¡Ay, Dios mío, qué rollo con la cuenta de luz! Todos estamos buscando cómo aliviar el bolsillo, ¿verdad? Pues resulta que la Compañía Nacional de Fuerza y Luz (CNFL) nos ha soltado unas movidas con nuevas tarifas que podrían echarnos una mano… si sabemos usarlas bien, claro.
Parece que ya no basta con apagar las luces cuando uno sale; ahora hay que entender qué onda con la tarifa convencional, la horaria y hasta la prepago. Otto Pérez, el vocero de la CNFL, le dio una charlota a Diario Extra explicando cada una de estas opciones, y vaya que hay diferencias, mae. Por lo visto, no todos los kilowatts son iguales, ni en el mismo horario.
Si te quedaste dormido en clases de física, déjame explicarte fácil. La tarifa tradicional, esa que muchos seguimos usando, te cobra el consumo total del mes sin discriminar horas. Pero ojo, ahí sí aplican bloqueos de precios: pagas diferente por los primeros 200 kilowatts, otros tantos por los siguientes 100 y todavía más caro por lo que te pase de 300. ¡Una torta, vamos!
Ahora entra la Tarifa Residencial Horaria, que parece que está ganando terreno porque es como jugar con las reglas del juego. En lugar de bloques de consumo, divide el día en tres turnos: punta, valle y nocturno. La hora punta, entre las 10 am y 12:30 pm y luego de 5:30 pm a 8:00 pm, es cuando la electricidad vale más oro, porque es cuando todos andamos prendiendo todo en casa. El valle, entre las 6 am y 10 am y de 12:30 pm a 5:30 pm, es más amigable con el bolsillo, y la noche, a partir de las 8 pm, es pura ganga, ideal para cargar esos carros eléctricos que ya están a la moda.
Y hablando de carros eléctricos, ¡ahí está el truco! Si tienes uno, aprovecha la tarifa nocturna para cargarlo y ahorrate unos buenos mangos. Además, los fines de semana y feriados todo pasa a ser horario valle, así que puedes lavar, planchar y poner todo a funcionar sin preocuparte tanto por el precio. Una verdadera bendición para el pobre diay.
Pero espera, que aún hay más. La Tarifa Residencial Prepago es para los que quieren tener el control total, como si estuvieras jugando Candy Crush con tus kilowatts. Recargas mínimo 30 kilowatts al mes, y el sistema te avisa constantemente cuánto has gastado y cuánto te queda. Te manda alertas, te muestra gráficas… ¡parece que la nevera te habla! Ideal para los que andan con las cuentas justas o alquilan, porque el dueño te da el número de NISE para que tú hagas las recargas. ¡Qué maquina!
Lo bueno de todo esto, según el señor Pérez, es que la CNFL quiere darnos opciones. Que cada quien elija la tarifa que mejor le venga, que se ajuste a su ritmo de vida y que podamos ahorrar un poquito en medio de tanta crisis. Ya saben, el agua siempre está cambiando, pero la cuenta de luz sigue siendo un quebradero de cabeza.
Así que, dime, compa: ¿Ya estás listo para cambiar tu tarifa y darle un respiro a tu bolsillo, o sigues pensando que es demasiado complicado? ¿Cuál de las tarifas te suena más interesante, y qué cambios estarías dispuesto a hacer en tus hábitos para ahorrar energía?
Parece que ya no basta con apagar las luces cuando uno sale; ahora hay que entender qué onda con la tarifa convencional, la horaria y hasta la prepago. Otto Pérez, el vocero de la CNFL, le dio una charlota a Diario Extra explicando cada una de estas opciones, y vaya que hay diferencias, mae. Por lo visto, no todos los kilowatts son iguales, ni en el mismo horario.
Si te quedaste dormido en clases de física, déjame explicarte fácil. La tarifa tradicional, esa que muchos seguimos usando, te cobra el consumo total del mes sin discriminar horas. Pero ojo, ahí sí aplican bloqueos de precios: pagas diferente por los primeros 200 kilowatts, otros tantos por los siguientes 100 y todavía más caro por lo que te pase de 300. ¡Una torta, vamos!
Ahora entra la Tarifa Residencial Horaria, que parece que está ganando terreno porque es como jugar con las reglas del juego. En lugar de bloques de consumo, divide el día en tres turnos: punta, valle y nocturno. La hora punta, entre las 10 am y 12:30 pm y luego de 5:30 pm a 8:00 pm, es cuando la electricidad vale más oro, porque es cuando todos andamos prendiendo todo en casa. El valle, entre las 6 am y 10 am y de 12:30 pm a 5:30 pm, es más amigable con el bolsillo, y la noche, a partir de las 8 pm, es pura ganga, ideal para cargar esos carros eléctricos que ya están a la moda.
Y hablando de carros eléctricos, ¡ahí está el truco! Si tienes uno, aprovecha la tarifa nocturna para cargarlo y ahorrate unos buenos mangos. Además, los fines de semana y feriados todo pasa a ser horario valle, así que puedes lavar, planchar y poner todo a funcionar sin preocuparte tanto por el precio. Una verdadera bendición para el pobre diay.
Pero espera, que aún hay más. La Tarifa Residencial Prepago es para los que quieren tener el control total, como si estuvieras jugando Candy Crush con tus kilowatts. Recargas mínimo 30 kilowatts al mes, y el sistema te avisa constantemente cuánto has gastado y cuánto te queda. Te manda alertas, te muestra gráficas… ¡parece que la nevera te habla! Ideal para los que andan con las cuentas justas o alquilan, porque el dueño te da el número de NISE para que tú hagas las recargas. ¡Qué maquina!
Lo bueno de todo esto, según el señor Pérez, es que la CNFL quiere darnos opciones. Que cada quien elija la tarifa que mejor le venga, que se ajuste a su ritmo de vida y que podamos ahorrar un poquito en medio de tanta crisis. Ya saben, el agua siempre está cambiando, pero la cuenta de luz sigue siendo un quebradero de cabeza.
Así que, dime, compa: ¿Ya estás listo para cambiar tu tarifa y darle un respiro a tu bolsillo, o sigues pensando que es demasiado complicado? ¿Cuál de las tarifas te suena más interesante, y qué cambios estarías dispuesto a hacer en tus hábitos para ahorrar energía?