¡Ay, Dios mío! Se armó un pincho tremendo en estas fiestas navideñas. El Cuerpo de Bomberos está pidiendo a gritos que la gente baje la guardia porque los incendios han salido de control. Parece que algunos no aprendieron la lección y ahora estamos pagando las consecuencias. Lo que empezó siendo una preocupación puntual, se convirtió en una crisis nacional que nos tiene a todos pendientes.
Según datos oficiales, durante estos últimos días, especialmente entre el 24 y 25 de diciembre, la frecuencia de atención de incendios se disparó. Normalmente, los bomberos atienden un incidente cada ocho horas; pero en estos dos días críticos, tuvieron que moverse cada tres horas y media. Imagínate el estrés que eso les generó a los bravos apagafuegos, trabajando día y noche para contener la furia del fuego.
Lo más triste de todo es la pérdida de vidas humanas. En Guacimal de Puntarenas ocurrió una tragedia irreparable: un hombre de 60 años falleció en un incendio. Esa noticia te golpea fuerte, te hace pensar en las familias afectadas y en cómo una simple distracción puede tener consecuencias devastadoras. Es un recordatorio contundente de que la prevención es clave.
Hasta la fecha, el año 2025 ha sido brutalmente doloroso en cuanto a víctimas fatales por incendios. Hemos contabilizado 27 personas fallecidas, incluyendo seis niños menores de edad y 21 adultos. Estos números son escalofriantes y deberían servirnos de wake up call para tomar cartas en el asunto, chavos. No podemos seguir perdiendo vidas inocentes por negligencia.
Según datos oficiales, durante estos últimos días, especialmente entre el 24 y 25 de diciembre, la frecuencia de atención de incendios se disparó. Normalmente, los bomberos atienden un incidente cada ocho horas; pero en estos dos días críticos, tuvieron que moverse cada tres horas y media. Imagínate el estrés que eso les generó a los bravos apagafuegos, trabajando día y noche para contener la furia del fuego.
Lo más triste de todo es la pérdida de vidas humanas. En Guacimal de Puntarenas ocurrió una tragedia irreparable: un hombre de 60 años falleció en un incendio. Esa noticia te golpea fuerte, te hace pensar en las familias afectadas y en cómo una simple distracción puede tener consecuencias devastadoras. Es un recordatorio contundente de que la prevención es clave.
Hasta la fecha, el año 2025 ha sido brutalmente doloroso en cuanto a víctimas fatales por incendios. Hemos contabilizado 27 personas fallecidas, incluyendo seis niños menores de edad y 21 adultos. Estos números son escalofriantes y deberían servirnos de wake up call para tomar cartas en el asunto, chavos. No podemos seguir perdiendo vidas inocentes por negligencia.