¡Ay, Dios mío! Resulta que el TSE ya le dio al quite y definió el padrón electoral para las elecciones del 2026. Unas 3 millones 731 mil casi setecientas personas podrán ir a echar el boleta, eso sí, con la promesa de unos 131 mil nuevos votantes. Seamos honestos, esto siempre da que pensar...¿Serán suficientes para darle un vuelco a las cosas?
El Tribunal, pa' que les quede claro, publicó la lista oficial este martes. Dicen que hay un aumento del 4,3% con respecto al 2022, y eso es bastante si nos ponemos a pensar bien. Tenemos 1 millón y medio de votantes jóvenes –ese es el segmento que le pone candela al asunto– y otros 65 jóvenes que cumplen los 18 justo el día de la elección. ¡Imagínate la emoción de votar por primera vez!
Y ni hablar del voto en el extranjero, ahí sí que se puso interesante. Van unas 67 mil personas que van a poder votar desde 49 consulados repartidos por 42 países. Pa’ esos americanos, especialmente los estadounidenses –con sus 44 mil compatriotas registrados–, será una oportunidad de decir presente, aunque sea desde lejos. ¡Eso demuestra que el tico se rifa, hasta en el extranjero!
Ahora, viene la parte curiosa: tenemos 96 mil ciudadanos naturalizados, muchos de ellos nicaragüenses, colombianos, salvadoreños y venezolanos. Eso habla muy bien de nosotros como país abierto a recibir gente. Pero también plantea preguntas importantes. ¿Se sentirán realmente representados? ¿Tendrán voz y voto en decisiones que afectarán sus vidas?
Por supuesto, los funcionarios del TSE dicen que toda esta información sirve para planear bien las cosas y asegurar que todos puedan votar tranquilos. Que revisen el padrón online, que verifiquen sus lugares de votación. Eso está bueno, pero a veces uno piensa… ¿De verdad le prestan atención a esas cosas? No sé, a mí me da un poco de desconfianza, la verdad.
Lo que más llama la atención es que el 44% del padrón son jóvenes entre 18 y 39 años. ¡Una masa enorme de votantes! Pero aquí va mi chincha: ¿Van a salir a votar? Porque sino, todo este esfuerzo es pura paja seca. Han aumentado el número de electores, pero si no los convencemos de que su voto cuenta, qué ganamos con todo esto?
Además, fíjense que los cantones con más votantes son los típicos: Central de San José, Alajuela, Cartago… Nada nuevo bajo el sol. Y en el extremo opuesto, tenemos esos pueblos pequeños y apartados, como Monteverde, Turrubares y Dota, que apenas llegan a unos miles de votantes. Es una muestra de cómo está distribuida nuestra población. Y nos hace reflexionar, ¿hay igualdad de oportunidades para todos, independientemente del lugar donde vivan?
Bueno, pues ya saben, amigos. El padrón está listo, los números están claros. Pero la verdadera pregunta es esta: ¿Con tantos nuevos votantes, tanta diversidad, tantas aristas pendientes, vamos a lograr que estas elecciones sean verdaderamente representativas y cambien la realidad de nuestro país, o seguiremos viendo lo mismo de siempre? ¡Denme su opinión en los comentarios, quiero saber qué piensan ustedes de todo este rollo!
El Tribunal, pa' que les quede claro, publicó la lista oficial este martes. Dicen que hay un aumento del 4,3% con respecto al 2022, y eso es bastante si nos ponemos a pensar bien. Tenemos 1 millón y medio de votantes jóvenes –ese es el segmento que le pone candela al asunto– y otros 65 jóvenes que cumplen los 18 justo el día de la elección. ¡Imagínate la emoción de votar por primera vez!
Y ni hablar del voto en el extranjero, ahí sí que se puso interesante. Van unas 67 mil personas que van a poder votar desde 49 consulados repartidos por 42 países. Pa’ esos americanos, especialmente los estadounidenses –con sus 44 mil compatriotas registrados–, será una oportunidad de decir presente, aunque sea desde lejos. ¡Eso demuestra que el tico se rifa, hasta en el extranjero!
Ahora, viene la parte curiosa: tenemos 96 mil ciudadanos naturalizados, muchos de ellos nicaragüenses, colombianos, salvadoreños y venezolanos. Eso habla muy bien de nosotros como país abierto a recibir gente. Pero también plantea preguntas importantes. ¿Se sentirán realmente representados? ¿Tendrán voz y voto en decisiones que afectarán sus vidas?
Por supuesto, los funcionarios del TSE dicen que toda esta información sirve para planear bien las cosas y asegurar que todos puedan votar tranquilos. Que revisen el padrón online, que verifiquen sus lugares de votación. Eso está bueno, pero a veces uno piensa… ¿De verdad le prestan atención a esas cosas? No sé, a mí me da un poco de desconfianza, la verdad.
Lo que más llama la atención es que el 44% del padrón son jóvenes entre 18 y 39 años. ¡Una masa enorme de votantes! Pero aquí va mi chincha: ¿Van a salir a votar? Porque sino, todo este esfuerzo es pura paja seca. Han aumentado el número de electores, pero si no los convencemos de que su voto cuenta, qué ganamos con todo esto?
Además, fíjense que los cantones con más votantes son los típicos: Central de San José, Alajuela, Cartago… Nada nuevo bajo el sol. Y en el extremo opuesto, tenemos esos pueblos pequeños y apartados, como Monteverde, Turrubares y Dota, que apenas llegan a unos miles de votantes. Es una muestra de cómo está distribuida nuestra población. Y nos hace reflexionar, ¿hay igualdad de oportunidades para todos, independientemente del lugar donde vivan?
Bueno, pues ya saben, amigos. El padrón está listo, los números están claros. Pero la verdadera pregunta es esta: ¿Con tantos nuevos votantes, tanta diversidad, tantas aristas pendientes, vamos a lograr que estas elecciones sean verdaderamente representativas y cambien la realidad de nuestro país, o seguiremos viendo lo mismo de siempre? ¡Denme su opinión en los comentarios, quiero saber qué piensan ustedes de todo este rollo!