¡Ay, Dios mío, qué bronca! Resulta que ayer a primera hora, el OIJ hizo un movidón considerable en La Colonia de Pococí. Una señora, doña Lundi, de origen nicaragüense, quedó apresada bajo la acusación de estar vendiendo crack y marihuana desde su casa. Parece que varios vecinos andaban comentando cosas y bueno, ahí salió el reporte al OIJ.
Según fuentes cercanas al caso, la investigación llevaba rodando desde agosto pasado. Unos denunciantes, que prefirieron mantener el anonimato –como dicen, para evitar problemas–, le estaban dando información al OIJ sobre las supuestas actividades ilícitas de la señora Lundi. Al parecer, el negocio iba bastante bien, aunque eso ya lo dirá el juez.
El Operativo Judical Investigador (OIJ), esos que siempre andan trabajando duro, no se echaron para atrás. Le dieron seguimiento al caso, juntando evidencias y esperando tener una prueba sólida para hacerle un allanamiento a la casa de la doña. Dicen que no fue tarea fácil, porque la dama era astuta y tenía sus movimientos bien escondidos, pero al final, lograron obtener lo suficiente para pedirle al Juez una orden.
El operativo se llevó a cabo alrededor de las seis de la mañana, cuando todavía estaba oscuro y la mayoría de la gente dormida. Imagínate el susto que se llevaron los vecinos al ver a los oficiales del OIJ rodeando la casa de la doña Lundi. Decían que hubo un poco de alterado, pero nada grave, al parecer la doña no puso muchas facilidades a la hora de registrar la propiedad.
Durante el allanamiento, encontraron cositas interesantes... Bueno, digamos que encontraron evidencia que podría relacionarla con el comercio de droga. No quisieron especificar qué fue exactamente, pero aseguran que servirá para fortalecer el caso. Ahora, la señora Lundi está ante el Ministerio Público, donde le van a definir si la meten o no en prisión preventiva. ¡Ay, qué rollo!
Este caso nos hace pensar, ¿cómo es que estas situaciones siguen pasando en nuestras comunidades? A veces uno piensa que está tranquilo en su casa viendo el fútbol y resulta que a unos metros está pasando algo así. Y más allá de esto, me da pena por la señora, aunque obviamente la ley hay que cumplirla. ¿Será que alguien la manipuló? ¿O realmente se dejó llevar por la ambición?
Y hablando de Pococí, últimamente ha habido bastantes movimientos policiales en la zona. Algunos dicen que es porque han intensificado la lucha contra el narcotráfico, otros creen que hay infiltrados en la comunidad. Lo cierto es que la preocupación está latente entre los moradores, que quieren vivir tranquilos y seguros. Hay que darle duro a esto, porque la delincuencia no puede seguir campante. Además, siento que es importante recordar que detrás de cada caso como este, hay familias afectadas y vidas destruidas.
Con todo esto, me pregunto: ¿Cuál cree usted que es la solución más efectiva para combatir el narcomenudeo en nuestras comunidades? ¿Más presencia policial, programas sociales, o una combinación de ambos? Deje su opinión en los comentarios, ¡me interesa saber qué piensa!
Según fuentes cercanas al caso, la investigación llevaba rodando desde agosto pasado. Unos denunciantes, que prefirieron mantener el anonimato –como dicen, para evitar problemas–, le estaban dando información al OIJ sobre las supuestas actividades ilícitas de la señora Lundi. Al parecer, el negocio iba bastante bien, aunque eso ya lo dirá el juez.
El Operativo Judical Investigador (OIJ), esos que siempre andan trabajando duro, no se echaron para atrás. Le dieron seguimiento al caso, juntando evidencias y esperando tener una prueba sólida para hacerle un allanamiento a la casa de la doña. Dicen que no fue tarea fácil, porque la dama era astuta y tenía sus movimientos bien escondidos, pero al final, lograron obtener lo suficiente para pedirle al Juez una orden.
El operativo se llevó a cabo alrededor de las seis de la mañana, cuando todavía estaba oscuro y la mayoría de la gente dormida. Imagínate el susto que se llevaron los vecinos al ver a los oficiales del OIJ rodeando la casa de la doña Lundi. Decían que hubo un poco de alterado, pero nada grave, al parecer la doña no puso muchas facilidades a la hora de registrar la propiedad.
Durante el allanamiento, encontraron cositas interesantes... Bueno, digamos que encontraron evidencia que podría relacionarla con el comercio de droga. No quisieron especificar qué fue exactamente, pero aseguran que servirá para fortalecer el caso. Ahora, la señora Lundi está ante el Ministerio Público, donde le van a definir si la meten o no en prisión preventiva. ¡Ay, qué rollo!
Este caso nos hace pensar, ¿cómo es que estas situaciones siguen pasando en nuestras comunidades? A veces uno piensa que está tranquilo en su casa viendo el fútbol y resulta que a unos metros está pasando algo así. Y más allá de esto, me da pena por la señora, aunque obviamente la ley hay que cumplirla. ¿Será que alguien la manipuló? ¿O realmente se dejó llevar por la ambición?
Y hablando de Pococí, últimamente ha habido bastantes movimientos policiales en la zona. Algunos dicen que es porque han intensificado la lucha contra el narcotráfico, otros creen que hay infiltrados en la comunidad. Lo cierto es que la preocupación está latente entre los moradores, que quieren vivir tranquilos y seguros. Hay que darle duro a esto, porque la delincuencia no puede seguir campante. Además, siento que es importante recordar que detrás de cada caso como este, hay familias afectadas y vidas destruidas.
Con todo esto, me pregunto: ¿Cuál cree usted que es la solución más efectiva para combatir el narcomenudeo en nuestras comunidades? ¿Más presencia policial, programas sociales, o una combinación de ambos? Deje su opinión en los comentarios, ¡me interesa saber qué piensa!