Los nicaragüenses , Costa Rica y doña Laura.
Según entiendo como simple ciudadano un poco artista y un poco poeta, si los nicaragüenses que vienen a trabajar a Costa Rica para la zafra, para las cogidas de café, para la construcción de infraestructura de todo tipo y en servicios domésticos y otros, y se fueran mañana, el país entraría en una crisis muy seria, ya que el costarricense ha cambiado sus hábitos de trabajo; la razón viene desde hace mucho tiempo.
Recuerdo que mi madre le daba permiso a su empleada para que fuera a estudiar mecanografía y otras cosas allá por los años cuarenta; como decía Cantinflas: “ahí esta el detalle”: la educación que hoy tenemos y que nos acerca más al desarrollo, frustrado por tanto político corrupto y hablador, esa ha sido nuestra Paloma de Paz. Volviendo al tema, el nica es un hombre o una mujer muy trabajadores, con gran sentido común y creatividad, cualidades que ha tenido que desarrollar por la gran necesidad que ha sufrido a través de la historia de ese bello país, debido a la irresponsabilidad de sus “políticos” corruptos y antipatriotas.
Me da vergüenza ver cómo en lugar de procurar su asentamiento en nuestro país, porque desde el punto de vista demográfico nos conviene y del laboral también, el social y económico: la “Dirección de Migración” les hace la vida imposible con una cantidad de trámites que son totalmente incongruentes. Para un simple permiso laboral , la manera con que son tratados y el entrabamiento ridículo y absurdo de que son objeto es muy triste. A mí como costarricense: ME DA VERGÜENZA, porque he sido yo el que ha hecho filas y he sido testigo de los malos modos: “vuelva mañana”, “tiene que volver a salir y entrar”, “le falta un sello”, etc. etc. Señora Presidenta de la República, estimada Doña Laura, le ruego ponga su empeño para que en esta administración suya, nuestros hermanos del Norte sean bienvenidos a nuestra casa y puedan ayudarnos en el trabajo y ser hijos de La Patria, como han sido en el pasado muchos ciudadanos que ingresaron como inmigrantes, honrados, honestos y trabajadores. Que entre ellos venga gente indeseable, de esto hay también hasta en nuestros gobiernos, así que seamos más educados y démosle la mano al amigo y al que delinque: su pena; pero, no abusemos del que nos está dando su apoyo honesto y sincero.