¡Ay, Dios mío, qué bronca! La Universidad de Costa Rica tuvo que suspender clases a medio día y poner todo en modo virtual luego de recibir una amenazita bien rara, proveniente de un tal ‘grupo 764’. Al parecer, estos señores no son precisamente de los que andan tirando flores, porque resulta que es una banda internacional con pinta de estar metida en cosas bien turbias.
La vaina empezó cuando alguien mandó un email a la UCR advirtiendo sobre un supuesto ataque armado. La policía, como siempre, anda investigando si es verdad o algún chiste macabro, pero lo que sí salió a la luz es que este ‘grupo 764’ ya había dado de qué hablar en otros lados. Parece que tienen una reputación no muy linda, vamos.
Resulta que el Departamento de Estados Unidos ya tenía este grupo en la mira hace tiempo. Lo definieron como una “red de extremistas violentos nihilistas” – ¡qué mouthful! – que se dedican a hacer fechorías tanto en Estados Unidos como fuera, tratando de hundir la sociedad, corrompiendo gente y explotando a los más débiles. Lo peor de todo, parece que también están involucrados en cosas horribles con menores.
De acuerdo con los reportes que salieron a raíz de unos capturas en otro país, esta banda se comunica usando apps de mensajería superseguras y comparten material espeluznante de abuso sexual infantil. Imagínate el nivel de depravación de estas personas. Esto te pone los pelos de punta, diay.
Ante semejante panorama, la UCR no dudó ni un segundo y activó el protocolo de emergencia. El rector, Don Rodrigo, salió en video pidiendo calma y asegurando que estaban tomando todas las medidas necesarias para garantizar la seguridad de estudiantes, profesores y personal administrativo. Dijo que las clases se quedarían virtuales hasta nuevo aviso, así que mejor quedarse en casa leyendo o viendo novelas, ¿eh?
Ahora, la gran pregunta es: ¿Cómo llegó este grupo hasta Costa Rica? ¿Estaban planeando atacar directamente a la UCR, o era solo una demostración de fuerza para asustar a la población? Las autoridades todavía no han dicho mucho al respecto, pero aseguran que están trabajando coordinadamente con agencias internacionales para esclarecer los hechos y atrapar a los responsables.
Lo cierto es que esto nos deja pensando en cómo la tecnología facilita la vida a estas bandas criminales. Antes era difícil comunicarse entre ellos y esconder sus crímenes, pero ahora con internet y las redes sociales, pueden operar desde cualquier parte del mundo y reclutar nuevos miembros sin problemas. Tenemos que ponerle atención a eso, parce, porque no estamos exentos de sufrir consecuencias.
En fin, vaya rollo nos tocó vivir. Una amenaza así en la universidad, con toda la onda del futuro y la educación… Es que nada está exento de peligro, ¿verdad? Ahora me pregunto: ¿Crees que deberíamos fortalecer la colaboración internacional para combatir este tipo de amenazas online, o cada país debería lidiar con ellas por separado?
La vaina empezó cuando alguien mandó un email a la UCR advirtiendo sobre un supuesto ataque armado. La policía, como siempre, anda investigando si es verdad o algún chiste macabro, pero lo que sí salió a la luz es que este ‘grupo 764’ ya había dado de qué hablar en otros lados. Parece que tienen una reputación no muy linda, vamos.
Resulta que el Departamento de Estados Unidos ya tenía este grupo en la mira hace tiempo. Lo definieron como una “red de extremistas violentos nihilistas” – ¡qué mouthful! – que se dedican a hacer fechorías tanto en Estados Unidos como fuera, tratando de hundir la sociedad, corrompiendo gente y explotando a los más débiles. Lo peor de todo, parece que también están involucrados en cosas horribles con menores.
De acuerdo con los reportes que salieron a raíz de unos capturas en otro país, esta banda se comunica usando apps de mensajería superseguras y comparten material espeluznante de abuso sexual infantil. Imagínate el nivel de depravación de estas personas. Esto te pone los pelos de punta, diay.
Ante semejante panorama, la UCR no dudó ni un segundo y activó el protocolo de emergencia. El rector, Don Rodrigo, salió en video pidiendo calma y asegurando que estaban tomando todas las medidas necesarias para garantizar la seguridad de estudiantes, profesores y personal administrativo. Dijo que las clases se quedarían virtuales hasta nuevo aviso, así que mejor quedarse en casa leyendo o viendo novelas, ¿eh?
Ahora, la gran pregunta es: ¿Cómo llegó este grupo hasta Costa Rica? ¿Estaban planeando atacar directamente a la UCR, o era solo una demostración de fuerza para asustar a la población? Las autoridades todavía no han dicho mucho al respecto, pero aseguran que están trabajando coordinadamente con agencias internacionales para esclarecer los hechos y atrapar a los responsables.
Lo cierto es que esto nos deja pensando en cómo la tecnología facilita la vida a estas bandas criminales. Antes era difícil comunicarse entre ellos y esconder sus crímenes, pero ahora con internet y las redes sociales, pueden operar desde cualquier parte del mundo y reclutar nuevos miembros sin problemas. Tenemos que ponerle atención a eso, parce, porque no estamos exentos de sufrir consecuencias.
En fin, vaya rollo nos tocó vivir. Una amenaza así en la universidad, con toda la onda del futuro y la educación… Es que nada está exento de peligro, ¿verdad? Ahora me pregunto: ¿Crees que deberíamos fortalecer la colaboración internacional para combatir este tipo de amenazas online, o cada país debería lidiar con ellas por separado?
