¡Ay, Dios mío, qué vaina! Resulta que la CCSS anda rematando casitas en medio del país y, pa’ colmo, te dan facilidades pa’ comprarlas. Entre que el dólar está bajando y ahora esto, parece que estamos viviendo en otra dimensión. Pero bueno, vamos al grano, porque hay gente buscando techo y esta podría ser la oportunidad –si tienes la lana, claro.
La Caja, aparentemente, busca aliviar la deuda que se acumula y dicen que estas remates van a ayudar a meterle dinamismo al mercado inmobiliario. Suena lindo, ¿verdad?, pero cuando ves los precios, te das cuenta que no es precisamente regalado. Igual, ofrecen un crédito hipotecario directamente, así que eso quita un peso de encima, porque los bancos últimamente andan más estrictos que gallina protegiendo sus pollitos.
En total, tienen unas ocho propiedades disponibles en diferentes cantones: Puntarenas, Siquirres, Matina y Alajuela. Lo más barato, una cabañita en San Rafael de Guatuso, que sale en seis millones colones. Sí, señor, todavía hay cosas decentes por esos precios, aunque tengas que sudar la gota gorda pa’ juntar la feria. Las otras van desde los nueve millones hasta los doce millones y pico, dependiendo del lugar y del tamaño.
Por ejemplo, hay una casa esquinera en La Alegría de Siquirres, en Limón, con un terrenazo de casi trescientos metros cuadrados. Esa ya va por los once millones. Ideal pa' montar un changuelero o pa' alquilar habitaciones. Y luego está una en Barranca de Puntarenas, en una urbanización llamada Manuel Mora Valverde, que tiene un precio base de nueve millones doscientas cuarenta mil colones. ¡Pa’ que se animen!
Pero ojo, no todo es miel sobre hojuelas. Pa' participar en los remates, tienes que entrar al portal Sicop (https://www.sicop.go.cr/). Ahí buscas el cartel correspondiente y sigues los pasos. También puedes contactarlos por correo electrónico o teléfono si tienes alguna duda. ¡Pero apúrate!, que las buenas ofertas vuelan como papalote en día de viento.
Ahora, lo interesante del asunto es que la CCSS está ofreciendo financiamiento interno. Eso significa que evitas los engorros de ir a un banco y les ahorras unos cuantos comisiones. Además, dicen que las cuotas son accesibles y que las condiciones son competitivas. Suena bien, pero ya sabemos cómo son esas cosas; hay que leer la letra pequeña antes de firmar cualquier contrato.
Muchos se preguntarán, ¿por qué la CCSS está vendiendo estas casas? Pues resulta que son propiedades que quedaron de viejos programas sociales, o que fueron adquiridas por la Caja y nunca llegaron a usarse. Ahora, quieren liquidar ese inventario y liberar recursos para otras necesidades más urgentes. Y así es como, de paso, ayudan a algunos ticos a hacerse de un techo propio. Una pena que no sean más de las que tienen, porque la necesidad es mucha.
Así que ahí lo tienen, compadres: una oportunidad para lograr tener tu propia casa. Aunque los precios no estén exactamente regalados, las facilidades de financiamiento hacen que sea una opción viable para algunos. Ahora me pregunto, ¿ustedes creen que realmente estos remates van a ayudar a resolver el problema de vivienda en Costa Rica, o es solo una solución temporal para un problema mucho más grande?
La Caja, aparentemente, busca aliviar la deuda que se acumula y dicen que estas remates van a ayudar a meterle dinamismo al mercado inmobiliario. Suena lindo, ¿verdad?, pero cuando ves los precios, te das cuenta que no es precisamente regalado. Igual, ofrecen un crédito hipotecario directamente, así que eso quita un peso de encima, porque los bancos últimamente andan más estrictos que gallina protegiendo sus pollitos.
En total, tienen unas ocho propiedades disponibles en diferentes cantones: Puntarenas, Siquirres, Matina y Alajuela. Lo más barato, una cabañita en San Rafael de Guatuso, que sale en seis millones colones. Sí, señor, todavía hay cosas decentes por esos precios, aunque tengas que sudar la gota gorda pa’ juntar la feria. Las otras van desde los nueve millones hasta los doce millones y pico, dependiendo del lugar y del tamaño.
Por ejemplo, hay una casa esquinera en La Alegría de Siquirres, en Limón, con un terrenazo de casi trescientos metros cuadrados. Esa ya va por los once millones. Ideal pa' montar un changuelero o pa' alquilar habitaciones. Y luego está una en Barranca de Puntarenas, en una urbanización llamada Manuel Mora Valverde, que tiene un precio base de nueve millones doscientas cuarenta mil colones. ¡Pa’ que se animen!
Pero ojo, no todo es miel sobre hojuelas. Pa' participar en los remates, tienes que entrar al portal Sicop (https://www.sicop.go.cr/). Ahí buscas el cartel correspondiente y sigues los pasos. También puedes contactarlos por correo electrónico o teléfono si tienes alguna duda. ¡Pero apúrate!, que las buenas ofertas vuelan como papalote en día de viento.
Ahora, lo interesante del asunto es que la CCSS está ofreciendo financiamiento interno. Eso significa que evitas los engorros de ir a un banco y les ahorras unos cuantos comisiones. Además, dicen que las cuotas son accesibles y que las condiciones son competitivas. Suena bien, pero ya sabemos cómo son esas cosas; hay que leer la letra pequeña antes de firmar cualquier contrato.
Muchos se preguntarán, ¿por qué la CCSS está vendiendo estas casas? Pues resulta que son propiedades que quedaron de viejos programas sociales, o que fueron adquiridas por la Caja y nunca llegaron a usarse. Ahora, quieren liquidar ese inventario y liberar recursos para otras necesidades más urgentes. Y así es como, de paso, ayudan a algunos ticos a hacerse de un techo propio. Una pena que no sean más de las que tienen, porque la necesidad es mucha.
Así que ahí lo tienen, compadres: una oportunidad para lograr tener tu propia casa. Aunque los precios no estén exactamente regalados, las facilidades de financiamiento hacen que sea una opción viable para algunos. Ahora me pregunto, ¿ustedes creen que realmente estos remates van a ayudar a resolver el problema de vivienda en Costa Rica, o es solo una solución temporal para un problema mucho más grande?