¡Ay, Dios mío, qué chimba de festival! Este sábado La Sabana explotó de luz y color con el Festival de la Luz, y pa' mi sorpresa, ¡el ICE Kölbi se llevó todos los aplausos! Después de un año esperando, ver esa carreta gigante recorrer el parque me dejó boquiabierto, mándale un saludo a la gente del ICE porque hicieron un trabajo increíble.
Como ya saben, el Festival de la Luz es uno de esos eventos que nos hacen sentir orgullosos de ser ticos. Reúne a familias enteras, parejas, hasta abuelitos sacando selfies con las luces. Se siente la vibra de fiesta nacional, ¿verdad? Este año no decepcionó, aunque algunos dicen que los precios de los churros estaban por las nubes, ¡pero bueno, eso ya es otro rollo!
Pero hablemos de lo importante: la carreta del ICE Kölbi realmente destacó. No es para menos, porque la planearon con dedicación y cariño. Desde lejos se veía que estaba hecha con amor y trabajo duro, y cuando pasó frente a nosotros... ¡puff!, quedamos hipnotizados. Una explosión de luces, música pegajosa y efectos especiales que te hacían cosquillas en el alma.
El jurado, que obviamente sabe lo que hace, les dio tres premios: primero por ser la carreta que más brillo tenía (obvio, mijo), luego por tener el mejor efecto infantil (los pendejos se emocionaron muchísimo con los personajes animados) y finalmente, como la más original. ¡Un triplete que nadie esperaba! Hay que darle crédito a los diseñadores e ingenieros que se mataron trabajando para lograr este resultado espectacular.
No todo fue miel sobre hojuelas, claro. El Banco de Costa Rica (BCR) quedó segundo, y la Junta de Protección Social (JPS) tercero. Ambas carrozas estuvieron bonitas, pero simplemente no alcanzaron el nivel del ICE Kölbi. Algunos criticaron que el BCR se enfocó demasiado en lo tradicional, mientras que la JPS intentó innovar demasiado y terminó siendo un poco confusa; pero bueno, cada quien su estilo, ¿no?
En la categoría de espectáculos de piso, BAC se lució con una presentación llena de baile y energía. Le pusieronle, mándele, y lograron complementar la magia del evento. Se nota que le invirtieron tiempo y esfuerzo, porque la coreografía estaba bien armada y la música era contagiosa. Definitivamente, BAC demostró que también sabe hacer cosas bien hechas.
Miles de personas se dieron cita en La Sabana para disfrutar de este espectáculo gratuito, y la verdad, valió totalmente la pena. Estuvo lleno de risas, asombro y, sobre todo, mucho sentido de comunidad. Uno se olvida de todos los problemas y simplemente disfruta del momento, rodeado de sus seres queridos. Eso sí, la próxima vez llevo silla plegable, porque aguantar de pie tantas horas cansa un chorro.
Y ahora, díganme ustedes: ¿Cuál fue el elemento más sorprendente del Festival de la Luz este año? ¿Creen que la inversión en eventos públicos como este vale la pena, considerando los desafíos económicos que enfrentamos como país? ¡Déjenme sus opiniones en los comentarios!
Como ya saben, el Festival de la Luz es uno de esos eventos que nos hacen sentir orgullosos de ser ticos. Reúne a familias enteras, parejas, hasta abuelitos sacando selfies con las luces. Se siente la vibra de fiesta nacional, ¿verdad? Este año no decepcionó, aunque algunos dicen que los precios de los churros estaban por las nubes, ¡pero bueno, eso ya es otro rollo!
Pero hablemos de lo importante: la carreta del ICE Kölbi realmente destacó. No es para menos, porque la planearon con dedicación y cariño. Desde lejos se veía que estaba hecha con amor y trabajo duro, y cuando pasó frente a nosotros... ¡puff!, quedamos hipnotizados. Una explosión de luces, música pegajosa y efectos especiales que te hacían cosquillas en el alma.
El jurado, que obviamente sabe lo que hace, les dio tres premios: primero por ser la carreta que más brillo tenía (obvio, mijo), luego por tener el mejor efecto infantil (los pendejos se emocionaron muchísimo con los personajes animados) y finalmente, como la más original. ¡Un triplete que nadie esperaba! Hay que darle crédito a los diseñadores e ingenieros que se mataron trabajando para lograr este resultado espectacular.
No todo fue miel sobre hojuelas, claro. El Banco de Costa Rica (BCR) quedó segundo, y la Junta de Protección Social (JPS) tercero. Ambas carrozas estuvieron bonitas, pero simplemente no alcanzaron el nivel del ICE Kölbi. Algunos criticaron que el BCR se enfocó demasiado en lo tradicional, mientras que la JPS intentó innovar demasiado y terminó siendo un poco confusa; pero bueno, cada quien su estilo, ¿no?
En la categoría de espectáculos de piso, BAC se lució con una presentación llena de baile y energía. Le pusieronle, mándele, y lograron complementar la magia del evento. Se nota que le invirtieron tiempo y esfuerzo, porque la coreografía estaba bien armada y la música era contagiosa. Definitivamente, BAC demostró que también sabe hacer cosas bien hechas.
Miles de personas se dieron cita en La Sabana para disfrutar de este espectáculo gratuito, y la verdad, valió totalmente la pena. Estuvo lleno de risas, asombro y, sobre todo, mucho sentido de comunidad. Uno se olvida de todos los problemas y simplemente disfruta del momento, rodeado de sus seres queridos. Eso sí, la próxima vez llevo silla plegable, porque aguantar de pie tantas horas cansa un chorro.
Y ahora, díganme ustedes: ¿Cuál fue el elemento más sorprendente del Festival de la Luz este año? ¿Creen que la inversión en eventos públicos como este vale la pena, considerando los desafíos económicos que enfrentamos como país? ¡Déjenme sus opiniones en los comentarios!