguro para nuestras próximas generaciones?
Si te soy sincera, yo siempre pensé que era cosa de científicos aburridos encerrados en un laboratorio, pero resulta que el ICP-UCR es mucho más que eso. Han producido cerca de cuatro millones de sueros antiofídicos, una verdadera hazaña si consideramos que somos un país chiquito como nosotros. Imagínate, millones de frascos destinados a frenar el paso de la muerte.
Y no pienses que un solo frasco es suficiente para solucionar el problema, ¡para nada! Dependiendo de la gravedad de la mordedura y del tipo de serpiente, un paciente podría necesitar entre cinco y diez frascos. ¿Te das cuenta de la magnitud del trabajo? Con serpientes como la terciopelo, la cosa se pone seria porque el veneno puede mandar a uno al otro mundo en cuestión de horas. Ahí es donde entra en juego la rapidez y la eficiencia del Instituto.
Desde hace más de medio siglo, el ICP-UCR ha estado corriendo contra el tiempo, elaborando el único medicamento que realmente marca la diferencia entre vivir y morir. Un país como Costa Rica, con todos sus desafíos, logra demostrarle al mundo entero que, con ciencia y dedicación, se pueden hacer cosas increíbles. El doctor José María Gutiérrez, un ícono de la ciencia tica, lo expresó perfecto: han solucionado un problemón de salud pública, ¡y vaya que lo han hecho bien!
Lo más bacán de todo es que el ICP-UCR no solo ayuda a Costa Rica, sino que también le extiende una mano a otros países de Centroamérica y hasta a naciones lejanas como Ecuador, Perú, Kenia, ¡hasta a Burkina Faso! Incluso Médicos Sin Fronteras utiliza sus antídotos en zonas donde la asistencia médica es prácticamente inexistente. ¿No es admirable ver cómo nuestra ciencia puede trascender fronteras?
Pero, ¿qué pasa cuando las grandes farmacéuticas no se interesan en producir estos sueros? Pues ahí es donde entra el compromiso del ICP-UCR. Producen alrededor de 120 mil frascos al año, desafiando la apatía del mercado y priorizando la vida humana. Y hablando de resultados, mira nomás: en Eswatini lograron reducir a cero las muertes por envenenamiento ofídico gracias al trabajo del Instituto. ¡Eso sí es un logro que hay que aplaudir!
Y no creas que el ICP-UCR solo se dedica a fabricar sueros. Son unos investigadores de lujo que estudian los venenos de ranas, escorpiones e incluso bacterias. Están buscando nuevos inhibidores para combatir toxinas y trabajando en proyectos de inmunología y cáncer. ¡Se les cae el conocimiento por los costados! Y no solo eso, sino que capacitan a personal médico y trabajan directamente con comunidades vulnerables en lugares como Talamanca, Turrialba y Limón. ¡Son unos verdaderos héroes anónimos!
Ahora dime, mi pana: considerando el impacto global del Instituto Clodomiro Picado y su dedicación a la salud pública, ¿crees que el gobierno debería invertir aún más en ciencia y tecnología nacional para fortalecer iniciativas como esta y asegurar un futuro más seguro para nuestras próximas generaciones?
