¡Pues vaya revuelta nos cayó encima, filetes! Resulta que el Ministerio de Educación Pública (MEP) mandó cambiarle al calendario escolar del 2026, y eso afecta a to’a la planilla familiar. Ya no será como siempre, porque ahora tendrán que meterle unas dos semanas extras de capacitación pa’ los maestros y demás personal del ministerio. Un cambiazito así, sin previo aviso, puede dejar a más de uno con el corazón en la boca.
Todo esto, según el comunicado oficial, es para “fortalecer la calidad educativa”. Suena bonito, ¿verdad? Pero para muchos padres, significa reorganizar toda la logística de guarderías, trabajos y actividades extracurriculares. Y es que a veces estas decisiones llegan como un balde de agua fría, justo cuando ya estabas acomodándote con el ritmo del año escolar. Uno se pregunta si realmente pensaron en cómo afectaría esto a las familias comunes, que ya andan batallando para llegar a fin de mes.
Pa’ que se hagan una idea, la capacitación obligatoria va a durar del 9 al 20 de febrero de 2026. Eso quiere decir que las clases no van a empezar hasta el lunes 23 de febrero, ¡unas semanitas después de lo usual! Imagínate la movida: tener que buscar dónde meter a los niños durante esas dos semanas, mientras los papás siguen laburando. Definitivamente, una vara que pone a pensar a cualquiera.
Pero ojo, que esta capacitación no es pa’ bromear, dice el MEP. Van a estar participando más de 90 mil funcionarios del sistema educativo, incluyendo maestres, administrativos, personal técnico… casi to’ el mundo. Dicen que tienen planeado recurrir a universidades, al INA e incluso a algunos sindicatos para hacerla bien completa. Parece que quieren echarle ganas a este brete, aunque también hay quien murmura que podría haber mejores formas de invertir esos recursos.
Por supuesto, el calendario completo ya quedó listo: Capacitación del 9 al 20 de febrero; clases empiezan el 23 de febrero; vacaciones de medio periodo del 6 al 17 de julio; finalizan las clases el 9 de diciembre y actos de graduación los días 10 y 11 de diciembre. Así que ya saben, anoten las fechas y preparen las agendas. Es bueno saber con anticipación cuándo vamos a poder irnos de paseo, ¿eh?
Ahora, miren, entiendo que la intención sea mejorar la educación en el país, y nadie está en contra de eso. Pero hay que analizar si realmente estas dos semanas de capacitación extra valen la pena, considerando el impacto que tendrá en las familias. Podríamos estar hablando de un costo social bastante alto, especialmente para aquellos que trabajan y no tienen facilidades para conseguir ayuda con sus hijos. ¿Será que estamos priorizando las necesidades del sistema sobre las de las personas?
Es que a veces siento que estos políticos no se ponen en los zapatos del pueblo. Se les olvida que detrás de cada estudiante hay una familia luchando por darle oportunidades. Y cuando toman decisiones como esta, sin consultar ni siquiera a los padres de familia, uno no puede evitar sentirse un poco frustrado. Imagínate tener que pedir permiso en el trabajo, cancelar planes y estar corriendo de un lado a otro para cuidar a los niños. ¡Qué despiche!
En fin, la pelota está en el tejado del MEP. Esperemos que esta capacitación sirva para mejorar realmente la calidad de la educación, y que no termine siendo otra torta que nos salió mal a nosotros, los ciudadanos. Ahora dime, ¿crees que el MEP consideró adecuadamente el impacto de este cambio en las familias costarricenses, o deberíamos exigir una reconsideración de esta medida?
Todo esto, según el comunicado oficial, es para “fortalecer la calidad educativa”. Suena bonito, ¿verdad? Pero para muchos padres, significa reorganizar toda la logística de guarderías, trabajos y actividades extracurriculares. Y es que a veces estas decisiones llegan como un balde de agua fría, justo cuando ya estabas acomodándote con el ritmo del año escolar. Uno se pregunta si realmente pensaron en cómo afectaría esto a las familias comunes, que ya andan batallando para llegar a fin de mes.
Pa’ que se hagan una idea, la capacitación obligatoria va a durar del 9 al 20 de febrero de 2026. Eso quiere decir que las clases no van a empezar hasta el lunes 23 de febrero, ¡unas semanitas después de lo usual! Imagínate la movida: tener que buscar dónde meter a los niños durante esas dos semanas, mientras los papás siguen laburando. Definitivamente, una vara que pone a pensar a cualquiera.
Pero ojo, que esta capacitación no es pa’ bromear, dice el MEP. Van a estar participando más de 90 mil funcionarios del sistema educativo, incluyendo maestres, administrativos, personal técnico… casi to’ el mundo. Dicen que tienen planeado recurrir a universidades, al INA e incluso a algunos sindicatos para hacerla bien completa. Parece que quieren echarle ganas a este brete, aunque también hay quien murmura que podría haber mejores formas de invertir esos recursos.
Por supuesto, el calendario completo ya quedó listo: Capacitación del 9 al 20 de febrero; clases empiezan el 23 de febrero; vacaciones de medio periodo del 6 al 17 de julio; finalizan las clases el 9 de diciembre y actos de graduación los días 10 y 11 de diciembre. Así que ya saben, anoten las fechas y preparen las agendas. Es bueno saber con anticipación cuándo vamos a poder irnos de paseo, ¿eh?
Ahora, miren, entiendo que la intención sea mejorar la educación en el país, y nadie está en contra de eso. Pero hay que analizar si realmente estas dos semanas de capacitación extra valen la pena, considerando el impacto que tendrá en las familias. Podríamos estar hablando de un costo social bastante alto, especialmente para aquellos que trabajan y no tienen facilidades para conseguir ayuda con sus hijos. ¿Será que estamos priorizando las necesidades del sistema sobre las de las personas?
Es que a veces siento que estos políticos no se ponen en los zapatos del pueblo. Se les olvida que detrás de cada estudiante hay una familia luchando por darle oportunidades. Y cuando toman decisiones como esta, sin consultar ni siquiera a los padres de familia, uno no puede evitar sentirse un poco frustrado. Imagínate tener que pedir permiso en el trabajo, cancelar planes y estar corriendo de un lado a otro para cuidar a los niños. ¡Qué despiche!
En fin, la pelota está en el tejado del MEP. Esperemos que esta capacitación sirva para mejorar realmente la calidad de la educación, y que no termine siendo otra torta que nos salió mal a nosotros, los ciudadanos. Ahora dime, ¿crees que el MEP consideró adecuadamente el impacto de este cambio en las familias costarricenses, o deberíamos exigir una reconsideración de esta medida?