¡Pero qué vaina, raza! Resulta que esas reformas que andan dando vueltas en la Asamblea para el Régimen Obligatorio de Pensiones Complementarias (ROP) podrían hacernos la vida un brete cuando nos jubilemos. Según la Superintendencia de Pensiones (Supén), estamos hablando de que nuestros ingresos de pensión podrían cortarse a la mitad o menos. ¡Un golpe bajo, diay!
La cosa es así: varios proyectos de ley quieren que podamos retirar todo nuestro dinero del ROP o hasta cambiarle la onda a cómo funciona el régimen. Suenan lindos pa’ quitarle un peso de encima ahora, pero la Supén está gritando que eso es como firmarle una sentencia de pobreza a nuestra vejez. Imagínate tener que apretar la mosca por comida cuando tenías planes de viajar o disfrutar de tus nietos... ¡ufff!
Y no es broma, compas. La Supén dice que si seguimos por este camino, podríamos estar comprometiendo el futuro del sistema de pensiones entero. Nos preguntamos: ¿cómo vamos a afrontar los gastos básicos cuando se acaben los cuartos del ROP? Porque, seamos claros, la pensión básica no alcanza ni pa' un café en la mañana.
Para que quede clarito: el ROP no es pa’ comprarse un carro nuevo o salir de deudas, ¿eh? Es un fondo que va creciendo con nuestras cuotas, las de nuestros jefes, hasta del gobierno, y también con los intereses que genera. Todo eso exento de impuestos, como debe ser. Su propósito es darle un empujón a la pensión que nos da el seguro social, pa' que vivamos cómodos cuando dejemos de jalar.
La Sala Constitucional ya nos dijo varias veces que, aunque ese dinero es nuestro, no podemos irnos gastándolo a lo loco. No es como tener plata guardada en casa pa’ comprarnos unas zapatillas nuevas. Ahí hay un plan, una responsabilidad con nosotros mismos y con las próximas generaciones.
Ahora, el problema es que parece que algunos quieren convertir un instrumento de protección social a largo plazo en una fuente rápida de cash. Según la Supén, una encuesta del 2020 reveló que más de la mitad de los que sacaron todo su ROP se quedaron sin nada en menos de un año, ¡imagínate! Eso es irse al traste rápido, mi pana.
Además, si todos empezamos a sacar el dinero a lo loco, las operadoras de pensiones tendrán que vender inversiones a toda prisa, lo que podría hacer perder valor a nuestros ahorros y poner en peligro todo el sistema. En Perú y Chile ya vivieron esto, y terminaron con gente sin nada en la cuenta cuando más lo necesitaba. ¡Qué sal!
Así que piénsalo bien, raza: ¿queremos un futuro tranquilo con ingresos suficientes para vivir dignamente, o prefirimos un alivio momentáneo que nos deje apurados en la vejez? ¿Deberíamos exigir a nuestros diputados y congresistas que protejan el ROP, aunque eso signifique renunciar a unos cuantos billetes ahora? ¡Vamos a darle caña a esta conversación en el foro!
La cosa es así: varios proyectos de ley quieren que podamos retirar todo nuestro dinero del ROP o hasta cambiarle la onda a cómo funciona el régimen. Suenan lindos pa’ quitarle un peso de encima ahora, pero la Supén está gritando que eso es como firmarle una sentencia de pobreza a nuestra vejez. Imagínate tener que apretar la mosca por comida cuando tenías planes de viajar o disfrutar de tus nietos... ¡ufff!
Y no es broma, compas. La Supén dice que si seguimos por este camino, podríamos estar comprometiendo el futuro del sistema de pensiones entero. Nos preguntamos: ¿cómo vamos a afrontar los gastos básicos cuando se acaben los cuartos del ROP? Porque, seamos claros, la pensión básica no alcanza ni pa' un café en la mañana.
Para que quede clarito: el ROP no es pa’ comprarse un carro nuevo o salir de deudas, ¿eh? Es un fondo que va creciendo con nuestras cuotas, las de nuestros jefes, hasta del gobierno, y también con los intereses que genera. Todo eso exento de impuestos, como debe ser. Su propósito es darle un empujón a la pensión que nos da el seguro social, pa' que vivamos cómodos cuando dejemos de jalar.
La Sala Constitucional ya nos dijo varias veces que, aunque ese dinero es nuestro, no podemos irnos gastándolo a lo loco. No es como tener plata guardada en casa pa’ comprarnos unas zapatillas nuevas. Ahí hay un plan, una responsabilidad con nosotros mismos y con las próximas generaciones.
Ahora, el problema es que parece que algunos quieren convertir un instrumento de protección social a largo plazo en una fuente rápida de cash. Según la Supén, una encuesta del 2020 reveló que más de la mitad de los que sacaron todo su ROP se quedaron sin nada en menos de un año, ¡imagínate! Eso es irse al traste rápido, mi pana.
Además, si todos empezamos a sacar el dinero a lo loco, las operadoras de pensiones tendrán que vender inversiones a toda prisa, lo que podría hacer perder valor a nuestros ahorros y poner en peligro todo el sistema. En Perú y Chile ya vivieron esto, y terminaron con gente sin nada en la cuenta cuando más lo necesitaba. ¡Qué sal!
Así que piénsalo bien, raza: ¿queremos un futuro tranquilo con ingresos suficientes para vivir dignamente, o prefirimos un alivio momentáneo que nos deje apurados en la vejez? ¿Deberíamos exigir a nuestros diputados y congresistas que protejan el ROP, aunque eso signifique renunciar a unos cuantos billetes ahora? ¡Vamos a darle caña a esta conversación en el foro!