¡Buenas, gente del Foro! Resulta que Hacienda movió las fichas otra vez con el Impuesto Sobre la Renta, y como siempre, viene lleno de vueltas. Algunos van a respirar tranquilos, otros… bueno, agarrándose la cabeza pensando cómo van a juntar hasta el fin de mes. Vamos a destriparlo todo para que sepan exactamente dónde andamos parados, porque, díganle a quien diganle, esto afecta a to’a.
La onda es que, según los asesores fiscales, hay dos caras de la moneda. Por un lado, los que tienen actividad lucrativa – esos mae que se ganan la vida haciendo chambitas aparte, vendiendo artesanías, dando clases particulares, etc. – reciben una bocanada de aire fresco. Se amplió el tramo exento a seis millones doscientos cuarenta y cuatro mil colones. Eso significa que si te ganas menos de esa plata con tus actividades extra, ¡no vas a pagar ni un chícharo del Impuesto Sobre la Renta! Una bendición, vamos.
Este changüí salió de la Ley N° 10667, que buscaba aliviar la carga tributaria de los trabajadores independientes de bajos ingresos. Se publicó en marzo, así que los cambios aplican desde este año, aunque muchos esperábamos que entraran antes. Ya saben, la burocracia a veces tarda su trecito... Pero bueno, lo importante es que llegó, y eso ayuda a mucha gente que realmente lo necesita. Imagínate poder tener más feria pa' gastar en la familia, ¡eso sí que es chiva!
Ahora, la cosa cambia radicalmente para los asalariados, pensionados y, lamentablemente, las empresas. Aquí es donde la cosa se pone un poquito más salada. El tramo exento se redujo ligeramente, de nuevecientos veintidós mil a nuevecientos dieciocho mil colones. Suena a poco, pero eso ya implica que algunos que antes estaban libres de impuestos ahora sí tienen que empezar a cancelar. A modo de ejemplo, alguien que ganaba justo nuevecientos veintidós mil colones al mes antes, ahora tendrá que pagar unos cuatrocientos colones mensuales, es decir, casi cinco mil colones al año.
Y para las empresas, la reducción es aún más significativa. El límite para aplicar la escala progresiva (esa que empieza en un 5% y llega hasta un 20%) bajó de ciento diecinueve millones seiscientos veintinueve mil colones a ciento diecinueve millones ciento setenta y cuatro mil. Un cambio de solo cuatrocientos cincuenta y cinco mil colones, pero suficiente para que algunas empresas pasen a una tarifa más alta. Así que ojo ahí, dueños de negocios, revisen sus cuentas bien.
Dicen los expertos que, pese a estas pequeñas modificaciones, el impacto global podría ser mínimo gracias a una disminución del Índice de Precios al Consumidor (IPC). De hecho, de enero a septiembre, hubo una variación acumulada negativa de uno coma noventa y cinco por ciento. Aunque la variación de octubre, utilizada para calcular estos ajustes, fue más leve (-0.38%), podría terminar beneficiándonos a largo plazo. La verdad, a veces estas cosas son un laberinto, y cuesta entender cómo nos afectan realmente.
Sea cual sea el escenario, lo cierto es que los impuestos siempre son un tema sensible. Uno nunca sabe si estamos recibiendo un beneficio real o simplemente pagando la cuota obligatoria. Veremos cómo se desarrolla la cosa en los próximos meses, y si realmente estos cambios significan una mejora en nuestra calidad de vida o solo son nuevos despistes de Hacienda. Lo importante es estar informados y exigir transparencia en la gestión pública, porque al final, somos nosotros los que pagamos la billa.
Con todo esto, me pregunto: considerando los cambios en los tramos exentos, ¿creen que el gobierno realmente está tomando medidas efectivas para aliviar la carga económica de los costarricenses, o seguimos atascados en la misma rueda? ¡Compartan sus opiniones en el foro, quiero saber qué piensan ustedes!
La onda es que, según los asesores fiscales, hay dos caras de la moneda. Por un lado, los que tienen actividad lucrativa – esos mae que se ganan la vida haciendo chambitas aparte, vendiendo artesanías, dando clases particulares, etc. – reciben una bocanada de aire fresco. Se amplió el tramo exento a seis millones doscientos cuarenta y cuatro mil colones. Eso significa que si te ganas menos de esa plata con tus actividades extra, ¡no vas a pagar ni un chícharo del Impuesto Sobre la Renta! Una bendición, vamos.
Este changüí salió de la Ley N° 10667, que buscaba aliviar la carga tributaria de los trabajadores independientes de bajos ingresos. Se publicó en marzo, así que los cambios aplican desde este año, aunque muchos esperábamos que entraran antes. Ya saben, la burocracia a veces tarda su trecito... Pero bueno, lo importante es que llegó, y eso ayuda a mucha gente que realmente lo necesita. Imagínate poder tener más feria pa' gastar en la familia, ¡eso sí que es chiva!
Ahora, la cosa cambia radicalmente para los asalariados, pensionados y, lamentablemente, las empresas. Aquí es donde la cosa se pone un poquito más salada. El tramo exento se redujo ligeramente, de nuevecientos veintidós mil a nuevecientos dieciocho mil colones. Suena a poco, pero eso ya implica que algunos que antes estaban libres de impuestos ahora sí tienen que empezar a cancelar. A modo de ejemplo, alguien que ganaba justo nuevecientos veintidós mil colones al mes antes, ahora tendrá que pagar unos cuatrocientos colones mensuales, es decir, casi cinco mil colones al año.
Y para las empresas, la reducción es aún más significativa. El límite para aplicar la escala progresiva (esa que empieza en un 5% y llega hasta un 20%) bajó de ciento diecinueve millones seiscientos veintinueve mil colones a ciento diecinueve millones ciento setenta y cuatro mil. Un cambio de solo cuatrocientos cincuenta y cinco mil colones, pero suficiente para que algunas empresas pasen a una tarifa más alta. Así que ojo ahí, dueños de negocios, revisen sus cuentas bien.
Dicen los expertos que, pese a estas pequeñas modificaciones, el impacto global podría ser mínimo gracias a una disminución del Índice de Precios al Consumidor (IPC). De hecho, de enero a septiembre, hubo una variación acumulada negativa de uno coma noventa y cinco por ciento. Aunque la variación de octubre, utilizada para calcular estos ajustes, fue más leve (-0.38%), podría terminar beneficiándonos a largo plazo. La verdad, a veces estas cosas son un laberinto, y cuesta entender cómo nos afectan realmente.
Sea cual sea el escenario, lo cierto es que los impuestos siempre son un tema sensible. Uno nunca sabe si estamos recibiendo un beneficio real o simplemente pagando la cuota obligatoria. Veremos cómo se desarrolla la cosa en los próximos meses, y si realmente estos cambios significan una mejora en nuestra calidad de vida o solo son nuevos despistes de Hacienda. Lo importante es estar informados y exigir transparencia en la gestión pública, porque al final, somos nosotros los que pagamos la billa.
Con todo esto, me pregunto: considerando los cambios en los tramos exentos, ¿creen que el gobierno realmente está tomando medidas efectivas para aliviar la carga económica de los costarricenses, o seguimos atascados en la misma rueda? ¡Compartan sus opiniones en el foro, quiero saber qué piensan ustedes!