¡Ay, Dios mío! Sacudió como si fuera un carrito de olas en el mar hoy. Un temblor de magnitud 5.1 nos puso a todos nerviosos, especialmente a nuestros hermanos down south en Osa, pero la onda llegó hasta acá arriba en el Valle Central. Todo pasó pasaditas las doce, a eso de las 12:41 p.m., y varios nos dimos cuenta que no era el bus dando brinco.
Según Ovisicori-UNA, el temblor tenía su epicentro bien cerquita de San Pedrillo de Osa, en Puntarenas, a unos 46 kilómetros al noroeste. Digamos que le pegó duro a la zona, porque la profundidad, aunque corta – apenas 0.03 kilómetros – significa que la energía estuvo muy cerca de la superficie. Eso explica por qué tanto movimiento se sintió tan intenso.
Ahora, algunos dirían ‘ah, otro temblor más’, pero piensen esto: estamos en Costa Rica, país sísmico por excelencia. Estamos encima de placas tectónicas que andan moviéndose todo el tiempo, así que estos sustitos son parte del día a día, ¿verdad? Pero cuando te pega justo donde estás, sientes el corazón en la garganta y empiezas a pensar en dinosaurios y cosas raras.
Lo bueno es que hasta ahora no hay reportes de daños graves ni heridos. Las autoridades ya están revisando la zona afectada en Osa para descartar cualquier emergencia mayor. Por supuesto, la cédula de identificación siempre acompañada de la linterna y el kit de emergencia es indispensable. No vaya a ser que nos agarre desprevenidos la próxima vez que la tierra decida bailar salsa.
Y hablando de temas relacionados, me acordé de la conversación que tuvimos ayer con Don José, un señor que vive en Dominical desde hace más de cincuenta años. Él dice que estos temblores son cada vez más frecuentes e intensos. Asegura que antes eran 'más tranquilos', pa’ dormir la siesta sin problemas. Ahora, dice, uno no se puede relajar ni un momento. Claro, él también cree en los remedios caseros y en escuchar a la naturaleza, pero no deja de preocuparse.
Algunos geólogos han explicado que estas actividades sísmicas podrían estar relacionadas con el aumento de la actividad volcánica en algunas zonas del país. No precisamente por irrupción de lava, sino por cambios en la presión subterránea. Otros dicen que es simplemente la Madre Tierra estirándose después de tanto tiempo apretujada entre las placas. Ya saben, teorías hay muchas, pero la verdad es que nadie sabe con certeza qué nos espera.
Desde el Gobierno, obviamente, han salido a tranquilizarnos, diciendo que estamos preparados y que cuentan con planes de contingencia ante cualquier eventualidad. Ya sabemos cómo va la cosa... papelitos bonitos y promesas vacías, pero bueno, esperemos que esta vez sí tengan todo bajo control y que no tengamos que salir corriendo con los pies descalzos buscando refugio. Lo importante es mantener la calma y estar informados, ¿no?
Con todo esto, me queda una pregunta para ustedes, mis queridos lectores: ¿Cómo se preparan ustedes ante un temblor? ¿Tienen su plan familiar listo? ¿Se sienten seguros viviendo en un país tan activo sísmicamente como Costa Rica? ¡Déjenme sus comentarios y cuéntenme qué piensan!
Según Ovisicori-UNA, el temblor tenía su epicentro bien cerquita de San Pedrillo de Osa, en Puntarenas, a unos 46 kilómetros al noroeste. Digamos que le pegó duro a la zona, porque la profundidad, aunque corta – apenas 0.03 kilómetros – significa que la energía estuvo muy cerca de la superficie. Eso explica por qué tanto movimiento se sintió tan intenso.
Ahora, algunos dirían ‘ah, otro temblor más’, pero piensen esto: estamos en Costa Rica, país sísmico por excelencia. Estamos encima de placas tectónicas que andan moviéndose todo el tiempo, así que estos sustitos son parte del día a día, ¿verdad? Pero cuando te pega justo donde estás, sientes el corazón en la garganta y empiezas a pensar en dinosaurios y cosas raras.
Lo bueno es que hasta ahora no hay reportes de daños graves ni heridos. Las autoridades ya están revisando la zona afectada en Osa para descartar cualquier emergencia mayor. Por supuesto, la cédula de identificación siempre acompañada de la linterna y el kit de emergencia es indispensable. No vaya a ser que nos agarre desprevenidos la próxima vez que la tierra decida bailar salsa.
Y hablando de temas relacionados, me acordé de la conversación que tuvimos ayer con Don José, un señor que vive en Dominical desde hace más de cincuenta años. Él dice que estos temblores son cada vez más frecuentes e intensos. Asegura que antes eran 'más tranquilos', pa’ dormir la siesta sin problemas. Ahora, dice, uno no se puede relajar ni un momento. Claro, él también cree en los remedios caseros y en escuchar a la naturaleza, pero no deja de preocuparse.
Algunos geólogos han explicado que estas actividades sísmicas podrían estar relacionadas con el aumento de la actividad volcánica en algunas zonas del país. No precisamente por irrupción de lava, sino por cambios en la presión subterránea. Otros dicen que es simplemente la Madre Tierra estirándose después de tanto tiempo apretujada entre las placas. Ya saben, teorías hay muchas, pero la verdad es que nadie sabe con certeza qué nos espera.
Desde el Gobierno, obviamente, han salido a tranquilizarnos, diciendo que estamos preparados y que cuentan con planes de contingencia ante cualquier eventualidad. Ya sabemos cómo va la cosa... papelitos bonitos y promesas vacías, pero bueno, esperemos que esta vez sí tengan todo bajo control y que no tengamos que salir corriendo con los pies descalzos buscando refugio. Lo importante es mantener la calma y estar informados, ¿no?
Con todo esto, me queda una pregunta para ustedes, mis queridos lectores: ¿Cómo se preparan ustedes ante un temblor? ¿Tienen su plan familiar listo? ¿Se sienten seguros viviendo en un país tan activo sísmicamente como Costa Rica? ¡Déjenme sus comentarios y cuéntenme qué piensan!