Bueno, mi gente, llegó el momento de la verdad. Las Fiestas de San José en Zapote ya llevan unos días encendidos y, uy, parece que la cosa está más candela que nunca. Después del jaleo del año pasado, todos esperábamos que este anduviera más tranquilo, pero a juzgar por lo que hemos visto, la capitalina está decidida a pasarla bomba.
Como les contaban los compañeros, la organización estima que cada noche entran unas 30 mil personas al campo ferial. ¡Treinta mil, diay! Eso es como meterle un estadio lleno de gente a Zapote, pura densa. Imagínense la maraña, el empujón, y la búsqueda desesperada de un lugarcito donde sentarse a comérselo rico el chicharroncito… ¡uff!
Las autoridades han puesto to’ los cachos para tratar de mantener el orden, con un operativo que involucra a la Policía Municipal, la Fuerza Pública y la Policía de Tránsito. El director Marcelito Solano ha dicho que quieren garantizar que la gente vaya a disfrutar, que pase un buen rato en familia y que no estén expuestos a riesgos innecesarios. Parece noble, pero a veces, con tanta gente apretada, hasta un resfriado se convierte en un brete.
Lo primero que te encuentras al llegar son las filas. Largas, larguísimas filas para entrar. Al parecer, mucha gente se concentró en un solo acceso, olvidándose de los otros dos que están ahí, esperando pacientemente. “Recordarle a la gente que el campo ferial tiene tres accesos”, puntualizó Solano. Sí, bueno, esa es la teoría. En la práctica, es como intentar meterle aire a un globo pinchado: todo el mundo quiere pasar rápido, y la paciencia se acaba pronto.
Y ni hablar del estacionamiento. Parece que algunos conductores pensaron que podían aparcar donde quisieran, bloqueando calles y afectando a los vecinos de los alrededores. Resultado: retiros de placas a mansalva. Según datos oficiales, hasta ahora le quitaron las placas a 169 vehículos por mal estacionamiento. ¡Qué barra! Así nadie llega a tiempo a ver los juegos pirotécnicos, mándales un saludo.
Pero a pesar de todo el jaleo, la gente sigue llegando. Se nota que a los capitalinos les encanta esta tradición, aunque tengan que lidiar con las largas filas, el calor pegajoso y el ruido ensordecedor. Muchos vienen en familia, buscando un poco de diversión y distracción. Otros, simplemente quieren vivir la experiencia de Zapote, sentir la vibra y probar todas esas comidas típicas que solo se consiguen ahí.
Además, entre tanto ruido y algarabía, también hay quienes aprovechan para hacer negocios. Vendedores ambulantes, artesanos, dueños de puestos de comida… Todos buscan ganarse unos cuantos billetes extra durante estas fiestas. Un verdadero hormiguero económico, donde el esfuerzo y la perseverancia son claves para tener éxito. De hecho, he escuchado comentar que algunos llegan meses antes a conseguir sus espacios, ¡qué dedicación!
Así que, mi gente, si planean visitar Zapote, les recomiendo que vayan temprano, usen transporte público y eviten estacionar en lugares prohibidos. Y sobre todo, ¡mantengan la calma y disfruten de las fiestas! Ahora dime, ¿crees que las autoridades deberían implementar medidas más estrictas para controlar el flujo de personas y evitar aglomeraciones, o prefieres que siga siendo el caos organizado que conocemos y amamos?
Como les contaban los compañeros, la organización estima que cada noche entran unas 30 mil personas al campo ferial. ¡Treinta mil, diay! Eso es como meterle un estadio lleno de gente a Zapote, pura densa. Imagínense la maraña, el empujón, y la búsqueda desesperada de un lugarcito donde sentarse a comérselo rico el chicharroncito… ¡uff!
Las autoridades han puesto to’ los cachos para tratar de mantener el orden, con un operativo que involucra a la Policía Municipal, la Fuerza Pública y la Policía de Tránsito. El director Marcelito Solano ha dicho que quieren garantizar que la gente vaya a disfrutar, que pase un buen rato en familia y que no estén expuestos a riesgos innecesarios. Parece noble, pero a veces, con tanta gente apretada, hasta un resfriado se convierte en un brete.
Lo primero que te encuentras al llegar son las filas. Largas, larguísimas filas para entrar. Al parecer, mucha gente se concentró en un solo acceso, olvidándose de los otros dos que están ahí, esperando pacientemente. “Recordarle a la gente que el campo ferial tiene tres accesos”, puntualizó Solano. Sí, bueno, esa es la teoría. En la práctica, es como intentar meterle aire a un globo pinchado: todo el mundo quiere pasar rápido, y la paciencia se acaba pronto.
Y ni hablar del estacionamiento. Parece que algunos conductores pensaron que podían aparcar donde quisieran, bloqueando calles y afectando a los vecinos de los alrededores. Resultado: retiros de placas a mansalva. Según datos oficiales, hasta ahora le quitaron las placas a 169 vehículos por mal estacionamiento. ¡Qué barra! Así nadie llega a tiempo a ver los juegos pirotécnicos, mándales un saludo.
Pero a pesar de todo el jaleo, la gente sigue llegando. Se nota que a los capitalinos les encanta esta tradición, aunque tengan que lidiar con las largas filas, el calor pegajoso y el ruido ensordecedor. Muchos vienen en familia, buscando un poco de diversión y distracción. Otros, simplemente quieren vivir la experiencia de Zapote, sentir la vibra y probar todas esas comidas típicas que solo se consiguen ahí.
Además, entre tanto ruido y algarabía, también hay quienes aprovechan para hacer negocios. Vendedores ambulantes, artesanos, dueños de puestos de comida… Todos buscan ganarse unos cuantos billetes extra durante estas fiestas. Un verdadero hormiguero económico, donde el esfuerzo y la perseverancia son claves para tener éxito. De hecho, he escuchado comentar que algunos llegan meses antes a conseguir sus espacios, ¡qué dedicación!
Así que, mi gente, si planean visitar Zapote, les recomiendo que vayan temprano, usen transporte público y eviten estacionar en lugares prohibidos. Y sobre todo, ¡mantengan la calma y disfruten de las fiestas! Ahora dime, ¿crees que las autoridades deberían implementar medidas más estrictas para controlar el flujo de personas y evitar aglomeraciones, o prefieres que siga siendo el caos organizado que conocemos y amamos?