¡Ay, Dios mío! La Zona Norte amaneció bien chincona ayer por la tarde. Con el huracán Melissa dando vueltas por ahí, aunque lejos, nos mandó unos aguaceros que agarraron a todos desprevenidos. La Cruz Roja tuvo que salir corriendo a atender más de 50 incidentes relacionados con inundaciones, y parece que esto apenas va comenzando, pues el clima anda impredecible.
Según Gabriel Quirós, el coordinador operativo regional de la Cruz Roja, la situación se puso fea rápido. Contaron con 57 incidentes en total, movilizando toda la maquinaria pesada: vehículos especiales, ambulancias, hasta una balsa tuvieron que sacar para rescatar gente. Jalarse una torta habría sido no tenerlos preparados para tanta agua caída en tan poco tiempo, dicen algunos por ahí.
Lo más afectado fue el cantón de San Carlos, especialmente los distritos de San Luis y Sucre. Pero no solo ahí, comunidades como Pénjamo y Ron Ron también sufrieron bastante. Imagínense, la calle llena de agua hasta las rodillas, casas con el patio inundado... ¡Un bajón! Fotos que circularon en redes sociales mostraban escenas dignas de película, con autos varados y vecinos buscando refugio en sus techos.
Y ni hablar de las familias que tuvieron que dejarlo todo atrás. Según información oficial, al menos 11 personas, incluyendo niños, fueron evacuadas a lugares seguros. Se habilitó un albergue en Pénjamo de Florencia, donde les brindan comida, techo y atención médica básica. Esperemos que puedan encontrar consuelo y apoyo en estos momentos difíciles, porque irse del hogar nunca es fácil, diay.
La Comisión Nacional de Emergencias (CNE) mantiene la alerta naranja en el Pacífico, amarilla en la Zona Norte y el Valle Central, y verde en el Caribe. Esto quiere decir que todavía hay posibilidades de que llueva más, así que toca estar atentos y seguir las recomendaciones de las autoridades. No joder, mi consejo es chequear siempre la información oficial, que a veces la cosa se pone peor de lo que pinta.
Algunos dicen que estas inundaciones son un llamado de atención sobre cómo estamos tratando el medio ambiente. Claro, con tanta deforestación y construcción a pie de río, no nos extraña que el agua no tenga dónde ir cuando llueve fuerte. Tenemos que empezar a pensar en soluciones a largo plazo, sino vamos a seguir pasando por esto año tras año, qué sal!
Por otro lado, muchos se preguntan si la CNE reaccionó a tiempo ante esta emergencia. Algunos critican la lentitud en la respuesta inicial, argumentando que podrían haber tomado medidas preventivas para mitigar los efectos de las lluvias. Se espera que publiquen un informe completo en los próximos días, pero al cierre de esta nota, todavía no tenían nada concreto que compartir. Un brete resolverlo luego, jeje.
Ahora, me pregunto… ¿Con tanto cambio climático y eventos extremos cada vez más frecuentes, qué medidas prácticas podemos tomar nosotros, como ciudadanos comunes, para protegernos mejor y ayudar a nuestras comunidades a ser más resilientes frente a estas situaciones? ¿Deberíamos exigir más controles en las construcciones cerca de ríos o invertir más en sistemas de drenaje eficientes?
	
		
			
		
		
	
				
			Según Gabriel Quirós, el coordinador operativo regional de la Cruz Roja, la situación se puso fea rápido. Contaron con 57 incidentes en total, movilizando toda la maquinaria pesada: vehículos especiales, ambulancias, hasta una balsa tuvieron que sacar para rescatar gente. Jalarse una torta habría sido no tenerlos preparados para tanta agua caída en tan poco tiempo, dicen algunos por ahí.
Lo más afectado fue el cantón de San Carlos, especialmente los distritos de San Luis y Sucre. Pero no solo ahí, comunidades como Pénjamo y Ron Ron también sufrieron bastante. Imagínense, la calle llena de agua hasta las rodillas, casas con el patio inundado... ¡Un bajón! Fotos que circularon en redes sociales mostraban escenas dignas de película, con autos varados y vecinos buscando refugio en sus techos.
Y ni hablar de las familias que tuvieron que dejarlo todo atrás. Según información oficial, al menos 11 personas, incluyendo niños, fueron evacuadas a lugares seguros. Se habilitó un albergue en Pénjamo de Florencia, donde les brindan comida, techo y atención médica básica. Esperemos que puedan encontrar consuelo y apoyo en estos momentos difíciles, porque irse del hogar nunca es fácil, diay.
La Comisión Nacional de Emergencias (CNE) mantiene la alerta naranja en el Pacífico, amarilla en la Zona Norte y el Valle Central, y verde en el Caribe. Esto quiere decir que todavía hay posibilidades de que llueva más, así que toca estar atentos y seguir las recomendaciones de las autoridades. No joder, mi consejo es chequear siempre la información oficial, que a veces la cosa se pone peor de lo que pinta.
Algunos dicen que estas inundaciones son un llamado de atención sobre cómo estamos tratando el medio ambiente. Claro, con tanta deforestación y construcción a pie de río, no nos extraña que el agua no tenga dónde ir cuando llueve fuerte. Tenemos que empezar a pensar en soluciones a largo plazo, sino vamos a seguir pasando por esto año tras año, qué sal!
Por otro lado, muchos se preguntan si la CNE reaccionó a tiempo ante esta emergencia. Algunos critican la lentitud en la respuesta inicial, argumentando que podrían haber tomado medidas preventivas para mitigar los efectos de las lluvias. Se espera que publiquen un informe completo en los próximos días, pero al cierre de esta nota, todavía no tenían nada concreto que compartir. Un brete resolverlo luego, jeje.
Ahora, me pregunto… ¿Con tanto cambio climático y eventos extremos cada vez más frecuentes, qué medidas prácticas podemos tomar nosotros, como ciudadanos comunes, para protegernos mejor y ayudar a nuestras comunidades a ser más resilientes frente a estas situaciones? ¿Deberíamos exigir más controles en las construcciones cerca de ríos o invertir más en sistemas de drenaje eficientes?
 
	 
 
		 
  
 
		 
  
 
		 
 
		 
 
		 
 
		 
 
		 
 
		 
 
		 
 
		