¡Ay, Dios mío! Se armó la vaina en la Asamblea Legislativa. La diputada Carballo del PUSC anda con un proyecto pa’ regular cómo acceden los nenes y los chamacos a las redes sociales y plataformas digitales. Dicen que es pa’ protegerlos, pero a ver si esto no nos va a traer más problemas que soluciones, ¿no creen?
El proyecto, que lleva por nombre “Ley para regular el acceso y uso de plataformas digitales por parte de menores de edad” (vaya nombre tan largo, diay!), básicamente busca meterles trabas a los más peques pa’ que no se metan en líos en internet. Según la diputada, es porque estamos viendo cosas muy feas últimamente, como ciberacoso y gente aprovechándose de los bacanos.
Imagínense, quieren que si tienes menos de 14 años, ¡ni te sueñes entrar a TikTok o Instagram! Solo te dejarían usar apps hechas especialmente pa’ niños, revisadas y aprobadas por quién sabe quién. Pa’ los que andamos entre los 14 y 18, tendrían que presentar la tarjeta de identidad de menores y tener la autorización de los papás o tutores. ¡Parece un brete!
Y no es solo eso, mándale. Las plataformas también tendrían que quitarle las cosas que enganchan a la gente – esos famosos algoritmos que te hacen pasar horas viendo videos – y estar pendientes de que no haya grooming ni otras cosas raras. SUTEL sería quien vigila que todos cumplan la ley, y si no, ¡zas!, les caen sanciones. Un buen churro pa' las empresas, vamos.
Pero, ¿de dónde sale toda esta movida? Pues parece que la diputada se espantó con unos datos bien salados. Por ejemplo, dicen que la mayoría de los niños tienen celulares a los nueve años, ¡a esa edad todavía deberían estar jugando rayuela! Además, un buen porcentaje de adolescentes ha sufrido ciberacoso, y hay miles de casos de menores recibiendo mensajes inapropiados o incluso teniendo citas con desconocidos online. Todo esto salió a relucir en la última encuesta Kids Online Costa Rica, que pinta feo el panorama.
Ahora, miren que Australia ya hizo lo suyo. Allí prohibieron el acceso a redes sociales a menores de 16 años, obligando a las plataformas a eliminar las cuentas de los chavales o pagar multas millonarias. ¡Hasta el primer ministro dijo que era uno de los mayores cambios culturales que había visto la nación! Ya ven qué atrevidos son ellos, nosotros siempre dando vueltas… aunque igual, ¿no estará esto un poquito exagerado? ¿No estaremos limitando demasiado la libertad de expresión de los jóvenes?
Algunos expertos dicen que estas leyes podrían ayudar a proteger a los niños, pero otros advierten que podrían ser contraproducentes. Después de todo, los jóvenes son astutos y siempre encontrarán la forma de saltarse las reglas. Tal vez lo mejor sería educarlos sobre el uso responsable de internet y fomentar la comunicación abierta entre padres e hijos, en lugar de simplemente cerrarles las puertas. Además, ¿qué pasa con los jóvenes que usan las redes sociales para aprender, conectar con amigos o incluso desarrollar talentos? ¿Les negamos esas oportunidades?
En fin, este tema está causando revuelo en redes sociales y seguramente seguirá dando tela de conversación. ¿Será que esta ley realmente protegerá a nuestros niños, o terminará siendo otro rollo más? ¿Ustedes, colegas, qué opinan? ¿Deberíamos copiar la jugada de Australia o buscar alternativas?
El proyecto, que lleva por nombre “Ley para regular el acceso y uso de plataformas digitales por parte de menores de edad” (vaya nombre tan largo, diay!), básicamente busca meterles trabas a los más peques pa’ que no se metan en líos en internet. Según la diputada, es porque estamos viendo cosas muy feas últimamente, como ciberacoso y gente aprovechándose de los bacanos.
Imagínense, quieren que si tienes menos de 14 años, ¡ni te sueñes entrar a TikTok o Instagram! Solo te dejarían usar apps hechas especialmente pa’ niños, revisadas y aprobadas por quién sabe quién. Pa’ los que andamos entre los 14 y 18, tendrían que presentar la tarjeta de identidad de menores y tener la autorización de los papás o tutores. ¡Parece un brete!
Y no es solo eso, mándale. Las plataformas también tendrían que quitarle las cosas que enganchan a la gente – esos famosos algoritmos que te hacen pasar horas viendo videos – y estar pendientes de que no haya grooming ni otras cosas raras. SUTEL sería quien vigila que todos cumplan la ley, y si no, ¡zas!, les caen sanciones. Un buen churro pa' las empresas, vamos.
Pero, ¿de dónde sale toda esta movida? Pues parece que la diputada se espantó con unos datos bien salados. Por ejemplo, dicen que la mayoría de los niños tienen celulares a los nueve años, ¡a esa edad todavía deberían estar jugando rayuela! Además, un buen porcentaje de adolescentes ha sufrido ciberacoso, y hay miles de casos de menores recibiendo mensajes inapropiados o incluso teniendo citas con desconocidos online. Todo esto salió a relucir en la última encuesta Kids Online Costa Rica, que pinta feo el panorama.
Ahora, miren que Australia ya hizo lo suyo. Allí prohibieron el acceso a redes sociales a menores de 16 años, obligando a las plataformas a eliminar las cuentas de los chavales o pagar multas millonarias. ¡Hasta el primer ministro dijo que era uno de los mayores cambios culturales que había visto la nación! Ya ven qué atrevidos son ellos, nosotros siempre dando vueltas… aunque igual, ¿no estará esto un poquito exagerado? ¿No estaremos limitando demasiado la libertad de expresión de los jóvenes?
Algunos expertos dicen que estas leyes podrían ayudar a proteger a los niños, pero otros advierten que podrían ser contraproducentes. Después de todo, los jóvenes son astutos y siempre encontrarán la forma de saltarse las reglas. Tal vez lo mejor sería educarlos sobre el uso responsable de internet y fomentar la comunicación abierta entre padres e hijos, en lugar de simplemente cerrarles las puertas. Además, ¿qué pasa con los jóvenes que usan las redes sociales para aprender, conectar con amigos o incluso desarrollar talentos? ¿Les negamos esas oportunidades?
En fin, este tema está causando revuelo en redes sociales y seguramente seguirá dando tela de conversación. ¿Será que esta ley realmente protegerá a nuestros niños, o terminará siendo otro rollo más? ¿Ustedes, colegas, qué opinan? ¿Deberíamos copiar la jugada de Australia o buscar alternativas?