¡Ay, Dios mío! Esto del director del OIJ, Randall Zúñiga, se puso más caliente que gallina pochada. Resulta que la Fiscalía afirma haber recibido una cuarta denuncia, ¡una cuarta!, mientras que su abogado, Federico Campos, dice que eso es pura paja y que se trata de un documento perdido en el sistema judicial que salió a flote. ¡Qué bronca!
Para ponerle un poco de contexto, este brete empezó hace apenas una semana, cuando empezaron a volar rumores de un posible escándalo. Fue un lunes por la noche, cuando apareció un video de Zúñiga defendiéndose, diciendo que respetaba el principio de inocencia y que esperaría las investigaciones. Desde ahí, la cosa fue escalando, con decomisos de teléfonos, allanamientos en su oficina y hasta en su casa. Uno se queda pensando, ¿qué estará pasando realmente?
Según la Fiscalía Adjunta de Género, la nueva denuncia, si es que llega a existir formalmente, imputa a Zúñiga los presuntos delitos de violación contra una mujer y contagio venéreo. Dicen que los hechos ocurrieron en la zona de Corredores, allá por enero del 2025. Ya tenemos tres expedientes abiertos: uno por supuesta violación en Corredores (25-000359-1883-PE), otro por violación y contagio venéreo en Cartago (25-001138-1893-PE), y un tercero presentado en Goicoechea que apunta a contagio venéreo, conductas sexuales abusivas y ofensas a la dignidad (25-000926-0994-PE). ¡Menuda maraña!
Pero la cosa no termina ahí, porque el Poder Judicial también abrió una investigación interna y lo suspendió temporalmente. Esto demuestra que el caso es serio y que hay mucha presión para esclarecer lo sucedido. Además, Zúñiga ha insistido en que todo esto tiene motivaciones políticas, acusando incluso a funcionarios del gobierno de ofrecer beneficios sociales a cambio de denuncias. ¡Qué carga!
Federico Campos, el abogado de Zúñiga, ha sido claro: “Solo existen las mismas tres denuncias iniciales”. Asegura que ya entregaron pruebas que desacreditan estas acusaciones. De hecho, el director del OIJ ya rindió una declaración de descargos la semana pasada. Campos enfatizó que el documento que la Fiscalía considera la cuarta denuncia nunca fue formalmente presentado y parece haber sido subido accidentalmente al sistema del Poder Judicial.
¿Y qué dice la ley? Bueno, la Fiscalía Adjunta de Género tendrá que investigar a fondo estas denuncias y determinar si hay elementos suficientes para acusar formalmente a Zúñiga. Recordemos que estamos hablando de delitos graves, con penas que pueden llegar a varios años de prisión. Hay que tener en cuenta que el proceso puede ser largo y complejo, y que Zúñiga tiene derecho a defenderse y presentar pruebas en su favor.
Todo este caso pinta para ser un verdadero circo mediático, con abogados, fiscales, videos, rumores y acusaciones cruzadas. Además, la suspensión de Zúñiga deja vacante el puesto de director del OIJ, generando incertidumbre en la lucha contra el crimen organizado en Costa Rica. Es una vara difícil para el país, sobre todo considerando la importancia que tiene el OIJ en la seguridad nacional. Algunos dicen que esto podría ser un intento de desprestigiar al OIJ, otros creen que simplemente se descubrió una red de corrupción. ¿Será que alguien quiere aprovecharse de esta situación para avanzar sus propios intereses?
En fin, este caso está lejos de terminar y promete darle mucho de qué hablar a Costa Rica en las próximas semanas. Con tantos giros inesperados y versiones contradictorias, la pregunta que queda en el aire es: ¿Estamos frente a una campaña política orquestada para derribar a Randall Zúñiga, o realmente hay evidencia suficiente para probar su culpabilidad? ¿Ustedes qué piensan? Déjennos sus opiniones en el foro.
Para ponerle un poco de contexto, este brete empezó hace apenas una semana, cuando empezaron a volar rumores de un posible escándalo. Fue un lunes por la noche, cuando apareció un video de Zúñiga defendiéndose, diciendo que respetaba el principio de inocencia y que esperaría las investigaciones. Desde ahí, la cosa fue escalando, con decomisos de teléfonos, allanamientos en su oficina y hasta en su casa. Uno se queda pensando, ¿qué estará pasando realmente?
Según la Fiscalía Adjunta de Género, la nueva denuncia, si es que llega a existir formalmente, imputa a Zúñiga los presuntos delitos de violación contra una mujer y contagio venéreo. Dicen que los hechos ocurrieron en la zona de Corredores, allá por enero del 2025. Ya tenemos tres expedientes abiertos: uno por supuesta violación en Corredores (25-000359-1883-PE), otro por violación y contagio venéreo en Cartago (25-001138-1893-PE), y un tercero presentado en Goicoechea que apunta a contagio venéreo, conductas sexuales abusivas y ofensas a la dignidad (25-000926-0994-PE). ¡Menuda maraña!
Pero la cosa no termina ahí, porque el Poder Judicial también abrió una investigación interna y lo suspendió temporalmente. Esto demuestra que el caso es serio y que hay mucha presión para esclarecer lo sucedido. Además, Zúñiga ha insistido en que todo esto tiene motivaciones políticas, acusando incluso a funcionarios del gobierno de ofrecer beneficios sociales a cambio de denuncias. ¡Qué carga!
Federico Campos, el abogado de Zúñiga, ha sido claro: “Solo existen las mismas tres denuncias iniciales”. Asegura que ya entregaron pruebas que desacreditan estas acusaciones. De hecho, el director del OIJ ya rindió una declaración de descargos la semana pasada. Campos enfatizó que el documento que la Fiscalía considera la cuarta denuncia nunca fue formalmente presentado y parece haber sido subido accidentalmente al sistema del Poder Judicial.
¿Y qué dice la ley? Bueno, la Fiscalía Adjunta de Género tendrá que investigar a fondo estas denuncias y determinar si hay elementos suficientes para acusar formalmente a Zúñiga. Recordemos que estamos hablando de delitos graves, con penas que pueden llegar a varios años de prisión. Hay que tener en cuenta que el proceso puede ser largo y complejo, y que Zúñiga tiene derecho a defenderse y presentar pruebas en su favor.
Todo este caso pinta para ser un verdadero circo mediático, con abogados, fiscales, videos, rumores y acusaciones cruzadas. Además, la suspensión de Zúñiga deja vacante el puesto de director del OIJ, generando incertidumbre en la lucha contra el crimen organizado en Costa Rica. Es una vara difícil para el país, sobre todo considerando la importancia que tiene el OIJ en la seguridad nacional. Algunos dicen que esto podría ser un intento de desprestigiar al OIJ, otros creen que simplemente se descubrió una red de corrupción. ¿Será que alguien quiere aprovecharse de esta situación para avanzar sus propios intereses?
En fin, este caso está lejos de terminar y promete darle mucho de qué hablar a Costa Rica en las próximas semanas. Con tantos giros inesperados y versiones contradictorias, la pregunta que queda en el aire es: ¿Estamos frente a una campaña política orquestada para derribar a Randall Zúñiga, o realmente hay evidencia suficiente para probar su culpabilidad? ¿Ustedes qué piensan? Déjennos sus opiniones en el foro.
