¡Qué chiva, pura vida! Arlequín, un caballo pura raza español de nuestra propia Costa Rica, se ha llevado dos medallas de oro en los Juegos Centroamericanos Guatemala 2025. Esto sí que le da cachete al panorama ecuestre nacional. Parece mentira, pero un mae tico y su caballo le dieron una paliza a los europeos en adiestramiento. ¡Tremendo!
La Ganadería Mirasol, ubicada acá cerquita, es la responsable de criar a este chunche campeón. Arlequín, con sus 13 añitos, demostró que la edad es solo un número. Durante toda la temporada competitiva previa a los juegos, este caballo fue acumulando puntaje tras puntaje, mostrando un nivelazo impresionante y asegurándose un lugar entre los mejores binomios de nuestro país. Un brete de esfuerzo y dedicación.
Ahora, la cosita es que inicialmente iban a participar cuatro binomios nacionales, pero al final solo llegaron a completar la delegación. ¡Qué despiche! Pero bueno, esto no detuvo a Arlequín ni a su jinetea. Se toparon con caballos hanoverianos y otros de Europa Central, aquellos que siempre se creían los reyes del adiestramiento y del dressage, y ahí mismo les plantaron cara, mostrando la calidad que tenemos por acá. ¡Esto sí que es poner a Costa Rica en el mapa!
Rosa Solano Aguilar, representante de la ganadería Mirasol, estaba eufórica. “Fue una experiencia indescriptible,” nos comentó, todavía con la voz temblorosa por la emoción. “Competimos contra esos potreros, pero logramos levantar la bandera de Costa Rica y escuchar dos veces el himno nacional. ¡Qué nivel!” Su hija, Valeria Miranda, agregó que este triunfo abre nuevas puertas para el desarrollo del deporte ecuestre en el país. Algo que definitivamente necesitamos impulsar, porque tenemos talento de sobra.
Pero esto no es cuento suelto. Antes de llegar a Guatemala, Arlequín ya había sido coronado campeón nacional, ganando tanto la Copa Federación como la Copa La Caraña. Eso habla muy claro del entrenamiento constante y la disciplina que este mael hizo durante todo el año. No era casualidad, el mae iba buscando romper récords y demostrar de lo que era capaz. Le puso el corazón y la pata, literal y figurativamente.
Este logro tiene implicaciones más allá de la simple victoria deportiva. Demuestra que podemos competir con los mejores a nivel centroamericano, incluso superando a naciones con mayor inversión en deportes ecuestres. Abre la posibilidad de buscar patrocinios, mejorar las instalaciones y formar nuevos talentos. Además, sirve de inspiración para jóvenes jinetes y amazonas que sueñan con representar a Costa Rica en competencias internacionales. ¡Y eso, mis amigos, no tiene precio!
Algunos expertos comentan que este es solo el comienzo de una nueva era para el deporte ecuestre costarricense. Con el apoyo adecuado y la continua formación, podríamos ver a nuestros caballos brillando en escenarios aún más grandes, como los Juegos Panamericanos o incluso las Olimpiadas. ¡Sería un sueño hecho realidad! Que no se vaya al traste, que sigamos impulsando este deporte tan lindo y tradicional.
En fin, ¡tremenda alegría para todos los ticos! Arlequín nos llenó de orgullo, demostrando que con gallito y sudor podemos lograr cosas increíbles. Ahora, me pregunto: ¿Cómo creen que deberíamos aprovechar este impulso para fortalecer el deporte ecuestre en Costa Rica y asegurar que futuros binomios tengan las herramientas necesarias para competir al máximo nivel?
La Ganadería Mirasol, ubicada acá cerquita, es la responsable de criar a este chunche campeón. Arlequín, con sus 13 añitos, demostró que la edad es solo un número. Durante toda la temporada competitiva previa a los juegos, este caballo fue acumulando puntaje tras puntaje, mostrando un nivelazo impresionante y asegurándose un lugar entre los mejores binomios de nuestro país. Un brete de esfuerzo y dedicación.
Ahora, la cosita es que inicialmente iban a participar cuatro binomios nacionales, pero al final solo llegaron a completar la delegación. ¡Qué despiche! Pero bueno, esto no detuvo a Arlequín ni a su jinetea. Se toparon con caballos hanoverianos y otros de Europa Central, aquellos que siempre se creían los reyes del adiestramiento y del dressage, y ahí mismo les plantaron cara, mostrando la calidad que tenemos por acá. ¡Esto sí que es poner a Costa Rica en el mapa!
Rosa Solano Aguilar, representante de la ganadería Mirasol, estaba eufórica. “Fue una experiencia indescriptible,” nos comentó, todavía con la voz temblorosa por la emoción. “Competimos contra esos potreros, pero logramos levantar la bandera de Costa Rica y escuchar dos veces el himno nacional. ¡Qué nivel!” Su hija, Valeria Miranda, agregó que este triunfo abre nuevas puertas para el desarrollo del deporte ecuestre en el país. Algo que definitivamente necesitamos impulsar, porque tenemos talento de sobra.
Pero esto no es cuento suelto. Antes de llegar a Guatemala, Arlequín ya había sido coronado campeón nacional, ganando tanto la Copa Federación como la Copa La Caraña. Eso habla muy claro del entrenamiento constante y la disciplina que este mael hizo durante todo el año. No era casualidad, el mae iba buscando romper récords y demostrar de lo que era capaz. Le puso el corazón y la pata, literal y figurativamente.
Este logro tiene implicaciones más allá de la simple victoria deportiva. Demuestra que podemos competir con los mejores a nivel centroamericano, incluso superando a naciones con mayor inversión en deportes ecuestres. Abre la posibilidad de buscar patrocinios, mejorar las instalaciones y formar nuevos talentos. Además, sirve de inspiración para jóvenes jinetes y amazonas que sueñan con representar a Costa Rica en competencias internacionales. ¡Y eso, mis amigos, no tiene precio!
Algunos expertos comentan que este es solo el comienzo de una nueva era para el deporte ecuestre costarricense. Con el apoyo adecuado y la continua formación, podríamos ver a nuestros caballos brillando en escenarios aún más grandes, como los Juegos Panamericanos o incluso las Olimpiadas. ¡Sería un sueño hecho realidad! Que no se vaya al traste, que sigamos impulsando este deporte tan lindo y tradicional.
En fin, ¡tremenda alegría para todos los ticos! Arlequín nos llenó de orgullo, demostrando que con gallito y sudor podemos lograr cosas increíbles. Ahora, me pregunto: ¿Cómo creen que deberíamos aprovechar este impulso para fortalecer el deporte ecuestre en Costa Rica y asegurar que futuros binomios tengan las herramientas necesarias para competir al máximo nivel?
