¡Ay, mi gente! Resulta que nuestros abuelitos y abuelitas necesitan más que pura medicina para mantenerse sanos y felices. La Caja Costarricense de Seguro Social (CCSS) soltó la bomba: las reuniones familiares, esas que hacemos por Navidad y Año Nuevo, son cruciales para su salud física y mental. ¿Se imaginan? Más valioso que cualquier suplemento vitamínico.
Según Vilma García y Carlos Cob, doctores del programa de la Caja dedicado a atender a los adultos mayores, el rollo está en la interacción social. De verdad, eso de juntarnos a comer tamales, contar anécdotas viejas y reírnos juntos parece que les da una inyección de energía directa al corazón y al alma. Ya saben, como cuando te tomas un café bien cargadito en la mañana.
“Una vida social activa en este grupo poblacional está directamente asociada con una mejor salud física, mental y psicosocial,” nos explica la doctora García. Y no es cuento, dice que hasta ayuda a evitar depresiones, mejora el sistema inmune y alarga la vida. ¡Imagínense, podrían vernos crecer a nosotros, mis panas!” Es como si tener a la familia cerca fuera el secreto de la juventud eterna, aunque ya sabemos que eso es mito… o quizás no tanto.
Pero ojo, no es simplemente juntarlos todos en un salón. Los especialistas recalcan que hay que pensar en qué les gusta hacer, qué cosas pueden disfrutar y cómo podemos hacerlos sentir incluidos. Porque un abuelito sintiéndose aparte es igual que un pastel sin glaseado: incompleto y tristoncito.
“Personalizar las actividades según sus habilidades, crear un entorno cómodo y facilitar una comunicación abierta son aspectos fundamentales”, agregó el doctor Cob. Y ahí entra la paciencia, mi gente, porque a veces cuesta entenderlos, pero vale la pena darle ese tiempo extra para escucharlos y demostrarles cuánto los queremos. Una conversación sincera puede hacer maravillas, más que mil regalos materiales.
También resaltaron la importancia de que los chamacos y jóvenes se involucren. Que escuchen las historias de los abuelos, aprendan de sus experiencias y fortalezcan esos lazos intergeneracionales. ¡Quién sabe, tal vez descubran algún secreto ancestral para la felicidad! Además, qué bonito es ver a los nietos abrazando a sus abuelos, ¿verdad?
Y claro, con toda esta tecnología que tenemos ahora, ya no hay excusas. Las videollamadas y las redes sociales nos permiten mantenernos conectados aunque estemos lejos. Así que, ¡aprovechen estas herramientas para no perderse ni un solo cumpleaños o reunión familiar! Que ahora, con Zoom y WhatsApp, la distancia ya no es un problema. Eso sí, asegúrense de que sepan cómo usarla... que algunos todavía andan batallando con el botón de enviar, ¡qué torta!
Así que ya lo saben, mis panas: este fin de año, inviertan tiempo de calidad con sus seres mayores. Celebren, rían, coman rico y demuéstreles cuánto significan para ustedes. Pero, díganme, ¿qué tradiciones familiares les parecen esenciales para el bienestar de los adultos mayores en Costa Rica?
Según Vilma García y Carlos Cob, doctores del programa de la Caja dedicado a atender a los adultos mayores, el rollo está en la interacción social. De verdad, eso de juntarnos a comer tamales, contar anécdotas viejas y reírnos juntos parece que les da una inyección de energía directa al corazón y al alma. Ya saben, como cuando te tomas un café bien cargadito en la mañana.
“Una vida social activa en este grupo poblacional está directamente asociada con una mejor salud física, mental y psicosocial,” nos explica la doctora García. Y no es cuento, dice que hasta ayuda a evitar depresiones, mejora el sistema inmune y alarga la vida. ¡Imagínense, podrían vernos crecer a nosotros, mis panas!” Es como si tener a la familia cerca fuera el secreto de la juventud eterna, aunque ya sabemos que eso es mito… o quizás no tanto.
Pero ojo, no es simplemente juntarlos todos en un salón. Los especialistas recalcan que hay que pensar en qué les gusta hacer, qué cosas pueden disfrutar y cómo podemos hacerlos sentir incluidos. Porque un abuelito sintiéndose aparte es igual que un pastel sin glaseado: incompleto y tristoncito.
“Personalizar las actividades según sus habilidades, crear un entorno cómodo y facilitar una comunicación abierta son aspectos fundamentales”, agregó el doctor Cob. Y ahí entra la paciencia, mi gente, porque a veces cuesta entenderlos, pero vale la pena darle ese tiempo extra para escucharlos y demostrarles cuánto los queremos. Una conversación sincera puede hacer maravillas, más que mil regalos materiales.
También resaltaron la importancia de que los chamacos y jóvenes se involucren. Que escuchen las historias de los abuelos, aprendan de sus experiencias y fortalezcan esos lazos intergeneracionales. ¡Quién sabe, tal vez descubran algún secreto ancestral para la felicidad! Además, qué bonito es ver a los nietos abrazando a sus abuelos, ¿verdad?
Y claro, con toda esta tecnología que tenemos ahora, ya no hay excusas. Las videollamadas y las redes sociales nos permiten mantenernos conectados aunque estemos lejos. Así que, ¡aprovechen estas herramientas para no perderse ni un solo cumpleaños o reunión familiar! Que ahora, con Zoom y WhatsApp, la distancia ya no es un problema. Eso sí, asegúrense de que sepan cómo usarla... que algunos todavía andan batallando con el botón de enviar, ¡qué torta!
Así que ya lo saben, mis panas: este fin de año, inviertan tiempo de calidad con sus seres mayores. Celebren, rían, coman rico y demuéstreles cuánto significan para ustedes. Pero, díganme, ¿qué tradiciones familiares les parecen esenciales para el bienestar de los adultos mayores en Costa Rica?