¡Ay, Dios mío! Parece que nos llegó la chincha. La Cámara Costarricense de Hoteles (CCH) está soltando alertas rojas porque la cosa está difícil, muy difícil para el sector turístico. Con la caída del tipo de cambio y menos turistas llegando al país, los hoteles andan con el agua al cuello, tratando de mantenerse a flote en medio de este brete económico.
Resulta que entre enero y agosto de este año, tuvimos casi 2.1% menos de turistas llegando por avión que el año pasado. ¡Eso duele! Y pa' colmo, esos turistas que sí vinieron dejaron unos 71 millones de dólares menos en gastos que en el 2024. Según el Banco Central, se gastaron apenas 3.087 billones... ¡imagínate el golpe!
Pero no es solo eso, mael. También tenemos que lidiar con el ambiente internacional complicado. Ahora, Estados Unidos le puso aranceles a varios productos, lo cual frenó un poco el mercado corporativo y de viajes de negocios. Ese era un chunche importante para muchos hoteles, entonces ahí hay otro problemón agregado a la mezcla.
Y como si fuera poco, ahora aparecen estos hospedajes no tradicionales, esas Airbnbs y otras plataformas que se han ido comiendo terreno rapidito. No quiero sonar envidioso, pero les dan facilidades que nosotros, los hoteles formales, no tenemos. Es un jueguito injusto, diay.
Arnold Beeche, el vicepresidente de la CCH, lo dejó bien claro: “Estamos enfrentando un doble desafío, pura sal. Menos turistas y menos ingresos por culpa del tipo de cambio, además de competir con estas opciones informales”. Y sí, la verdad es que es un combo que puede irse al traste cualquier negocio si no hacemos algo rápido.
La gente del Banco Central dice que no van a hacer nada todavía para cambiar el tipo de cambio, pero la CCH no se queda callada. Están pidiendo a las autoridades que abran los ojos y vean la magnitud del problema. Necesitamos apoyo, señores, porque esto afecta a muchísimas familias que dependen del turismo.
Ahora bien, no solo hablamos de hoteles lujosos ni resorts cinco estrellas. Hablamos de los pequeños negocios familiares, de los restaurantes que dependen del flujo de turistas, de los taxistas, de los artesanos… ¡de toda una cadena que se ve afectada por esta situación! Es hora de ponerle atención a esta vara antes de que sea demasiado tarde.
En fin, parece que vamos a tener que apretarnos el cinturón por un buen rato. Pero bueno, siempre hemos sido aguerridos, ¿verdad? Así que, ¿qué creen que deberíamos estar haciendo desde el gobierno y desde el sector privado para darle un respiro al turismo y evitar que esta situación se agrave aún más?
Resulta que entre enero y agosto de este año, tuvimos casi 2.1% menos de turistas llegando por avión que el año pasado. ¡Eso duele! Y pa' colmo, esos turistas que sí vinieron dejaron unos 71 millones de dólares menos en gastos que en el 2024. Según el Banco Central, se gastaron apenas 3.087 billones... ¡imagínate el golpe!
Pero no es solo eso, mael. También tenemos que lidiar con el ambiente internacional complicado. Ahora, Estados Unidos le puso aranceles a varios productos, lo cual frenó un poco el mercado corporativo y de viajes de negocios. Ese era un chunche importante para muchos hoteles, entonces ahí hay otro problemón agregado a la mezcla.
Y como si fuera poco, ahora aparecen estos hospedajes no tradicionales, esas Airbnbs y otras plataformas que se han ido comiendo terreno rapidito. No quiero sonar envidioso, pero les dan facilidades que nosotros, los hoteles formales, no tenemos. Es un jueguito injusto, diay.
Arnold Beeche, el vicepresidente de la CCH, lo dejó bien claro: “Estamos enfrentando un doble desafío, pura sal. Menos turistas y menos ingresos por culpa del tipo de cambio, además de competir con estas opciones informales”. Y sí, la verdad es que es un combo que puede irse al traste cualquier negocio si no hacemos algo rápido.
La gente del Banco Central dice que no van a hacer nada todavía para cambiar el tipo de cambio, pero la CCH no se queda callada. Están pidiendo a las autoridades que abran los ojos y vean la magnitud del problema. Necesitamos apoyo, señores, porque esto afecta a muchísimas familias que dependen del turismo.
Ahora bien, no solo hablamos de hoteles lujosos ni resorts cinco estrellas. Hablamos de los pequeños negocios familiares, de los restaurantes que dependen del flujo de turistas, de los taxistas, de los artesanos… ¡de toda una cadena que se ve afectada por esta situación! Es hora de ponerle atención a esta vara antes de que sea demasiado tarde.
En fin, parece que vamos a tener que apretarnos el cinturón por un buen rato. Pero bueno, siempre hemos sido aguerridos, ¿verdad? Así que, ¿qué creen que deberíamos estar haciendo desde el gobierno y desde el sector privado para darle un respiro al turismo y evitar que esta situación se agrave aún más?