¡Aguante! Ya estamos viendo cómo se van a decidir nuestros representantes en el 2026. El Tribunal Supremo de Elecciones (TSE) le dio arranque a la impresión de 7.396.306 papeletas, una verdadera pila, para las elecciones nacionales del primer de febrero del año próximo. Parece mentira que ya estemos pensando en eso, pero el tiempo vuela, ¿no?
De esos casi 7.4 millones de papeles, 3.731.788 serán para elegir al nuevo presidente y al vicepresidente. Esa cifra coincide justo con el número de ticos y ticas que tenemos en el Registro Civil, pa' que no haya broncas. Lo demás, unos 3.664.518, irán destinados a la elección de los diputados. ¿Por qué menos? Porque los que vivimos afuera no podemos votar por los representantes legislativos, ¡qué pena!
Pa’ esta movida, diseñaron ocho tipos diferentes de papeletas: una para el Presidente y siete pa’ las diputaciones, una por cada provincia. La papeleta presidencial va a estar bien blanca y tamaño oficio, fácil de leer. Mientras tanto, las de diputado van a ser celestes y tamaño carta, pa’ diferenciarlo todo bien claro. Uno no quiere verse confundido el día de la elección, ¡eso sería una torta!
Y hablando de dinero, este brete les va a salir caro al Estado. Se estima que la impresión costará ¢1.050 millones. ¡Una lana considerable!, pero dicen que ¢880 millones son para la primera vuelta y ¢170 millones pa’ si hay que repetir la jugada. Esperemos que todo salga bien y no tengamos que llegar a eso.
La empresa Productive Business Solutions (PBS) es la encargada de hacer toda la magia de la impresión y también de empacar las papeletas listas pa’ cada junta receptora de votos (JRV). Todo esto teniendo en cuenta cuántos votantes le tocan a cada lugar, pa’ no andar cortos ni sobrados. ¡Organizados hasta la punta!
Desde el 28 de noviembre que están trabajando a marchas forzadas, con medidas de seguridad estrictísimas, como debe ser. Tenemos 38 funcionarios del TSE metidos ahí, de lunes a viernes desde las 7 a.m. hasta las 7 p.m., e incluso los sábados hasta las 5 p.m. ¡Se rifan pa’ que todo quede perfecto! Con controles de acceso, gafetes, prohibición de celulares y cámaras... ¡parece base militar!
Ahora sí, vamos por los detalles técnicos. En la papeleta presidencial van a aparecer 20 candidatos diferentes, una variedad interesante. En cambio, en la de diputados, el número cambia dependiendo de la provincia: San José tendrá 22 partidos, Cartago y Guanacaste 21, y Alajuela, Heredia, Puntarenas y Limón tendrán 20. Pa’ los ticos y ticas que viven en el extranjero, solamente se enviarán 67.270 papeletas presidenciales, pues ellos solo pueden elegir al presidente. No queremos que se confundan ni se jalen una torta tratando de marcar diputados que no aplican.
El TSE calcula terminar de imprimir todas estas papeletas antes de fin de año, alrededor del 30 de diciembre. Además, están implementando un programa piloto con “Auxiliares de Accesibilidad” en unos 200 centros de votación con más de 10 juntas. Estos auxiliares ayudarán a las personas con discapacidad y a los adultos mayores, guiándolos y ofreciéndoles asistencia técnica. ¡Un gesto chivísimo pa’ garantizar que todos puedan ejercer su derecho al voto! Y por si acaso, se les pagará ¢48.000 por sus servicios. Ahora, dime tú, ¿crees que estas medidas de seguridad y accesibilidad son suficientes para garantizar unas elecciones limpias y justas en 2026, o deberíamos echarle más ganas?
De esos casi 7.4 millones de papeles, 3.731.788 serán para elegir al nuevo presidente y al vicepresidente. Esa cifra coincide justo con el número de ticos y ticas que tenemos en el Registro Civil, pa' que no haya broncas. Lo demás, unos 3.664.518, irán destinados a la elección de los diputados. ¿Por qué menos? Porque los que vivimos afuera no podemos votar por los representantes legislativos, ¡qué pena!
Pa’ esta movida, diseñaron ocho tipos diferentes de papeletas: una para el Presidente y siete pa’ las diputaciones, una por cada provincia. La papeleta presidencial va a estar bien blanca y tamaño oficio, fácil de leer. Mientras tanto, las de diputado van a ser celestes y tamaño carta, pa’ diferenciarlo todo bien claro. Uno no quiere verse confundido el día de la elección, ¡eso sería una torta!
Y hablando de dinero, este brete les va a salir caro al Estado. Se estima que la impresión costará ¢1.050 millones. ¡Una lana considerable!, pero dicen que ¢880 millones son para la primera vuelta y ¢170 millones pa’ si hay que repetir la jugada. Esperemos que todo salga bien y no tengamos que llegar a eso.
La empresa Productive Business Solutions (PBS) es la encargada de hacer toda la magia de la impresión y también de empacar las papeletas listas pa’ cada junta receptora de votos (JRV). Todo esto teniendo en cuenta cuántos votantes le tocan a cada lugar, pa’ no andar cortos ni sobrados. ¡Organizados hasta la punta!
Desde el 28 de noviembre que están trabajando a marchas forzadas, con medidas de seguridad estrictísimas, como debe ser. Tenemos 38 funcionarios del TSE metidos ahí, de lunes a viernes desde las 7 a.m. hasta las 7 p.m., e incluso los sábados hasta las 5 p.m. ¡Se rifan pa’ que todo quede perfecto! Con controles de acceso, gafetes, prohibición de celulares y cámaras... ¡parece base militar!
Ahora sí, vamos por los detalles técnicos. En la papeleta presidencial van a aparecer 20 candidatos diferentes, una variedad interesante. En cambio, en la de diputados, el número cambia dependiendo de la provincia: San José tendrá 22 partidos, Cartago y Guanacaste 21, y Alajuela, Heredia, Puntarenas y Limón tendrán 20. Pa’ los ticos y ticas que viven en el extranjero, solamente se enviarán 67.270 papeletas presidenciales, pues ellos solo pueden elegir al presidente. No queremos que se confundan ni se jalen una torta tratando de marcar diputados que no aplican.
El TSE calcula terminar de imprimir todas estas papeletas antes de fin de año, alrededor del 30 de diciembre. Además, están implementando un programa piloto con “Auxiliares de Accesibilidad” en unos 200 centros de votación con más de 10 juntas. Estos auxiliares ayudarán a las personas con discapacidad y a los adultos mayores, guiándolos y ofreciéndoles asistencia técnica. ¡Un gesto chivísimo pa’ garantizar que todos puedan ejercer su derecho al voto! Y por si acaso, se les pagará ¢48.000 por sus servicios. Ahora, dime tú, ¿crees que estas medidas de seguridad y accesibilidad son suficientes para garantizar unas elecciones limpias y justas en 2026, o deberíamos echarle más ganas?