¡Ay, Dios mío, qué partidazo nos acabamos de topar! Alajuelense llegó al Morera con la intención de decir 'aquí estamos, y vamos por la 31', y vaya si lo hicieron. Liberia aguantó lo que pudo, pero la máquina manuda simplemente no perdonó. Un 3-0 que, ni pintado, refleja lo que se vio en la cancha: pura gallada roja dominando de principio a fin. Parece mentira, pero ya estamos hablando de final. ¡Qué carga!
Liberia salió con la idea de meterse adentro, de cerrar filas y esperar una chispa, pero Alajuelense les apagó cualquier ilusión desde el pitazo inicial. La presión alta de los manudos fue implacable, ahogando cualquier intento de salida limpia. Se veía que los muchachos de Cardozo sufrieron muchísimo con la velocidad y la picardía del ataque rojinegro. No pudieron encontrar su juego, y eso, en un partido de eliminación directa, te puede costar la piel.
Ramírez armó un planteamiento impecable, eligiendo bien sus piezas y aprovechando a rajatabla las debilidades de Liberia. La movilidad de los delanteros, sumada a la solidez del mediocampo con Borges tirando los hilos, fue la receta perfecta para desmantelar la defensa guanacasteca. Desde la tribuna se sentía la energía, la confianza de un equipo que sabe lo que busca y que está dispuesto a dejarlo todo en la cancha para conseguirlo. Se respiraba fútbol de campeón, diay.
El primer gol de Celso Borges, al 41’, fue la puntilla. Un remate certero, colocado, lejos del alcance del arquero. Después vino Ronaldo Cisneros, machacando la defensa hasta que encontró el hueco para mandarla a guardar al 43’. Ahí, con el 2-0 en el marcador, se acabó la esperanza para los locales. El Morera, que había empezado vibrante, se fue apagando lentamente, sintiendo cómo se escapaban las opciones de ver a su equipo peleando por el campeonato.
En la segunda mitad, con la ventaja cómoda, Alajuelanse bajó un poquito el acelerador, administrando el resultado con inteligencia. Pero no dejaron de atacar, buscando siempre ampliar la diferencia. Liberia intentó buscar el descuento con alguna llegada aislada, pero la defensa rojinegra estaba imperturbable, comandada por un Johan Mojica que parece hecho de goma. Parecía imposible penetrar esa muralla.
Cuando ya todo el mundo pensaba que el partido iba a terminar 2-0, Diego Campos, con sangre fría, convirtió un penaltito al 90+3' que definió la goleada. ¡Uff, qué alivio para la afición manuda! Una alegría extra para celebrar una noche memorable en el Morera. Con ese gol, Alajuelense sentenció la serie y aseguró su pase a la final. ¡Esto sí es fútbol!
Ahora toca esperar para saber quién será el rival en la gran final: Saprissa o Cartaginés. La serie está igualada 2-1 a favor de los morados, así que todo está por decidir. ¡Menos mal que Alajuelense ya tiene asegurado el cupo a la Copa Centroamericana aunque pierdan la final!, que así podemos ir tranquilos a disfrutar del certamen internacional el próximo año. Ya saben, con el pie puesto en la meta, buscando esa ansiada 31... ¡Vamos mi Alajuela!
Con este desempeño demoledor, ¿creen que Alajuelense llegará a levantar la copa y romper finalmente la sequía? ¿O el panorama se complicará mucho dependiendo del rival que salga en la final?
Liberia salió con la idea de meterse adentro, de cerrar filas y esperar una chispa, pero Alajuelense les apagó cualquier ilusión desde el pitazo inicial. La presión alta de los manudos fue implacable, ahogando cualquier intento de salida limpia. Se veía que los muchachos de Cardozo sufrieron muchísimo con la velocidad y la picardía del ataque rojinegro. No pudieron encontrar su juego, y eso, en un partido de eliminación directa, te puede costar la piel.
Ramírez armó un planteamiento impecable, eligiendo bien sus piezas y aprovechando a rajatabla las debilidades de Liberia. La movilidad de los delanteros, sumada a la solidez del mediocampo con Borges tirando los hilos, fue la receta perfecta para desmantelar la defensa guanacasteca. Desde la tribuna se sentía la energía, la confianza de un equipo que sabe lo que busca y que está dispuesto a dejarlo todo en la cancha para conseguirlo. Se respiraba fútbol de campeón, diay.
El primer gol de Celso Borges, al 41’, fue la puntilla. Un remate certero, colocado, lejos del alcance del arquero. Después vino Ronaldo Cisneros, machacando la defensa hasta que encontró el hueco para mandarla a guardar al 43’. Ahí, con el 2-0 en el marcador, se acabó la esperanza para los locales. El Morera, que había empezado vibrante, se fue apagando lentamente, sintiendo cómo se escapaban las opciones de ver a su equipo peleando por el campeonato.
En la segunda mitad, con la ventaja cómoda, Alajuelanse bajó un poquito el acelerador, administrando el resultado con inteligencia. Pero no dejaron de atacar, buscando siempre ampliar la diferencia. Liberia intentó buscar el descuento con alguna llegada aislada, pero la defensa rojinegra estaba imperturbable, comandada por un Johan Mojica que parece hecho de goma. Parecía imposible penetrar esa muralla.
Cuando ya todo el mundo pensaba que el partido iba a terminar 2-0, Diego Campos, con sangre fría, convirtió un penaltito al 90+3' que definió la goleada. ¡Uff, qué alivio para la afición manuda! Una alegría extra para celebrar una noche memorable en el Morera. Con ese gol, Alajuelense sentenció la serie y aseguró su pase a la final. ¡Esto sí es fútbol!
Ahora toca esperar para saber quién será el rival en la gran final: Saprissa o Cartaginés. La serie está igualada 2-1 a favor de los morados, así que todo está por decidir. ¡Menos mal que Alajuelense ya tiene asegurado el cupo a la Copa Centroamericana aunque pierdan la final!, que así podemos ir tranquilos a disfrutar del certamen internacional el próximo año. Ya saben, con el pie puesto en la meta, buscando esa ansiada 31... ¡Vamos mi Alajuela!
Con este desempeño demoledor, ¿creen que Alajuelense llegará a levantar la copa y romper finalmente la sequía? ¿O el panorama se complicará mucho dependiendo del rival que salga en la final?
