¡Ay, Dios mío! Ya estamos en diciembre y eso significa un montón de comida deliciosa, reuniones familiares y, claro, un poco de estrés si no nos cuidamos. Este año, el Ministerio de Salud ha soltado el rollo para que todos podamos disfrutar de las fiestas de fin de año sin terminar en el hospital con una torta en el estómago. Parece que quieren que agarremos con calma el picoteo, ¡y tienen razón!
Verás, con todas las pachangas que tenemos –ferias, turnos de gallina ciega, hasta ir al parque a echar el coco– la comida anda por todos lados, y no siempre es la más sana. Según los expertos, es muy fácil caer en comprar unos buñuelos sospechosos o unas empanadas que parecen hechas hace tres días. ¡Un brinco! Hay que tener cuidado con qué nos metemos en el cuerpo, porque luego vienen las consecuencias.
Y no me vengan con que “un poquito no hace daño”. ¡Eso es cuento chino! Unos cuantos tamales extra, acompañado de rompope y chicharrón, pueden mandarte directo al brete. El Ministerio te está diciendo clarito: ojo con las porciones, mae. No te vayas al tiro de comer todo lo que ves, porque luego te vas a arrepentir. Recuerda que el cuerpo ya no es el mismo de antes, ¿sabes?
Ahora, hablando de precauciones, lo primero que tienes que hacer es echarle ojo a dónde compras la comida. No caigas en el primer puesto ambulante que veas, porque puede ser puro despiche. Verifica que tenga registro sanitario, que el lugar esté limpio y que el mae que está preparando la comida se vea decente. ¡Con vestimenta limpia y todo el paquete! Imagínate comer un casado preparado por alguien con el pelo lleno de mugre… ¡ufff! Mejor ni pensarlo.
Otro consejillo importantísimo, especialmente para los papás y mamás: vigilen a los ninos pequeños. Con toda la bulla de las fiestas, es facil que se les escape y vayan a agarrarle cualquier cosita que vean. Los niños son más susceptibles a las infecciones y los virus, así que hay que estar ojo avizor. Reducir las aglomeraciones también ayuda mucho, aunque sé que es difícil cuando hay tanta pachanga.
Y para los que toman Cacique, ¡ojo ahí! Que ya salió el nuevo y dicen que está potente. Fanal lanzó una advertencia clara: modera el consumo de alcohol, porque luego te terminas yendo al traste. Además, no suspendan sus medicinas ni sus tratamientos, ¡por favor! Que algunas personas piensan que porque están de vacaciones, pueden dejar de tomar sus pastillas. Eso es un error mayúsculo, diay.
Finalmente, y como dice el dicho, “más vale prevenir que lamentar”. Así que, ante cualquier síntoma raro –dolor de estómago, diarrea, vómito– busca atención médica de inmediato. No te automediques ni intentes curarte con remedios caseros que nadie sabe de dónde salieron. Más bien, ve al centro de salud más cercano y déjate chequear por un profesional. Recuerda que tu salud es lo más importante, y no vale la pena arriesgarla por unos pocos churros.
¿Y tú, qué medidas vas a tomar para cuidar tu salud y la de tu familia durante estas fiestas? Cuéntanos en los comentarios, ¡queremos saber cómo planeas disfrutar las fiestas sin meter la pata y acabar en el consultorio!
Verás, con todas las pachangas que tenemos –ferias, turnos de gallina ciega, hasta ir al parque a echar el coco– la comida anda por todos lados, y no siempre es la más sana. Según los expertos, es muy fácil caer en comprar unos buñuelos sospechosos o unas empanadas que parecen hechas hace tres días. ¡Un brinco! Hay que tener cuidado con qué nos metemos en el cuerpo, porque luego vienen las consecuencias.
Y no me vengan con que “un poquito no hace daño”. ¡Eso es cuento chino! Unos cuantos tamales extra, acompañado de rompope y chicharrón, pueden mandarte directo al brete. El Ministerio te está diciendo clarito: ojo con las porciones, mae. No te vayas al tiro de comer todo lo que ves, porque luego te vas a arrepentir. Recuerda que el cuerpo ya no es el mismo de antes, ¿sabes?
Ahora, hablando de precauciones, lo primero que tienes que hacer es echarle ojo a dónde compras la comida. No caigas en el primer puesto ambulante que veas, porque puede ser puro despiche. Verifica que tenga registro sanitario, que el lugar esté limpio y que el mae que está preparando la comida se vea decente. ¡Con vestimenta limpia y todo el paquete! Imagínate comer un casado preparado por alguien con el pelo lleno de mugre… ¡ufff! Mejor ni pensarlo.
Otro consejillo importantísimo, especialmente para los papás y mamás: vigilen a los ninos pequeños. Con toda la bulla de las fiestas, es facil que se les escape y vayan a agarrarle cualquier cosita que vean. Los niños son más susceptibles a las infecciones y los virus, así que hay que estar ojo avizor. Reducir las aglomeraciones también ayuda mucho, aunque sé que es difícil cuando hay tanta pachanga.
Y para los que toman Cacique, ¡ojo ahí! Que ya salió el nuevo y dicen que está potente. Fanal lanzó una advertencia clara: modera el consumo de alcohol, porque luego te terminas yendo al traste. Además, no suspendan sus medicinas ni sus tratamientos, ¡por favor! Que algunas personas piensan que porque están de vacaciones, pueden dejar de tomar sus pastillas. Eso es un error mayúsculo, diay.
Finalmente, y como dice el dicho, “más vale prevenir que lamentar”. Así que, ante cualquier síntoma raro –dolor de estómago, diarrea, vómito– busca atención médica de inmediato. No te automediques ni intentes curarte con remedios caseros que nadie sabe de dónde salieron. Más bien, ve al centro de salud más cercano y déjate chequear por un profesional. Recuerda que tu salud es lo más importante, y no vale la pena arriesgarla por unos pocos churros.
¿Y tú, qué medidas vas a tomar para cuidar tu salud y la de tu familia durante estas fiestas? Cuéntanos en los comentarios, ¡queremos saber cómo planeas disfrutar las fiestas sin meter la pata y acabar en el consultorio!
