¡Ay, Dios mío! Resulta que nuestros primos yanquis andan pensando en ponerle aranceles a los dispositivos médicos que les vendemos. Imagínate la bronca, justo cuando estábamos tranquilos. Pero tranquilos, porque nuestras autoridades comerciales no se quedaron cruzados de brazos; le metieron bala a la respuesta, defendiendo nuestro brete con argumentos que hasta un gringo entiende.
Todo esto viene desde allá arriba, en Washington, donde parece que alguien tuvo la brillante idea de investigar si los dispositivos médicos que importamos de Costa Rica representan algún tipo de amenaza a la seguridad nacional de Estados Unidos. Una Sección 232 de la ley comercial, dicen ellos. ¡Un despache! Como si nosotros quisiéramos meterles mano a su sistema de salud. Según parece, podrían venir aranceles, restricciones... ¡una torta!
Pero aquí la cosa se puso seria. Nuestro ministro de Comercio Exterior, Manuel Tovar, escribió una carta al Departamento de Comercio de Estados Unidos, explicando que estamos cumpliendo al pie de la letra con todos los estándares regulatorios, tanto nacionales como gringos. Además, resaltó que tenemos un marco político y legal súper sólido, ideal para que las empresas estadounidenses trabajen tranquilitas y produzcan cosas de alta calidad. Básicamente, le dijeron que somos socios confiables, no problemas.
Y no solo eso, también le recordaron a los gringos que somos super cercanos geográficamente y que trabajamos de la mano con sus industrias. Eso reduce la dependencia de proveedores lejanos y peligrosos, lo cual hace que su cadena de suministro sea mucho más resistente. Un poco de sentido común, vamos.
Además, echaron cuento de cómo hemos apoyado a Estados Unidos en momentos difíciles, como durante la pandemia del Covid-19. ¡Nosotros ahí, echándole ganas! Y claro, no podían dejar pasar la oportunidad de mencionar el CAFTA, ese tratado de libre comercio que nos ha dado un empujón enorme a la competitividad y a la integración económica con ellos. Un chunche que le ha venido de perlas a ambos países, díganlo.
“En vista de lo anterior y de la evidencia presentada, Costa Rica solicita respetuosamente que sus exportaciones de equipo de protección personal, consumibles médicos y dispositivos médicos sean consideradas para un trato libre de aranceles o una excepción a cualquier medida derivada de esta investigación de la Sección 232”, cerró el ministro Tovar. ¡Así, directo al grano! No anduvieron dando vueltas, le plantaron cara a los gringos.
Lo interesante de todo esto es que Costa Rica no solo busca proteger sus propias exportaciones, sino que también se está ofreciendo como una especie de trampolín para las empresas estadounidenses. Le dicen que gracias a nuestra red de tratados de libre comercio, sus empresas pueden exportar muchísimo más a otros países como Países Bajos, Bélgica, Canadá… ¡y así fortalecer su liderazgo en la industria global! Son unos listos, buscando sacar raja en todas partes.
Ahora bien, ¿cree usted que esta defensa será suficiente para evitar los aranceles? ¿Será que los gringos van a ceder ante nuestros argumentos, o seguirán insistiendo en complicarle las cosas? ¡Dígame, qué piensa usted sobre este asunto! ¿Es justo que quieran poner trabas a un país que siempre ha sido aliado y colaborador?
Todo esto viene desde allá arriba, en Washington, donde parece que alguien tuvo la brillante idea de investigar si los dispositivos médicos que importamos de Costa Rica representan algún tipo de amenaza a la seguridad nacional de Estados Unidos. Una Sección 232 de la ley comercial, dicen ellos. ¡Un despache! Como si nosotros quisiéramos meterles mano a su sistema de salud. Según parece, podrían venir aranceles, restricciones... ¡una torta!
Pero aquí la cosa se puso seria. Nuestro ministro de Comercio Exterior, Manuel Tovar, escribió una carta al Departamento de Comercio de Estados Unidos, explicando que estamos cumpliendo al pie de la letra con todos los estándares regulatorios, tanto nacionales como gringos. Además, resaltó que tenemos un marco político y legal súper sólido, ideal para que las empresas estadounidenses trabajen tranquilitas y produzcan cosas de alta calidad. Básicamente, le dijeron que somos socios confiables, no problemas.
Y no solo eso, también le recordaron a los gringos que somos super cercanos geográficamente y que trabajamos de la mano con sus industrias. Eso reduce la dependencia de proveedores lejanos y peligrosos, lo cual hace que su cadena de suministro sea mucho más resistente. Un poco de sentido común, vamos.
Además, echaron cuento de cómo hemos apoyado a Estados Unidos en momentos difíciles, como durante la pandemia del Covid-19. ¡Nosotros ahí, echándole ganas! Y claro, no podían dejar pasar la oportunidad de mencionar el CAFTA, ese tratado de libre comercio que nos ha dado un empujón enorme a la competitividad y a la integración económica con ellos. Un chunche que le ha venido de perlas a ambos países, díganlo.
“En vista de lo anterior y de la evidencia presentada, Costa Rica solicita respetuosamente que sus exportaciones de equipo de protección personal, consumibles médicos y dispositivos médicos sean consideradas para un trato libre de aranceles o una excepción a cualquier medida derivada de esta investigación de la Sección 232”, cerró el ministro Tovar. ¡Así, directo al grano! No anduvieron dando vueltas, le plantaron cara a los gringos.
Lo interesante de todo esto es que Costa Rica no solo busca proteger sus propias exportaciones, sino que también se está ofreciendo como una especie de trampolín para las empresas estadounidenses. Le dicen que gracias a nuestra red de tratados de libre comercio, sus empresas pueden exportar muchísimo más a otros países como Países Bajos, Bélgica, Canadá… ¡y así fortalecer su liderazgo en la industria global! Son unos listos, buscando sacar raja en todas partes.
Ahora bien, ¿cree usted que esta defensa será suficiente para evitar los aranceles? ¿Será que los gringos van a ceder ante nuestros argumentos, o seguirán insistiendo en complicarle las cosas? ¡Dígame, qué piensa usted sobre este asunto! ¿Es justo que quieran poner trabas a un país que siempre ha sido aliado y colaborador?