¡Ay, Dios mío! Parece que San Pedro nos quiere poner a prueba esta semana. El Instituto Meteorológico Nacional (IMN) soltó la bomba ayer: aguaceros intensos y tormentas eléctricas vienen con ganas para hoy y mañana, especialmente en esas zonas que ya andan empapeladas de tanto agua. ¡Qué despiche!
Como si fuera poco, la humedad constante que viene del Pacífico no le da respiro a nuestro clima. Según el pronóstico, vamos a estar pegajosos como nunca, con un patrón atmosférico que favorece los aguaceros torrenciales en el Pacífico Norte y la Zona Norte. Ya saben, donde la tierra está pidiendo auxilio porque ni respira.
Y ojo, porque no hablamos de gotitas suaves. El IMN estima que van a caer entre 40 y 75 milímetros de lluvia en algunas áreas, ¡y hasta 90 en puntos puntuales! Eso sí que moja, chunches. En el Valle Central, las cosas se alivian un poquito, pero igual hay que tener cuidado, especialmente si vives en las montañas, pues ahí la cosa puede ponerse chincha.
Ahora, pa' los que viven en el GAM, tranquilos... por ahora. Aunque el IMN tampoco descartó la posibilidad de que aparezcan unas neblinas mañaneras que puedan causar tráfico complicado. ¡Ya sabemos cómo anda eso! Un brete pa’l que tiene que salir temprano a laburar.
Pero bueno, la verdadera preocupación es la saturación del suelo. Resulta que lugares como la Península de Nicoya, las montañas de la Zona Norte y las costas del Pacífico Central y Sur están como esponjas: no pueden absorber más agua. Esto significa que el riesgo de deslizamientos, inundaciones repentinas y desbordes de ríos es alto, muy alto. ¡Qué sal!
El IMN está insistiendo en que hay que tomar precauciones, y no es pa' echarle piedra. Les piden mantener la calma en zonas propensas a inundaciones, estar pendientes de las tormentas y buscar refugio seguro si ven ráfagas de viento fuertes. Dicen que algunas pueden superar los 80 kilómetros por hora, así que imagínate lo que puede pasar con las ramas y los cables eléctricos. ¡Un verdadero pandemonio!
En resumen, lo que tenemos que hacer es estar atentos, evitar meterse en problemas y esperar que San Pedro se calme un tantito. Porque aunque la lluvia es necesaria para nuestros cultivos y reservas de agua, esta vez parece que viene con demasiada fuerza. La verdad, uno ya empieza a pensar si no deberíamos construir arcas a prueba de agua, ¡por si acaso!
Con toda esta información, me pregunto: ¿Qué medidas prácticas podemos tomar nosotros como ciudadanos para protegernos y mitigar los efectos de estos eventos climáticos extremos? ¿Creen que el gobierno está haciendo suficiente para prevenir riesgos y ayudar a las comunidades vulnerables?
Como si fuera poco, la humedad constante que viene del Pacífico no le da respiro a nuestro clima. Según el pronóstico, vamos a estar pegajosos como nunca, con un patrón atmosférico que favorece los aguaceros torrenciales en el Pacífico Norte y la Zona Norte. Ya saben, donde la tierra está pidiendo auxilio porque ni respira.
Y ojo, porque no hablamos de gotitas suaves. El IMN estima que van a caer entre 40 y 75 milímetros de lluvia en algunas áreas, ¡y hasta 90 en puntos puntuales! Eso sí que moja, chunches. En el Valle Central, las cosas se alivian un poquito, pero igual hay que tener cuidado, especialmente si vives en las montañas, pues ahí la cosa puede ponerse chincha.
Ahora, pa' los que viven en el GAM, tranquilos... por ahora. Aunque el IMN tampoco descartó la posibilidad de que aparezcan unas neblinas mañaneras que puedan causar tráfico complicado. ¡Ya sabemos cómo anda eso! Un brete pa’l que tiene que salir temprano a laburar.
Pero bueno, la verdadera preocupación es la saturación del suelo. Resulta que lugares como la Península de Nicoya, las montañas de la Zona Norte y las costas del Pacífico Central y Sur están como esponjas: no pueden absorber más agua. Esto significa que el riesgo de deslizamientos, inundaciones repentinas y desbordes de ríos es alto, muy alto. ¡Qué sal!
El IMN está insistiendo en que hay que tomar precauciones, y no es pa' echarle piedra. Les piden mantener la calma en zonas propensas a inundaciones, estar pendientes de las tormentas y buscar refugio seguro si ven ráfagas de viento fuertes. Dicen que algunas pueden superar los 80 kilómetros por hora, así que imagínate lo que puede pasar con las ramas y los cables eléctricos. ¡Un verdadero pandemonio!
En resumen, lo que tenemos que hacer es estar atentos, evitar meterse en problemas y esperar que San Pedro se calme un tantito. Porque aunque la lluvia es necesaria para nuestros cultivos y reservas de agua, esta vez parece que viene con demasiada fuerza. La verdad, uno ya empieza a pensar si no deberíamos construir arcas a prueba de agua, ¡por si acaso!
Con toda esta información, me pregunto: ¿Qué medidas prácticas podemos tomar nosotros como ciudadanos para protegernos y mitigar los efectos de estos eventos climáticos extremos? ¿Creen que el gobierno está haciendo suficiente para prevenir riesgos y ayudar a las comunidades vulnerables?