¡Imagínate la bronca! Resulta que Islandia, ese lugar helado que siempre nos pintaban como el paraíso libre de mosquitos, ahora tiene bichitos zumbando alrededor. Por primera vez en la historia, encontraron mosquitos, y esto sí que da qué pensar, porque la cosa es que el planeta está cambiando a toda madre.
Según cuentan los lugareños, Bjorn Hjaltason, un tipo que anda metido en la onda de los insectos, se dio cuenta de la movida mientras hacía sus experimentos nocturnos con cuerdas untadas de vino –para cazar polillas, imagínate–. Entre octubre y noviembre encontró unos cuantos mosquitos revoloteando, y los mandó a chequear a los científicos. El diagnóstico: Culiseta annulata, una especie que, contra viento y marea, logra sobrevivir al invierno. ¡Qué carga!
Ahora, para ponerlos en contexto, antes de este descubrimiento, Islandia era casi tan pura como mis intenciones (y ya saben qué significa eso). Era de los pocos lugares en el mundo, aparte de la Antártida, donde no se escuchaba el famoso “zzz” de los mosquitos. Esto gracias, principalmente, al frío polar y a la falta de charcos donde esos mocos puedan reproducirse. Pero pareció que todo cambió en un abrir y cerrar de ojos… o mejor dicho, en un verano tropical.
El problema es que este año, Islandia se puso a romper récords de temperatura. En mayo, por ejemplo, superaron los 20 grados centígrados durante 10 días seguidos, ¡y eso es rarísimo por allí! Hasta tuvieron un día con 26.6 grados, el más caluroso que hayan registrado en ese mes. Imagínate, antes una ola de calor duraba máximo dos o tres días, ¡ahora son semanas enteras! Eso pone en evidencia lo rápido que se están moviendo las agujas del termómetro.
Y no solo eso, resulta que un estudio global advierte que estos cambios pueden afectar muchísimo los ecosistemas delicados que hay allá, porque los plantitas y animalitos andan súper acostumbrados al frío y no saben ni qué hacer con tanto calor. Como ustedes saben, el planeta entero está calentándose, y la ONU dice que es culpa nuestra, de los humanos. Así que, entre comillas, estamos causando nuestro propio apocalipsis…pero con mosquitos.
Lo curioso es que nadie sabe bien cómo llegaron esos mosquitos hasta Islandia. Algunos dicen que pudieron venir en barcos o contenedores desde Grundarfjörður, un pueblito cercano. Hjaltason, el buenazo, cree que si vio tres, seguramente hay más correteando por ahí. Ya se imaginarán, el pobre hombre ahora vive revisando cada rincón de su jardín con una linterna. ¡Qué situación!
Los expertos piden estar muy atentos en las próximas primaveras, para ver si la población de mosquitos se establece de verdad en Islandia. Porque si eso pasa, no será fácil deshacerse de ellos. Matrias, pues, prepárense para el repelente, porque parece que pronto tendremos que llevarlo a todas partes, ¡hasta al supermercado del barrio! El cambio climático está jugando sucio, y esto es solo la punta del iceberg... o mejor dicho, la picadura del mosquito.
Entonces, díganme, ¿creen que este es el principio de algo peor? ¿Deberíamos empezar a preocuparnos por otros invasores biológicos que pudieran llegar a Costa Rica con este clima loco? ¡Compartan sus ideas y opiniones aquí abajo!
Según cuentan los lugareños, Bjorn Hjaltason, un tipo que anda metido en la onda de los insectos, se dio cuenta de la movida mientras hacía sus experimentos nocturnos con cuerdas untadas de vino –para cazar polillas, imagínate–. Entre octubre y noviembre encontró unos cuantos mosquitos revoloteando, y los mandó a chequear a los científicos. El diagnóstico: Culiseta annulata, una especie que, contra viento y marea, logra sobrevivir al invierno. ¡Qué carga!
Ahora, para ponerlos en contexto, antes de este descubrimiento, Islandia era casi tan pura como mis intenciones (y ya saben qué significa eso). Era de los pocos lugares en el mundo, aparte de la Antártida, donde no se escuchaba el famoso “zzz” de los mosquitos. Esto gracias, principalmente, al frío polar y a la falta de charcos donde esos mocos puedan reproducirse. Pero pareció que todo cambió en un abrir y cerrar de ojos… o mejor dicho, en un verano tropical.
El problema es que este año, Islandia se puso a romper récords de temperatura. En mayo, por ejemplo, superaron los 20 grados centígrados durante 10 días seguidos, ¡y eso es rarísimo por allí! Hasta tuvieron un día con 26.6 grados, el más caluroso que hayan registrado en ese mes. Imagínate, antes una ola de calor duraba máximo dos o tres días, ¡ahora son semanas enteras! Eso pone en evidencia lo rápido que se están moviendo las agujas del termómetro.
Y no solo eso, resulta que un estudio global advierte que estos cambios pueden afectar muchísimo los ecosistemas delicados que hay allá, porque los plantitas y animalitos andan súper acostumbrados al frío y no saben ni qué hacer con tanto calor. Como ustedes saben, el planeta entero está calentándose, y la ONU dice que es culpa nuestra, de los humanos. Así que, entre comillas, estamos causando nuestro propio apocalipsis…pero con mosquitos.
Lo curioso es que nadie sabe bien cómo llegaron esos mosquitos hasta Islandia. Algunos dicen que pudieron venir en barcos o contenedores desde Grundarfjörður, un pueblito cercano. Hjaltason, el buenazo, cree que si vio tres, seguramente hay más correteando por ahí. Ya se imaginarán, el pobre hombre ahora vive revisando cada rincón de su jardín con una linterna. ¡Qué situación!
Los expertos piden estar muy atentos en las próximas primaveras, para ver si la población de mosquitos se establece de verdad en Islandia. Porque si eso pasa, no será fácil deshacerse de ellos. Matrias, pues, prepárense para el repelente, porque parece que pronto tendremos que llevarlo a todas partes, ¡hasta al supermercado del barrio! El cambio climático está jugando sucio, y esto es solo la punta del iceberg... o mejor dicho, la picadura del mosquito.
Entonces, díganme, ¿creen que este es el principio de algo peor? ¿Deberíamos empezar a preocuparnos por otros invasores biológicos que pudieran llegar a Costa Rica con este clima loco? ¡Compartan sus ideas y opiniones aquí abajo!
