Pues por dicha no he tenido un chasco feo relacionado a pedos ni nada por el estilo, pero ahora que leo a este mae que dice que se le para a cada rato, diay, me acordé de un chasco muy incómodo que me sucedió:
Estaba en el cole, creo que en 8vo, la cosa es que me voy a caminar con una amiga que me medio gustaba, diay, todo normal y tranquilo, pero en un toque así de la nada siento que me pongo extra feliz. "Ah la puta, ¿¡y ahora que hago?!" - pensé - lo más que se me ocurrió fue sacarme las faldas según yo para taparme la jugada, pero de muy tarado lo hice muy evidente, y por supuesto que mi amiga se dio cuenta. "Diayyyyyy Jose, ¿andás paradillo?" - me dice la muy guevona - Para no hacer el cuento muy largo tuve que caminar por medio pasillo todo rojo de la vergüenza y caminando todo encorvado...
¡Cuantas veces no nos ha traicionado nuestro amigo!