¡Ay, Dios mío! Quién lo diría, la Caja de Ande, esa institución que siempre nos han vendido como refugio seguro para nuestros ahorritos, anda metida en un brete gordo. Resulta que la Superintendencia General de Entidades Financieras (Sugef) soltó un informe que puso a temblar a más de uno, porque básicamente dice que la gerente general y varios miembros de la junta directiva no cumplen con los requisitos mínimos para estar ahí. Esto, mis queridos, huele a gallina flaca, y no pinta bien para la confianza que tenemos en la Caja.
Según el informe confidencial –que ahora sí, salió a la luz pública– Carmen Martínez Cubero, la jefa de la Caja, llegó al puesto a pesar de no cumplir con la política de idoneidad establecida. Parece que su currículum no incluye la suficiente experiencia en temas financieros, sino más bien en educación, donde anduvo dando vueltas como directora regional, subdirectora, asesora… bueno, ya saben, cositas de maestra. Pero vamos, manejar una caja de ahorro y préstamos es otra liga, ¿verdad?
Pero eso no es todo, pues parece que la cosa va mucho más allá. La Sugef encontró que ¡ocho de los once miembros de la junta directiva! –sí, la mayoría– también estaban cortos en requisitos. Imagínense, gente tomando decisiones financieras importantes sin tener el conocimiento adecuado. Esto, pa’ colmo, llevó a que la Sugef rebajara la calificación de la Caja de Ande, pasándola de “Normalidad I” a “Irregularidad Financiera I”. ¡Qué sal! Un cambio así no es juego de niños, y seguramente muchos socios andarán preocupados pensando qué demonios está pasando.
Y no es solamente por la falta de requisitos. La Sugef también señala que la gerencia no tiene un plan comercial claro, ni tampoco analiza el mercado para tomar decisiones. No hacen estudios, no proyectan... simplemente van tirando, ojalá les salga bien. Además, parecen estar arrastrando problemas con su sistema informático, el famoso Core Bancario, que llevan años intentando arreglar y que sigue siendo un dolor de cabeza. ¡Un chunche que nunca termina!
“En general, se observa la postergación de la toma de decisiones estratégicas”, dice el informe, y vaya que es cierto. La Sugef incluso menciona que la Alta Dirección conoce los riesgos del Core Bancario, pero hace caso omiso. A esto súmenle que no implementan las recomendaciones de los auditores internos y externos, y que la junta directiva no se preocupa por poner orden en casa. ¡Qué torta! Una verdadera falta de responsabilidad.
Para rematar, la Sugef también criticó la gestión de proyectos de la Caja. Dicen que los programas estratégicos no incluyen análisis de factibilidad, ni hojas de ruta claras. De los 22 proyectos del Programa de Transformación Digital (del 2021), ¡solo uno se completó! El resto están suspendidos o en la fase de incubadora. ¡Parece que la idea es hacer cosas, pero sin hacerlas realmente! Eso no funciona, mae.
Ante estas acusaciones, la Caja de Ande sacó un comunicado defendiendo su salud financiera y asegurando que cumplen con la normativa. Pero, curiosamente, no respondieron a las preguntas específicas sobre los nombramientos y las advertencias de la Sugef. Ni siquiera quisieron aclarar por qué renovaron el contrato de la presidenta de la junta directiva, a quien la Sugef precisamente había señalado por no cumplir con los requisitos. La Sugef, por su lado, se escudó en la ley para no dar más detalles.
Bueno, amigos, queda claro que la Caja de Ande enfrenta un momento complicado. Las fallas encontradas por la Sugef son graves y ponen en riesgo la estabilidad de la institución. La pregunta que me surge entonces es: ¿Cómo podemos confiar nuestros ahorros en una institución cuyos líderes y administradores parecen no saber muy bien lo que están haciendo? ¿Creen que la Caja de Ande podrá salir adelante y recuperar la confianza de sus socios, o estamos viendo los primeros síntomas de su declive?
Según el informe confidencial –que ahora sí, salió a la luz pública– Carmen Martínez Cubero, la jefa de la Caja, llegó al puesto a pesar de no cumplir con la política de idoneidad establecida. Parece que su currículum no incluye la suficiente experiencia en temas financieros, sino más bien en educación, donde anduvo dando vueltas como directora regional, subdirectora, asesora… bueno, ya saben, cositas de maestra. Pero vamos, manejar una caja de ahorro y préstamos es otra liga, ¿verdad?
Pero eso no es todo, pues parece que la cosa va mucho más allá. La Sugef encontró que ¡ocho de los once miembros de la junta directiva! –sí, la mayoría– también estaban cortos en requisitos. Imagínense, gente tomando decisiones financieras importantes sin tener el conocimiento adecuado. Esto, pa’ colmo, llevó a que la Sugef rebajara la calificación de la Caja de Ande, pasándola de “Normalidad I” a “Irregularidad Financiera I”. ¡Qué sal! Un cambio así no es juego de niños, y seguramente muchos socios andarán preocupados pensando qué demonios está pasando.
Y no es solamente por la falta de requisitos. La Sugef también señala que la gerencia no tiene un plan comercial claro, ni tampoco analiza el mercado para tomar decisiones. No hacen estudios, no proyectan... simplemente van tirando, ojalá les salga bien. Además, parecen estar arrastrando problemas con su sistema informático, el famoso Core Bancario, que llevan años intentando arreglar y que sigue siendo un dolor de cabeza. ¡Un chunche que nunca termina!
“En general, se observa la postergación de la toma de decisiones estratégicas”, dice el informe, y vaya que es cierto. La Sugef incluso menciona que la Alta Dirección conoce los riesgos del Core Bancario, pero hace caso omiso. A esto súmenle que no implementan las recomendaciones de los auditores internos y externos, y que la junta directiva no se preocupa por poner orden en casa. ¡Qué torta! Una verdadera falta de responsabilidad.
Para rematar, la Sugef también criticó la gestión de proyectos de la Caja. Dicen que los programas estratégicos no incluyen análisis de factibilidad, ni hojas de ruta claras. De los 22 proyectos del Programa de Transformación Digital (del 2021), ¡solo uno se completó! El resto están suspendidos o en la fase de incubadora. ¡Parece que la idea es hacer cosas, pero sin hacerlas realmente! Eso no funciona, mae.
Ante estas acusaciones, la Caja de Ande sacó un comunicado defendiendo su salud financiera y asegurando que cumplen con la normativa. Pero, curiosamente, no respondieron a las preguntas específicas sobre los nombramientos y las advertencias de la Sugef. Ni siquiera quisieron aclarar por qué renovaron el contrato de la presidenta de la junta directiva, a quien la Sugef precisamente había señalado por no cumplir con los requisitos. La Sugef, por su lado, se escudó en la ley para no dar más detalles.
Bueno, amigos, queda claro que la Caja de Ande enfrenta un momento complicado. Las fallas encontradas por la Sugef son graves y ponen en riesgo la estabilidad de la institución. La pregunta que me surge entonces es: ¿Cómo podemos confiar nuestros ahorros en una institución cuyos líderes y administradores parecen no saber muy bien lo que están haciendo? ¿Creen que la Caja de Ande podrá salir adelante y recuperar la confianza de sus socios, o estamos viendo los primeros síntomas de su declive?
