¡Ay, Dios mío, qué bronca! Resulta que ahora, justo cuando creíamos que habíamos dejado atrás lo peor de la pandemia, nos llega este estudio inglés que viene a abrir otra vez el debate sobre las vacunas contra el Covid para los ninos. Yo me pregunto, ¿hasta cuándo vamos a estar dando vueltas con este tema?
Según los investigadores de la Fundación Británica del Corazón, y publicado en The Lancet (¡sí, sí, la revista recatona!), parece que tener Covid en realidad es más peligroso para el corazón de los puros que vacunarse. Se analizaron datos de más de 13 millones de menores en Inglaterra – ¡una locura de estudio, vaya!– y descubrieron que los problemas cardiacos, como la miocarditis y la pericarditis, eran más frecuentes después de la infección que tras recibir la vacuna de Pfizer. Y eso que ya pareciera que habíamos aprendido la lección.
Ahora, claro, hay que entender que esto fue en 2021-2022, cuando andaba rondando variantes más bravuconas del virus, como la Delta. Hoy en día tenemos esas subvariantes de Ómicron que son más tranquilas, digamos. Pero aún así, los números no mienten: tras el Covid, hubo 2.24 casos de problemas cardíacos por cada 100 mil menores, mientras que después de la vacuna fueron solo 0.85 por cada 100 mil. ¡Una diferencia considerable, diay!
Pero espérate un clavo, que no todo es tan blanco y negro. Otros doctores señalan que la situación ha cambiado bastante desde entonces. Dicen que habría que hacer estudios más recientes para ver si la relación entre riesgo y vacuna sigue igual con las nuevas cepas. Porque, a fin de cuentas, el virus muta más rápido que yo cambio de opinión sobre qué postre elegir.
Esto sí que pega duro, porque acá en Estados Unidos, donde todo suele ir a marchas forzadas, la vacunación infantil contra el Covid ha ido bajando como espuma. Parece que la gente anda medio desanimada y confiando demasiado en que ya todo quedó atrás. Y ni hablar de gente como Robert Kennedy Jr., que anda echándole leña al fuego y diciendo que las vacunas son peligrosas. ¡Qué chimba!, a veces siento que el mundo dio media vuelta.
Aquí en Costa Rica, nosotros somos más tranquilos y nos tomamos las cosas con más calma, pero la influencia de estas noticias de afuera siempre llega. Tenemos un sistema de salud bacán y una cultura de vacunación bastante arraigada, pero es normal que haya dudas y preguntas. Lo importante es informarse bien y tomar decisiones basadas en la evidencia, no en rumores o fake news. Al final del día, queremos proteger a nuestros chikillos, ¿verdad?
Los investigadores ingleses básicamente dicen que, aunque tanto el Covid como la vacuna pueden causar algunos problemas rarísimos en el corazón, la infección sigue siendo más peligrosa que la vacuna. Y aunque el virus de ahora no sea el mismo de antes, las autoridades sanitarias tienen que estar al tanto de lo que pasa y ajustar las recomendaciones si es necesario. No podemos andar dormidos, porque ahí sí que nos podríamos agarrar una torta.
Así que, luego de esta movida, me pregunto… Con todos estos estudios y opiniones encontradas, ¿cuál debería ser la decisión más responsable para los padres ticos respecto a la vacunación de sus hijos contra el Covid? ¿Deberían seguir las recomendaciones oficiales al pie de la letra, buscar segundas opiniones, o confiar en su instinto paternal?
Según los investigadores de la Fundación Británica del Corazón, y publicado en The Lancet (¡sí, sí, la revista recatona!), parece que tener Covid en realidad es más peligroso para el corazón de los puros que vacunarse. Se analizaron datos de más de 13 millones de menores en Inglaterra – ¡una locura de estudio, vaya!– y descubrieron que los problemas cardiacos, como la miocarditis y la pericarditis, eran más frecuentes después de la infección que tras recibir la vacuna de Pfizer. Y eso que ya pareciera que habíamos aprendido la lección.
Ahora, claro, hay que entender que esto fue en 2021-2022, cuando andaba rondando variantes más bravuconas del virus, como la Delta. Hoy en día tenemos esas subvariantes de Ómicron que son más tranquilas, digamos. Pero aún así, los números no mienten: tras el Covid, hubo 2.24 casos de problemas cardíacos por cada 100 mil menores, mientras que después de la vacuna fueron solo 0.85 por cada 100 mil. ¡Una diferencia considerable, diay!
Pero espérate un clavo, que no todo es tan blanco y negro. Otros doctores señalan que la situación ha cambiado bastante desde entonces. Dicen que habría que hacer estudios más recientes para ver si la relación entre riesgo y vacuna sigue igual con las nuevas cepas. Porque, a fin de cuentas, el virus muta más rápido que yo cambio de opinión sobre qué postre elegir.
Esto sí que pega duro, porque acá en Estados Unidos, donde todo suele ir a marchas forzadas, la vacunación infantil contra el Covid ha ido bajando como espuma. Parece que la gente anda medio desanimada y confiando demasiado en que ya todo quedó atrás. Y ni hablar de gente como Robert Kennedy Jr., que anda echándole leña al fuego y diciendo que las vacunas son peligrosas. ¡Qué chimba!, a veces siento que el mundo dio media vuelta.
Aquí en Costa Rica, nosotros somos más tranquilos y nos tomamos las cosas con más calma, pero la influencia de estas noticias de afuera siempre llega. Tenemos un sistema de salud bacán y una cultura de vacunación bastante arraigada, pero es normal que haya dudas y preguntas. Lo importante es informarse bien y tomar decisiones basadas en la evidencia, no en rumores o fake news. Al final del día, queremos proteger a nuestros chikillos, ¿verdad?
Los investigadores ingleses básicamente dicen que, aunque tanto el Covid como la vacuna pueden causar algunos problemas rarísimos en el corazón, la infección sigue siendo más peligrosa que la vacuna. Y aunque el virus de ahora no sea el mismo de antes, las autoridades sanitarias tienen que estar al tanto de lo que pasa y ajustar las recomendaciones si es necesario. No podemos andar dormidos, porque ahí sí que nos podríamos agarrar una torta.
Así que, luego de esta movida, me pregunto… Con todos estos estudios y opiniones encontradas, ¿cuál debería ser la decisión más responsable para los padres ticos respecto a la vacunación de sus hijos contra el Covid? ¿Deberían seguir las recomendaciones oficiales al pie de la letra, buscar segundas opiniones, o confiar en su instinto paternal?
