¡Aguante la chincha! El caso del director del OIJ, Randall Zúñiga, sigue dando vuelta y vuelta. Resulta que la Fiscalía metió mano en su casita el viernes pasado, con un allanamiento que dejó a muchos con la boca abierta. Esto pinta pa’ un buen brete político, sinceramente.
Como bien saben, Zúñiga enfrenta denuncias por presuntas violaciones. Aunque él niega todo a rabiar, el Ministerio Público no se quedó cruzado de brazos. Este allanamiento, según explican, iba buscando pruebas electrónicas que puedan vincularlo con estos delitos. Un poco turbio, ¿no?
Su abogado, Federico Campos, salió al frente defendiéndolo como si fuera su chunche. Dijo que ya habían avisado que iban a aparecer para ver el expediente y que ni siquiera Zúñiga sabía bien de qué lo estaban acusando, solo que había algunas denuncias rondando. Ese mae está tratando de mantener la calma, pero imaginen la bronca que debe estar pasando.
Según Campos, Zúñiga estaba dispuesto a cooperar con la justicia, hasta le tenían preparadas pruebas a su favor, ¡imagínate! Pero esas mismas pruebas, de tipo digital, fueron confiscadas durante el operativo. Él insiste que todo esto huele raro y que hay “otras motivaciones” detrás de las denuncias. Eso sí que da mucho que pensar... quién anda tramando qué.
El abogado recalcó que el proceso todavía está en paños menores, que su cliente no ha sido interrogado formalmente. Prometió que, cuando abran la evidencia, pedirán que las pruebas de la defensa se evalúen junto con las que encontró la Fiscalía. A ver si ahí sale algo claro porque esta vaina está más empolvada que canasta vieja.
Y hablando de eso, Zúñiga no se va a ningún lado, asegura Campos. Está acá, listo para responder a cualquier llamado judicial y demostrar su inocencia. Se le ve tranquilo, aunque nadie estaría relajado en una situación así. Ojalá que todo salga bien para el mae, por más que uno no esté muy convencido con sus manejos, siempre es feo ver a alguien pasar por esto.
Esta maraña legal nos recuerda la importancia de la transparencia y la rendición de cuentas en las instituciones del Estado. Que no haya dobles intenciones, ni agendas ocultas. Aquí necesitamos justicia clara y concisa, sin rodeos ni jueguitos políticos. Cosa difícil, dicen algunos, pero no imposible. Depende de nosotros exigir resultados.
Ahora me pregunto, queridos foristas: ¿creen que este allanamiento es una búsqueda legítima de pruebas para esclarecer los hechos o una jugada política para desprestigiar a Zúñiga y debilitar al OIJ? Dejen sus opiniones, ¡quiero saber qué piensan!
Como bien saben, Zúñiga enfrenta denuncias por presuntas violaciones. Aunque él niega todo a rabiar, el Ministerio Público no se quedó cruzado de brazos. Este allanamiento, según explican, iba buscando pruebas electrónicas que puedan vincularlo con estos delitos. Un poco turbio, ¿no?
Su abogado, Federico Campos, salió al frente defendiéndolo como si fuera su chunche. Dijo que ya habían avisado que iban a aparecer para ver el expediente y que ni siquiera Zúñiga sabía bien de qué lo estaban acusando, solo que había algunas denuncias rondando. Ese mae está tratando de mantener la calma, pero imaginen la bronca que debe estar pasando.
Según Campos, Zúñiga estaba dispuesto a cooperar con la justicia, hasta le tenían preparadas pruebas a su favor, ¡imagínate! Pero esas mismas pruebas, de tipo digital, fueron confiscadas durante el operativo. Él insiste que todo esto huele raro y que hay “otras motivaciones” detrás de las denuncias. Eso sí que da mucho que pensar... quién anda tramando qué.
El abogado recalcó que el proceso todavía está en paños menores, que su cliente no ha sido interrogado formalmente. Prometió que, cuando abran la evidencia, pedirán que las pruebas de la defensa se evalúen junto con las que encontró la Fiscalía. A ver si ahí sale algo claro porque esta vaina está más empolvada que canasta vieja.
Y hablando de eso, Zúñiga no se va a ningún lado, asegura Campos. Está acá, listo para responder a cualquier llamado judicial y demostrar su inocencia. Se le ve tranquilo, aunque nadie estaría relajado en una situación así. Ojalá que todo salga bien para el mae, por más que uno no esté muy convencido con sus manejos, siempre es feo ver a alguien pasar por esto.
Esta maraña legal nos recuerda la importancia de la transparencia y la rendición de cuentas en las instituciones del Estado. Que no haya dobles intenciones, ni agendas ocultas. Aquí necesitamos justicia clara y concisa, sin rodeos ni jueguitos políticos. Cosa difícil, dicen algunos, pero no imposible. Depende de nosotros exigir resultados.
Ahora me pregunto, queridos foristas: ¿creen que este allanamiento es una búsqueda legítima de pruebas para esclarecer los hechos o una jugada política para desprestigiar a Zúñiga y debilitar al OIJ? Dejen sus opiniones, ¡quiero saber qué piensan!
