Mae, si usted es de los que ha andado como loco buscando la bendita vacuna de la fiebre amarilla para poder pegarse ese viaje a Colombia, respire profundo porque parece que la novela llegó a su fin. ¡Qué tuanis la noticia que soltó la Cámara Costarricense de la Salud! Después de meses de una sequía que tenía a medio mundo con los pelos de punta, por fin confirmaron que vienen 16.000 dosis para el país. ¡Ya era hora!
La vara está así: según Massimo Manzi, que es el director ejecutivo de la Cámara, el primer lote de 8.000 vacunas aterriza en Tiquicia a finales de setiembre. Y para que no nos quedemos sin aire, el segundo cargamento, con las otras 8.000, llega a principios de octubre. Esto significa que la escasez que nos ha tenido en vilo desde julio, provocada porque otros países con brotes activos se acapararon todo, estaría terminando. Es un alivio enorme, sobre todo para los que ya tenían tiquetes comprados y veían cómo se les iba el plan al traste por no conseguir el bendito pinchazo.
Diay, es que seamos honestos, el despiche que se armó fue importante. ¿Se acuerdan cuando el Ministerio de Salud habilitó 600 citas el 1 de setiembre y se agotaron en literalmente un minuto? ¡Un minuto, mae! ¡Qué nivel de necesidad! Eso demuestra la angustia que había en la calle. Y ni hablar de los que tuvieron que pulsearla por el sector privado, donde la vacuna anda por los ¢75 mil. Con todo respeto, no es cualquier persona la que puede soltar 75 rojos así como así, menos si es una familia entera la que viaja. Era una situación frustrante que por dicha parece que ya tiene luz al final del túnel.
Lo que me parece más chiva de todo este asunto es que, según Manzi, no están trabajando solos. Hay una coordinación constante con el Ministerio de Salud para que la llegada de estas vacunas sea transparente y, más importante aún, para colaborar en futuras campañas de vacunación masiva. Ojalá se manden con otra jornada en el Estadio Nacional, que esas siempre salvan un montón de tandas. Esta alianza entre el sector público y el privado es clave para que el acceso sea más justo y ordenado, y para que no se vuelva a armar el caos de los últimos meses.
Ahora, la mirada está puesta en el fin de año. La Cámara ya está en conversaciones con el laboratorio para ver si se puede conseguir todavía más producto antes de diciembre, que es cuando todo el mundo agarra sus maletas y se va de paseo. Así que ya sabe, si tiene ese viaje a Colombia, Perú, Brasil o algún país de África en la mira, esté atento a las noticias porque pronto habrá más opciones. Ojalá que esta vez la repartición sea más equitativa y que alcance para todos los que lo necesitan sin tener que vender un riñón.
Ahora, la pregunta del millón para el foro: ¿Creen que estas 16.000 dosis van a ser suficientes para calmar las aguas o en un par de meses vamos a estar en el mismo brete? Y más allá de eso, ¿no debería la Caja tener un plan más carga para que una vara así no nos vuelva a pasar? ¡Los leo, maes!
La vara está así: según Massimo Manzi, que es el director ejecutivo de la Cámara, el primer lote de 8.000 vacunas aterriza en Tiquicia a finales de setiembre. Y para que no nos quedemos sin aire, el segundo cargamento, con las otras 8.000, llega a principios de octubre. Esto significa que la escasez que nos ha tenido en vilo desde julio, provocada porque otros países con brotes activos se acapararon todo, estaría terminando. Es un alivio enorme, sobre todo para los que ya tenían tiquetes comprados y veían cómo se les iba el plan al traste por no conseguir el bendito pinchazo.
Diay, es que seamos honestos, el despiche que se armó fue importante. ¿Se acuerdan cuando el Ministerio de Salud habilitó 600 citas el 1 de setiembre y se agotaron en literalmente un minuto? ¡Un minuto, mae! ¡Qué nivel de necesidad! Eso demuestra la angustia que había en la calle. Y ni hablar de los que tuvieron que pulsearla por el sector privado, donde la vacuna anda por los ¢75 mil. Con todo respeto, no es cualquier persona la que puede soltar 75 rojos así como así, menos si es una familia entera la que viaja. Era una situación frustrante que por dicha parece que ya tiene luz al final del túnel.
Lo que me parece más chiva de todo este asunto es que, según Manzi, no están trabajando solos. Hay una coordinación constante con el Ministerio de Salud para que la llegada de estas vacunas sea transparente y, más importante aún, para colaborar en futuras campañas de vacunación masiva. Ojalá se manden con otra jornada en el Estadio Nacional, que esas siempre salvan un montón de tandas. Esta alianza entre el sector público y el privado es clave para que el acceso sea más justo y ordenado, y para que no se vuelva a armar el caos de los últimos meses.
Ahora, la mirada está puesta en el fin de año. La Cámara ya está en conversaciones con el laboratorio para ver si se puede conseguir todavía más producto antes de diciembre, que es cuando todo el mundo agarra sus maletas y se va de paseo. Así que ya sabe, si tiene ese viaje a Colombia, Perú, Brasil o algún país de África en la mira, esté atento a las noticias porque pronto habrá más opciones. Ojalá que esta vez la repartición sea más equitativa y que alcance para todos los que lo necesitan sin tener que vender un riñón.
Ahora, la pregunta del millón para el foro: ¿Creen que estas 16.000 dosis van a ser suficientes para calmar las aguas o en un par de meses vamos a estar en el mismo brete? Y más allá de eso, ¿no debería la Caja tener un plan más carga para que una vara así no nos vuelva a pasar? ¡Los leo, maes!