¡Aguántense, pura vida! La cosa está que arde en el Palacio, porque parece que la relación entre el Presidente Rodrigo Chaves y el Fiscal General, Carlo Díaz Sánchez, llegó a niveles de ‘mamita’. Después de varios ataques frontales por parte del gobernante hacia el Ministerio Público, Díaz respondió con contundencia, negando rotundamente cualquier tipo de presión externa y revirando la situación: el propio Chaves estaría intentando influir en investigaciones.
Todo empezó con declaraciones polémicas del Presidente en su programa de televisión, donde nuevamente apuntó al Ministerio Público y al empresario Leonel Baruch, sugiriendo injerencias en el proceso judicial. Esta vez, Díaz salió al frente con declaraciones explosivas, dejando claro que el criterio jurídico y la objetividad son sus únicas guías, y que ni siquiera responden a presiones presidenciales. 'Son unas insinuaciones bastante temerarias', sentenció Díaz, visiblemente molesto.
Pero la bomba cayó cuando el Fiscal General reveló que, paradójicamente, el propio Presidente habría intentado influir en la investigación contra Baruch Goldberg. Según Díaz, en dos ocasiones – una en Casa Presidencial y otra en la propia Fiscalía – Chaves expresó un interés ‘indebido’ en el caso, buscando acelerarlo e incluso sugerir una condena. ¡Imagínate! Ofreciendo 'ayuda' y llegando tarde con cajas llenas de documentos, aparentemente pruebas, pero que parecían más bien… ¡una cortina de humo!
“No recibo presiones de nadie, pero sí he visto que el Presidente, en esas dos ocasiones, ha tratado de buscar soluciones rápidas y favorecer ciertas situaciones”, afirmó Díaz, dejando caer que el Presidente quizás desconoce cómo funciona realmente el sistema penal costarricense. Este giro inesperado dio vuelta a la tortilla, convirtiendo al señalado fiscal en defensor de la institucionalidad y al Presidente en el posible infractor.
Mientras tanto, la investigación sobre el caso continúa su curso, aunque con obstáculos burocráticos y solicitudes adicionales a Panamá. Díaz aclaró que la información recibida inicialmente fue incompleta, obligando al Ministerio Público a pedir más datos. “Hemos cumplido con todas las diligencias pertinentes y estamos esperando información de Panamá para poder avanzar”, explicó. Parece que el brete no va a terminar tan pronto.
Leonel Baruch, por su parte, no se quedó callado. En un comunicado, acusó a Chaves de orquestar la investigación, alegando que fue iniciada en Panamá por presiones del gobierno costarricense. Además, denunció que se están ocultando pruebas técnicas de Tributación que desacreditan las acusaciones. ¡Una maraña de acusaciones cruzadas que deja al público boquiabierto!
El empresaria incluso mencionó un TikTok, originado supuestamente por el propio gobierno, que sirvió como base para la denuncia inicial. Añadió que el exministro de Hacienda, Nogui Acosta, mintió bajo juramento al afirmar que existía un informe que justificaba una deuda tributaria millonaria. ¡Parece sacado de una telenovela, diay! Un caso lleno de giros, contradicciones y acusaciones que ponen en tela de juicio la credibilidad de todos los involucrados. La verdad, como siempre, parece estar enterrada bajo toneladas de declaraciones y contrapuntos.
Y vaya que esto ha encendido las redes sociales y los círculos políticos. Con tanta polémica, manipulación y acusaciones volando, ¿cree usted que esta controversia afectará la estabilidad del gobierno o simplemente es un episodio más en el ya convulso panorama político costarricense? ¡Déjenos sus opiniones en los comentarios y a ver qué les parece este mamarracho!
Todo empezó con declaraciones polémicas del Presidente en su programa de televisión, donde nuevamente apuntó al Ministerio Público y al empresario Leonel Baruch, sugiriendo injerencias en el proceso judicial. Esta vez, Díaz salió al frente con declaraciones explosivas, dejando claro que el criterio jurídico y la objetividad son sus únicas guías, y que ni siquiera responden a presiones presidenciales. 'Son unas insinuaciones bastante temerarias', sentenció Díaz, visiblemente molesto.
Pero la bomba cayó cuando el Fiscal General reveló que, paradójicamente, el propio Presidente habría intentado influir en la investigación contra Baruch Goldberg. Según Díaz, en dos ocasiones – una en Casa Presidencial y otra en la propia Fiscalía – Chaves expresó un interés ‘indebido’ en el caso, buscando acelerarlo e incluso sugerir una condena. ¡Imagínate! Ofreciendo 'ayuda' y llegando tarde con cajas llenas de documentos, aparentemente pruebas, pero que parecían más bien… ¡una cortina de humo!
“No recibo presiones de nadie, pero sí he visto que el Presidente, en esas dos ocasiones, ha tratado de buscar soluciones rápidas y favorecer ciertas situaciones”, afirmó Díaz, dejando caer que el Presidente quizás desconoce cómo funciona realmente el sistema penal costarricense. Este giro inesperado dio vuelta a la tortilla, convirtiendo al señalado fiscal en defensor de la institucionalidad y al Presidente en el posible infractor.
Mientras tanto, la investigación sobre el caso continúa su curso, aunque con obstáculos burocráticos y solicitudes adicionales a Panamá. Díaz aclaró que la información recibida inicialmente fue incompleta, obligando al Ministerio Público a pedir más datos. “Hemos cumplido con todas las diligencias pertinentes y estamos esperando información de Panamá para poder avanzar”, explicó. Parece que el brete no va a terminar tan pronto.
Leonel Baruch, por su parte, no se quedó callado. En un comunicado, acusó a Chaves de orquestar la investigación, alegando que fue iniciada en Panamá por presiones del gobierno costarricense. Además, denunció que se están ocultando pruebas técnicas de Tributación que desacreditan las acusaciones. ¡Una maraña de acusaciones cruzadas que deja al público boquiabierto!
El empresaria incluso mencionó un TikTok, originado supuestamente por el propio gobierno, que sirvió como base para la denuncia inicial. Añadió que el exministro de Hacienda, Nogui Acosta, mintió bajo juramento al afirmar que existía un informe que justificaba una deuda tributaria millonaria. ¡Parece sacado de una telenovela, diay! Un caso lleno de giros, contradicciones y acusaciones que ponen en tela de juicio la credibilidad de todos los involucrados. La verdad, como siempre, parece estar enterrada bajo toneladas de declaraciones y contrapuntos.
Y vaya que esto ha encendido las redes sociales y los círculos políticos. Con tanta polémica, manipulación y acusaciones volando, ¿cree usted que esta controversia afectará la estabilidad del gobierno o simplemente es un episodio más en el ya convulso panorama político costarricense? ¡Déjenos sus opiniones en los comentarios y a ver qué les parece este mamarracho!
