¡Ay, Dios mío, qué alivio! Después de tres años de espera, bronca y pura incertidumbre, parece que la ampliación de la ruta Barranca-Limonal va a echar andar de nuevo. Esto sí que es una bocanada de aire fresco para todos los que vivimos por acá y tenemos que lidiar con esos tranques eternos.
Para los que no estén enterados, el proyecto lleva parado un buen rato, desde el año 2022 para ser exactos. Todo por unas diferencias bien feas entre el Estado y el consorcio que tenía la partida original. Entre temas de expropiaciones que nunca llegaron y unos diseños que parecían sacados de otro planeta, el brete se fue al traste. Dejó a comerciantes, turistas y vecinos de la zona hasta la punta, perdiendo plata y tiempo valioso.
Pero bueno, ahora resulta que el MOPT, con don Efraín Zeledón al mando, le dio una patadita al asunto y consiguió nuevos contratos. Parece que los papeles están casi listos para ir ante la Contraloría y que, si todo sale bien, en noviembre podríamos ver maquinaria echando humo otra vez. ¡A ver si así sí echan el proyecto adelante!
Estos nuevos contratos, que suman la friolera de $262 millones, cubren 48 kilómetros de camino. Hablando claro, se va a construir un carril por lado, se van a arreglar los baches de la carretera actual, y también van a poner unos puentes, intercambios y pasos peatonales pa’ que la gente cruce segura. Total, una mejora grandota, si la hacen bien, claro.
La parte de Barranca hasta San Gerardo de Chomes, que son unos 25 kilómetros, la va a manejar el consorcio Barranca Ruta 1, formado por Bell Ingeniería y La Estrella. Mientras tanto, MECO se encarga de los otros 23 kilómetros, desde San Gerardo hasta Limonal. Imagínate, dos empresas distintas trabajando en el mismo proyecto... a ver quién se queda con el liderato y quién se come el polvo.
Ahora, hay que aclarar que estos contratos tienen un plazo máximo de 24 meses. 24 meses, ¡diay! Eso es muchísimo tiempo para construir un tramo de carretera. Esperemos que no nos anden tragando y que cumplan con los plazos establecidos, porque estamos más que impacientes por tener esa ruta decente. Y hablando de plazos, recuerden que esto ya ha sido un fiasco antes, así que vamos con cautela.
Este proyecto es importantísimo para la economía de la región, señores. No solo facilita el transporte de productos agrícolas hacia el resto del país, sino que también impulsa el turismo. Con mejores carreteras, la gente se anima más a venir a visitar nuestros balnearios y paisajes. Además, reduce significativamente el tiempo de viaje, lo cual es crucial para todos nosotros, que andamos siempre corriendo contra el reloj.
Así que ahí lo tienen, compas. La esperanza renace en Limonal-Barranca. Pero bueno, a saber cómo va a terminar esta novela. Yo les pregunto: ¿Se cree usted que esta vez sí van a cumplir con lo prometido, o ya estamos abriendo los ojos para evitar otra decepción?
Para los que no estén enterados, el proyecto lleva parado un buen rato, desde el año 2022 para ser exactos. Todo por unas diferencias bien feas entre el Estado y el consorcio que tenía la partida original. Entre temas de expropiaciones que nunca llegaron y unos diseños que parecían sacados de otro planeta, el brete se fue al traste. Dejó a comerciantes, turistas y vecinos de la zona hasta la punta, perdiendo plata y tiempo valioso.
Pero bueno, ahora resulta que el MOPT, con don Efraín Zeledón al mando, le dio una patadita al asunto y consiguió nuevos contratos. Parece que los papeles están casi listos para ir ante la Contraloría y que, si todo sale bien, en noviembre podríamos ver maquinaria echando humo otra vez. ¡A ver si así sí echan el proyecto adelante!
Estos nuevos contratos, que suman la friolera de $262 millones, cubren 48 kilómetros de camino. Hablando claro, se va a construir un carril por lado, se van a arreglar los baches de la carretera actual, y también van a poner unos puentes, intercambios y pasos peatonales pa’ que la gente cruce segura. Total, una mejora grandota, si la hacen bien, claro.
La parte de Barranca hasta San Gerardo de Chomes, que son unos 25 kilómetros, la va a manejar el consorcio Barranca Ruta 1, formado por Bell Ingeniería y La Estrella. Mientras tanto, MECO se encarga de los otros 23 kilómetros, desde San Gerardo hasta Limonal. Imagínate, dos empresas distintas trabajando en el mismo proyecto... a ver quién se queda con el liderato y quién se come el polvo.
Ahora, hay que aclarar que estos contratos tienen un plazo máximo de 24 meses. 24 meses, ¡diay! Eso es muchísimo tiempo para construir un tramo de carretera. Esperemos que no nos anden tragando y que cumplan con los plazos establecidos, porque estamos más que impacientes por tener esa ruta decente. Y hablando de plazos, recuerden que esto ya ha sido un fiasco antes, así que vamos con cautela.
Este proyecto es importantísimo para la economía de la región, señores. No solo facilita el transporte de productos agrícolas hacia el resto del país, sino que también impulsa el turismo. Con mejores carreteras, la gente se anima más a venir a visitar nuestros balnearios y paisajes. Además, reduce significativamente el tiempo de viaje, lo cual es crucial para todos nosotros, que andamos siempre corriendo contra el reloj.
Así que ahí lo tienen, compas. La esperanza renace en Limonal-Barranca. Pero bueno, a saber cómo va a terminar esta novela. Yo les pregunto: ¿Se cree usted que esta vez sí van a cumplir con lo prometido, o ya estamos abriendo los ojos para evitar otra decepción?