¡Quiubo, mi gente del Foro! Resulta que la billetera de la CCSS está más apretada que lechuga en diciembre. Al parecer, el nuevo sistema ERP-SAP, que prometía modernizar todo, ha hecho un maje y ahora no saben ni cuánto le deben al Estado. ¡Qué torta la estamos viviendo!
Para ponerlos en clima, la cosa va así: la Auditoría Interna mandó un oficio pa' la Presidencia Ejecutiva y las gerencias de la Caja avisándole que desde junio no tienen claro cuánto le deben nuestros políticos. Imagínate, no saber cuánto dinero se les escapa... eso sí da qué pensar. Antes de este batacazo tecnológico, tenían todo bajo control, pero ahora parece que andan medio perdidos entre números y pantallas.
Y hablando de números, la deuda estatal con la CCSS ya suma unos ¢4,4 billones, ¡una barbaridad!, que representan casi el 9% de todo lo que produce el país. De esos, la mayoría se la deben al Seguro de Salud, ¡pa’ que nos curemos bien y rápido!, pero también hay una buena parte destinada a las pensiones. Lo peor es que casi toda esa lana todavía no la han pagado. ¡Un rezago histórico, vamos!
Según la Auditoría, la Dirección Financiero Contable intentó ponerle un parche al problema activando una especie de “modo seguro” para seguir registrando las cuentas, pero aún no logran que el sistema funcione como debería. Dice el reporte que esto pone en peligro la capacidad de la Caja para planificar sus gastos y asegurar que haya suficiente plata pa' pagar las consultas médicas, los medicamentos y demás servicios.
Lo que me preocupa, y creo que debería preocuparle a todos nosotros, es que el Gobierno solo ha presupuestado unos míseros ¢85 mil millones para pagar esta deuda el próximo año. ¡Pero órale! Con esa cantina no alcanzan ni pa' rascar la superficie. Eso significa que la Caja seguirá lidiando con el mismo problema, sin poder mejorar los servicios ni contratar más personal. ¡Eso sí que es agarrarnos de espinos!
Y para complicar más las cosas, la deuda del Estado con la CCSS ha ido creciendo como la espuma en el último año, ¡casi ¢600 mil millones más! Eso demuestra que no sólo tenemos problemas con el nuevo sistema, sino que también hay una falta de compromiso por parte del gobierno para cumplir con sus obligaciones financieras. Es como si nos estuvieran jugando piedritas, y los que sufrimos somos los pacientes.
Esta situación es un brete, amigos. Las divergencias contables, las limitaciones de presupuesto y hasta intereses políticos están entrelazados, haciendo que la gestión de la deuda estatal sea un verdadero laberinto. ¿Pa' cuándo van a entender que la salud pública es un derecho fundamental y que no podemos permitir que la politiquería ponga en riesgo nuestro bienestar?
Ahora dime, mi gente del Foro: ¿crees que el Gobierno realmente hará un esfuerzo serio para solucionar este problema de la deuda con la CCSS o seguiremos viendo cómo nuestra salud se deteriora por culpa de la ineficiencia y la corrupción? Déjanos tus opiniones en los comentarios, ¡y a ver quién tiene la respuesta!
Para ponerlos en clima, la cosa va así: la Auditoría Interna mandó un oficio pa' la Presidencia Ejecutiva y las gerencias de la Caja avisándole que desde junio no tienen claro cuánto le deben nuestros políticos. Imagínate, no saber cuánto dinero se les escapa... eso sí da qué pensar. Antes de este batacazo tecnológico, tenían todo bajo control, pero ahora parece que andan medio perdidos entre números y pantallas.
Y hablando de números, la deuda estatal con la CCSS ya suma unos ¢4,4 billones, ¡una barbaridad!, que representan casi el 9% de todo lo que produce el país. De esos, la mayoría se la deben al Seguro de Salud, ¡pa’ que nos curemos bien y rápido!, pero también hay una buena parte destinada a las pensiones. Lo peor es que casi toda esa lana todavía no la han pagado. ¡Un rezago histórico, vamos!
Según la Auditoría, la Dirección Financiero Contable intentó ponerle un parche al problema activando una especie de “modo seguro” para seguir registrando las cuentas, pero aún no logran que el sistema funcione como debería. Dice el reporte que esto pone en peligro la capacidad de la Caja para planificar sus gastos y asegurar que haya suficiente plata pa' pagar las consultas médicas, los medicamentos y demás servicios.
Lo que me preocupa, y creo que debería preocuparle a todos nosotros, es que el Gobierno solo ha presupuestado unos míseros ¢85 mil millones para pagar esta deuda el próximo año. ¡Pero órale! Con esa cantina no alcanzan ni pa' rascar la superficie. Eso significa que la Caja seguirá lidiando con el mismo problema, sin poder mejorar los servicios ni contratar más personal. ¡Eso sí que es agarrarnos de espinos!
Y para complicar más las cosas, la deuda del Estado con la CCSS ha ido creciendo como la espuma en el último año, ¡casi ¢600 mil millones más! Eso demuestra que no sólo tenemos problemas con el nuevo sistema, sino que también hay una falta de compromiso por parte del gobierno para cumplir con sus obligaciones financieras. Es como si nos estuvieran jugando piedritas, y los que sufrimos somos los pacientes.
Esta situación es un brete, amigos. Las divergencias contables, las limitaciones de presupuesto y hasta intereses políticos están entrelazados, haciendo que la gestión de la deuda estatal sea un verdadero laberinto. ¿Pa' cuándo van a entender que la salud pública es un derecho fundamental y que no podemos permitir que la politiquería ponga en riesgo nuestro bienestar?
Ahora dime, mi gente del Foro: ¿crees que el Gobierno realmente hará un esfuerzo serio para solucionar este problema de la deuda con la CCSS o seguiremos viendo cómo nuestra salud se deteriora por culpa de la ineficiencia y la corrupción? Déjanos tus opiniones en los comentarios, ¡y a ver quién tiene la respuesta!