¡Ay, Dios mío! Parece que el drama de los abogados con el fondo de pensiones va a tener un final… aunque todavía estamos aguantando la tortilla. Después de más de 13 años de batallas legales, idas y vueltas, el Tribunal Contencioso Administrativo les dio un ultimátum al Colegio de Abogados: tienen tres meses para poner en marcha el plan de pensiones y jubilaciones o prepárense para consecuencias.
La raíz de todo este brete empezó allá por 2012, cuando don Didier Carranza, representando a don León Montoya, denunció al Colegio alegando que no estaban cumpliendo con la Ley No. 4.235, que precisamente crea el timbre del Colegio y destina fondos a ese fondo de pensiones. Don León, ¡pobre hombre!, llevaba años buscando que le dieran su merecido después de toda una vida trabajando, y se encontró con un muro de silencio.
Y ojo, que no es que el Colegio no sabía nada del asunto. Desde 2013, el Tribunal ya los había condenado, obligándolos a elaborar un reglamento para el Plan de Pensiones y Jubilaciones. Pero parece que algunos prefirieron hacerse los dormidos, y el tiempo siguió pasando, mientras los abogados seguían esperando, suspirando, pensando en cómo iban a afrontar la vejez sin ese respaldo.
Ahora, la jueza, harta de tanto diluvio, les puso el dedo en el blanco: “Por última vez, sin que se pueda prorrogar, se les otorga el plazo de tres meses para que culminen el proceso y cumplan con lo ordenado en la sentencia.” ¡Uf, qué bronca! Como dice Angie Arce, abogada y defensora de los derechos de sus colegas, esta sentencia es crucial después de tanta espera. Se necesita implementar el fondo y dictar un reglamento, por fin dando una esperanza tangible a los profesionales del derecho.
Pero no todo es color de rosa, ¿eh? Porque también hay que construir un reglamento que sea beneficioso para todos los agremiados. ¿Cómo se va a financiar todo esto? Recordando que el fondo se nutre con el 13% de los ingresos del Colegio por la venta de timbres y un aporte directo de los abogados. Además, hay que recordar que si mueres, renuncias al fondo, o te vas del colegio, ¡no te llevan ni al cementerio con la pensión!
Didier Carranza, el abogado que impulsó este reclamo, está exultante. Dice que esto marca el final de un largo suplicio y que el Colegio no puede seguir ignorando el mandato judicial. Ahora sí, si no cumplen, ¡van a meterse en un lío tremendo!, pueden enfrentar cargos por desobediencia y otras cosas peores. ¡Que no se les escape la jugada!
Según la información que hemos recabado, los agremiados han estado aportando constantemente a este fondo, pero la incertidumbre sobre el monto actual sigue siendo una nube negra. Además, el Colegio aún no ha dado su posicionamiento oficial sobre lo ordenado por el tribunal, así que seguimos aguardando, con el corazón en vilo, a ver si finalmente se soluciona este problema que arrastra más años de los que muchos de nosotros tenemos de vida.
Así que ahí lo tienen, mis queridos lectores: el Colegio de Abogados tiene tres meses para resolver esta vaina del fondo de pensiones. ¿Creen que realmente van a lograrlo esta vez, o nos vamos a quedar con otro chasco? ¿Cuál debería ser el modelo ideal para este fondo de pensiones, teniendo en cuenta las necesidades de los abogados y la sostenibilidad financiera del Colegio?
La raíz de todo este brete empezó allá por 2012, cuando don Didier Carranza, representando a don León Montoya, denunció al Colegio alegando que no estaban cumpliendo con la Ley No. 4.235, que precisamente crea el timbre del Colegio y destina fondos a ese fondo de pensiones. Don León, ¡pobre hombre!, llevaba años buscando que le dieran su merecido después de toda una vida trabajando, y se encontró con un muro de silencio.
Y ojo, que no es que el Colegio no sabía nada del asunto. Desde 2013, el Tribunal ya los había condenado, obligándolos a elaborar un reglamento para el Plan de Pensiones y Jubilaciones. Pero parece que algunos prefirieron hacerse los dormidos, y el tiempo siguió pasando, mientras los abogados seguían esperando, suspirando, pensando en cómo iban a afrontar la vejez sin ese respaldo.
Ahora, la jueza, harta de tanto diluvio, les puso el dedo en el blanco: “Por última vez, sin que se pueda prorrogar, se les otorga el plazo de tres meses para que culminen el proceso y cumplan con lo ordenado en la sentencia.” ¡Uf, qué bronca! Como dice Angie Arce, abogada y defensora de los derechos de sus colegas, esta sentencia es crucial después de tanta espera. Se necesita implementar el fondo y dictar un reglamento, por fin dando una esperanza tangible a los profesionales del derecho.
Pero no todo es color de rosa, ¿eh? Porque también hay que construir un reglamento que sea beneficioso para todos los agremiados. ¿Cómo se va a financiar todo esto? Recordando que el fondo se nutre con el 13% de los ingresos del Colegio por la venta de timbres y un aporte directo de los abogados. Además, hay que recordar que si mueres, renuncias al fondo, o te vas del colegio, ¡no te llevan ni al cementerio con la pensión!
Didier Carranza, el abogado que impulsó este reclamo, está exultante. Dice que esto marca el final de un largo suplicio y que el Colegio no puede seguir ignorando el mandato judicial. Ahora sí, si no cumplen, ¡van a meterse en un lío tremendo!, pueden enfrentar cargos por desobediencia y otras cosas peores. ¡Que no se les escape la jugada!
Según la información que hemos recabado, los agremiados han estado aportando constantemente a este fondo, pero la incertidumbre sobre el monto actual sigue siendo una nube negra. Además, el Colegio aún no ha dado su posicionamiento oficial sobre lo ordenado por el tribunal, así que seguimos aguardando, con el corazón en vilo, a ver si finalmente se soluciona este problema que arrastra más años de los que muchos de nosotros tenemos de vida.
Así que ahí lo tienen, mis queridos lectores: el Colegio de Abogados tiene tres meses para resolver esta vaina del fondo de pensiones. ¿Creen que realmente van a lograrlo esta vez, o nos vamos a quedar con otro chasco? ¿Cuál debería ser el modelo ideal para este fondo de pensiones, teniendo en cuenta las necesidades de los abogados y la sostenibilidad financiera del Colegio?
