¡Pero qué vaina, pura vaina! Resulta que Mónica Taylor, la jefa de la CCSS, parece que anda buscando darle vueltas al asunto y quiere que todos bailen al son que ella tocan. Estaba tratando de obligar a publicar cosas que exhalaban sus logros, ¡y eso, mis panas, está totalmente prohibido durante la veda electoral! Parece que la señora no entendió bien el mensaje del Tribunal.
Según contaron desde la Dirección de Comunicación de la CCSS, César Blanco, el encargado, le tuvo que explicar –con toda la calma del mundo– que no podían lanzar notas sobre una estrategia de optimización del Primer Nivel de Atención porque, directamente, eso configuraba una “narrativa de logro institucional”, algo que está expressamente vetado por el TSE. Imagínate, ¡hasta pa' comunicar algo tan básico tienen que andar cuidándose!
Blanco le detalló a Taylor que publicar esos avances en las plataformas institucionales iba contra las normas electorales. La presidenta, lejos de entender, empezó a poner cara de ofendida y a cuestionar la decisión técnica. Parecía que más que preocuparle la salud pública, le importaba cómo se veía ella en las fotos. "¿Por qué canalizarlo ustedes como dirección de comunicación en un logro y no en un tema de salud pública?”, bramó, como si estuviera defendiendo la patria. ¡Duro, duro!
Y ni hablar cuando tocó el tema de la vacunación contra la fiebre amarilla. Ahí sí, Blanco le aclaró que eso sí era un tema de salud pública y que podían informar al público sobre la importancia de vacunarse, pero sin convertirlo en un acto de campaña personal para Taylor. Pero la presidenta seguía batallando, buscando la manera de meterse en la foto, aunque fuera de refilón.
Lo más gracioso (o lo más lamentable, depende cómo lo mires) es que varias iniciativas quedaron congeladas por culpa de esta pelea. Hablamos de la aprobación de un nuevo modelo para el primer nivel de atención, la creación de 292 plazas nuevas, la implementación de inteligencia artificial y teleconsultas en los Ebáis, la entrega de medicamentos hospitalarios... ¡una lista larguísima! Todo parado porque alguien no entiende que la veda electoral existe pa’ algo, diay.
Para colmo de males, mientras Blanco trataba de explicarle las cosas a Taylor, ella atendía llamadas y reía, como si todo aquello fuera una comedia. Un irrespeto total hacia el trabajo de los profesionales de la comunicación. Al final, la presidenta salió con una frase irónica que lo dice todo: “No estoy muy convencida”. ¡Anda, dime tú!, ¿quién estaría convencido con tanta actitud?
La verdad es que este brete me huele raro. Parece que hay intereses personales metidos en medio de un servicio público esencial. La gente necesita saber qué está pasando con la salud, pero no quieren que les digan las cosas de la manera correcta, sin buscar protagonismo. Esto demuestra que algunos personajes, en lugar de trabajar por el bienestar de los ciudadanos, solo piensan en su propia imagen. ¡Qué pena ajena, mami!
Con todo esto, me pregunto… ¿Será que la obsesión de algunos políticos por aparecer va a seguir poniendo en riesgo el funcionamiento de instituciones clave como la CCSS? ¿O estamos siendo testigos de una batalla interna que terminará afectando la calidad de los servicios de salud en Costa Rica? Déjame saber tu opinión en los comentarios; ¡quiero leer lo que piensas sobre este mamarracho!
Según contaron desde la Dirección de Comunicación de la CCSS, César Blanco, el encargado, le tuvo que explicar –con toda la calma del mundo– que no podían lanzar notas sobre una estrategia de optimización del Primer Nivel de Atención porque, directamente, eso configuraba una “narrativa de logro institucional”, algo que está expressamente vetado por el TSE. Imagínate, ¡hasta pa' comunicar algo tan básico tienen que andar cuidándose!
Blanco le detalló a Taylor que publicar esos avances en las plataformas institucionales iba contra las normas electorales. La presidenta, lejos de entender, empezó a poner cara de ofendida y a cuestionar la decisión técnica. Parecía que más que preocuparle la salud pública, le importaba cómo se veía ella en las fotos. "¿Por qué canalizarlo ustedes como dirección de comunicación en un logro y no en un tema de salud pública?”, bramó, como si estuviera defendiendo la patria. ¡Duro, duro!
Y ni hablar cuando tocó el tema de la vacunación contra la fiebre amarilla. Ahí sí, Blanco le aclaró que eso sí era un tema de salud pública y que podían informar al público sobre la importancia de vacunarse, pero sin convertirlo en un acto de campaña personal para Taylor. Pero la presidenta seguía batallando, buscando la manera de meterse en la foto, aunque fuera de refilón.
Lo más gracioso (o lo más lamentable, depende cómo lo mires) es que varias iniciativas quedaron congeladas por culpa de esta pelea. Hablamos de la aprobación de un nuevo modelo para el primer nivel de atención, la creación de 292 plazas nuevas, la implementación de inteligencia artificial y teleconsultas en los Ebáis, la entrega de medicamentos hospitalarios... ¡una lista larguísima! Todo parado porque alguien no entiende que la veda electoral existe pa’ algo, diay.
Para colmo de males, mientras Blanco trataba de explicarle las cosas a Taylor, ella atendía llamadas y reía, como si todo aquello fuera una comedia. Un irrespeto total hacia el trabajo de los profesionales de la comunicación. Al final, la presidenta salió con una frase irónica que lo dice todo: “No estoy muy convencida”. ¡Anda, dime tú!, ¿quién estaría convencido con tanta actitud?
La verdad es que este brete me huele raro. Parece que hay intereses personales metidos en medio de un servicio público esencial. La gente necesita saber qué está pasando con la salud, pero no quieren que les digan las cosas de la manera correcta, sin buscar protagonismo. Esto demuestra que algunos personajes, en lugar de trabajar por el bienestar de los ciudadanos, solo piensan en su propia imagen. ¡Qué pena ajena, mami!
Con todo esto, me pregunto… ¿Será que la obsesión de algunos políticos por aparecer va a seguir poniendo en riesgo el funcionamiento de instituciones clave como la CCSS? ¿O estamos siendo testigos de una batalla interna que terminará afectando la calidad de los servicios de salud en Costa Rica? Déjame saber tu opinión en los comentarios; ¡quiero leer lo que piensas sobre este mamarracho!