¡Ay, Dios mío! Otra vez las mismas aguas bajando por Montes de Oca y arrastrando carros, dejando vecinos varados... parece que esto se ha convertido en una rutina invernal, ¿verdad, maes? Pero espérense, que no es solo badén y llanto; resulta que detrás de este desmadre hay ciencia, pura física, pa’ que entiendan por qué nos toca vivir así.
Marcial Garbanzo, directo desde la UCR, nos explica que no es tanto la cantidad de agua lo que causa el problema, sino cómo cae. Imaginen esto: si le ponen 10 litros de agua en un metro cuadrado, eso es 10 milímetros, ¿eh? Suena poquito, pero la clave está en que el agua no se queda quieta, va buscando dónde meterse, uniéndose a toda el agua que cae en otros lados. ¡Un verdadero chunche!
Y ahí es donde entramos nosotros, los josefinos, en faena. Porque, claro, no es lo mismo que te lluevan esos 10 milímetros en un día, pa' que la tierra absorba un poco, que te caigan todos en una hora. ¡Eso sí es huracán acuático! Según el profe Garbanzo, a partir de 21 milímetros por hora, ya la Quebrada de Los Negritos se sale de control, y si llegan a los 40 milímetros… bueno, prepárense para nadar en la Facultad de Derecho, diay.
Ahora, ¿y qué onda con la Quebrada de Los Negritos? Resulta que esa quebradita, que parecía tranquila, se ha convertido en nuestro peor enemigo. La UCR anda monitoreándola constantemente, con estaciones climáticas de última generación – algunas hechas con impresoras 3D, ¡qué chiva la tecnología tica! – midiendo radiación solar, presión atmosférica, todo, para saber cuándo va a explotar.
Marcial Garbanzo, directo desde la UCR, nos explica que no es tanto la cantidad de agua lo que causa el problema, sino cómo cae. Imaginen esto: si le ponen 10 litros de agua en un metro cuadrado, eso es 10 milímetros, ¿eh? Suena poquito, pero la clave está en que el agua no se queda quieta, va buscando dónde meterse, uniéndose a toda el agua que cae en otros lados. ¡Un verdadero chunche!
Y ahí es donde entramos nosotros, los josefinos, en faena. Porque, claro, no es lo mismo que te lluevan esos 10 milímetros en un día, pa' que la tierra absorba un poco, que te caigan todos en una hora. ¡Eso sí es huracán acuático! Según el profe Garbanzo, a partir de 21 milímetros por hora, ya la Quebrada de Los Negritos se sale de control, y si llegan a los 40 milímetros… bueno, prepárense para nadar en la Facultad de Derecho, diay.
Ahora, ¿y qué onda con la Quebrada de Los Negritos? Resulta que esa quebradita, que parecía tranquila, se ha convertido en nuestro peor enemigo. La UCR anda monitoreándola constantemente, con estaciones climáticas de última generación – algunas hechas con impresoras 3D, ¡qué chiva la tecnología tica! – midiendo radiación solar, presión atmosférica, todo, para saber cuándo va a explotar.