¡Quiubo, gente del Foro! Aquí su reportera favorita, trayéndoles la scoop sobre Cargill, esa compañía que seguro ya conocen porque tienen marcas que andan en cada fogón. Resulta que están metiéndose todavía más en el brete del mercado centroamericano, y parece que Costa Rica va a recibir buena onda con esto.
Según les contaron a Revista Summa, Cargill tiene más de medio siglo acá en la región, y eso no es casualidad, pues se han ganado la confianza de los consumidores trabajando siempre con transparencia y haciendo las cosas bien. No es como esas empresas que prometen hasta cerdos voladores y luego te dejan con el agua floja; estos señores parecen tener clara la jugada y saben que la base de todo negocio duradero es construir relaciones sólidas, ¿verdad?
Y hablando de marcas, nomás recuerden Pipasa acá en el país, Tip-Top en Nicaragua, Perry en Guatemala, y Norteño en Honduras… ¡pura vaina que forma parte de nuestra vida diaria! Pero no sólo eso, también tienen otras como Delicia, Kimby, y Cinta Azul, todas buscando adaptarse a los nuevos gustos y a la velocidad con la que vamos cambiando los estilos de vida. Uno se da cuenta que hacen su tarea casa por casa y país por país, para entender qué queremos comer.
Ahora, la cosa se pone interesante porque la población mundial va creciendo como moho en pan francés, y eso significa que necesitamos producir muchísima más comida. Ellos ven ese desafío como una oportunidad y dicen estar preparados para echarle mano. Sus planes incluyen expandirse en el rubro de proteínas – pollo, huevos y embutidos – principalmente en Guatemala y El Salvador, donde buscan hacerse con un lugar importante en el mercado. ¡A ver si eso nos llega también a nosotros!
Pero no se quedan sólo en eso, pues también quieren meterse en nuevas áreas de alimentos como aceites, harinas, cacao, edulcorantes y tomates. Esto quiere decir que están buscando diversificar sus productos y ofrecerles a las familias opciones variadas y de calidad. Porque siendo honestos, a veces uno quiere probar algo diferente, salir del arroz y frijales de siempre, y estas marcas podrían traerle aire fresco a la mesa.
Lo más novedoso, según comentan, es que están usando inteligencia artificial para optimizar sus procesos y predecir qué vamos a querer comer el año que viene. ¡Imagínense! Las máquinas aprendiendo nuestros gustos, más rápido que nosotros mismos. Eso sí que es estar a la vanguardia, aunque me da un poquito de cosita pensar que un algoritmo sabe más de mis antojos que mi propia abuela…
Y no crean que sólo están pensando en negocios. También se preocupan por la trazabilidad de sus productos, como lo demuestran las campañas “¡Trazabilidad de la Frescura!” de Tip-Top en Nicaragua y Norteño en Honduras. Con un simple escaneo de código QR, puedes saber exactamente de dónde viene tu pollo, desde la granja hasta tu plato. Eso le da mucha más seguridad a uno, especialmente en tiempos donde la comida adulterada es un problema serio. Total, uno quiere saber qué se mete en el cuerpo, ¿no?
Entonces, ¿qué piensan ustedes? Con toda esta inversión y apuesta por la innovación, ¿creen que Cargill realmente puede transformar la forma en que comemos en Costa Rica y en la región? ¿Les preocupa que tanta tecnología se meta en la producción de alimentos, o creen que es el camino del futuro? ¡Déjenme sus opiniones en los comentarios, que quiero leer qué dice la gente del foro sobre este tema!
	
		
			
		
		
	
				
			Según les contaron a Revista Summa, Cargill tiene más de medio siglo acá en la región, y eso no es casualidad, pues se han ganado la confianza de los consumidores trabajando siempre con transparencia y haciendo las cosas bien. No es como esas empresas que prometen hasta cerdos voladores y luego te dejan con el agua floja; estos señores parecen tener clara la jugada y saben que la base de todo negocio duradero es construir relaciones sólidas, ¿verdad?
Y hablando de marcas, nomás recuerden Pipasa acá en el país, Tip-Top en Nicaragua, Perry en Guatemala, y Norteño en Honduras… ¡pura vaina que forma parte de nuestra vida diaria! Pero no sólo eso, también tienen otras como Delicia, Kimby, y Cinta Azul, todas buscando adaptarse a los nuevos gustos y a la velocidad con la que vamos cambiando los estilos de vida. Uno se da cuenta que hacen su tarea casa por casa y país por país, para entender qué queremos comer.
Ahora, la cosa se pone interesante porque la población mundial va creciendo como moho en pan francés, y eso significa que necesitamos producir muchísima más comida. Ellos ven ese desafío como una oportunidad y dicen estar preparados para echarle mano. Sus planes incluyen expandirse en el rubro de proteínas – pollo, huevos y embutidos – principalmente en Guatemala y El Salvador, donde buscan hacerse con un lugar importante en el mercado. ¡A ver si eso nos llega también a nosotros!
Pero no se quedan sólo en eso, pues también quieren meterse en nuevas áreas de alimentos como aceites, harinas, cacao, edulcorantes y tomates. Esto quiere decir que están buscando diversificar sus productos y ofrecerles a las familias opciones variadas y de calidad. Porque siendo honestos, a veces uno quiere probar algo diferente, salir del arroz y frijales de siempre, y estas marcas podrían traerle aire fresco a la mesa.
Lo más novedoso, según comentan, es que están usando inteligencia artificial para optimizar sus procesos y predecir qué vamos a querer comer el año que viene. ¡Imagínense! Las máquinas aprendiendo nuestros gustos, más rápido que nosotros mismos. Eso sí que es estar a la vanguardia, aunque me da un poquito de cosita pensar que un algoritmo sabe más de mis antojos que mi propia abuela…
Y no crean que sólo están pensando en negocios. También se preocupan por la trazabilidad de sus productos, como lo demuestran las campañas “¡Trazabilidad de la Frescura!” de Tip-Top en Nicaragua y Norteño en Honduras. Con un simple escaneo de código QR, puedes saber exactamente de dónde viene tu pollo, desde la granja hasta tu plato. Eso le da mucha más seguridad a uno, especialmente en tiempos donde la comida adulterada es un problema serio. Total, uno quiere saber qué se mete en el cuerpo, ¿no?
Entonces, ¿qué piensan ustedes? Con toda esta inversión y apuesta por la innovación, ¿creen que Cargill realmente puede transformar la forma en que comemos en Costa Rica y en la región? ¿Les preocupa que tanta tecnología se meta en la producción de alimentos, o creen que es el camino del futuro? ¡Déjenme sus opiniones en los comentarios, que quiero leer qué dice la gente del foro sobre este tema!
 
	 
 
		 
  
 
		 
 
		 
 
		 
  
 
		 
 
		 
 
		 
 
		 
 
		 
 
		 
 
		