¡Aguántense!, parece que el presidente Nayib Bukele llegó pa’ ponerle el turbo al tema de la seguridad acá en Costa Rica. En medio de la firma del Escudo de las Américas, el tipo soltó unas verdades que le dieron vuelta al plato – pa’ decirlo bien tico – a varios diputados y figuras políticas. No se anduvo con rodeos y dejó claro que la situación requiere medidas drásticas, y no precisamente las que típicamente les gustan a nuestros legisladores.
El acuerdo, celebrado con pompa y circunstancia en Coatepeque, marcó oficialmente el inicio de una colaboración regional enfocada en fortalecer las capacidades de respuesta frente a las amenazas comunes. Pero mientras Alexandra Hill Tinoco y Arnoldo André Tinoco estrechaban manos, Bukele aprovechó la oportunidad para enviar un mensaje directo a la clase política costarricense, advirtiendo sobre los peligros de la complacencia y la politización excesiva en materia de seguridad pública. Lo hizo con ese estilo suyo, sincero y sin pelos en la lengua, que a algunos les encanta y a otros los pone colorados.
Recordemos que Bukele viene sacando pecho por los resultados que ha logrado en El Salvador, donde ha implementado una estrategia frontal contra las pandillas conocida como ‘Mano Dura’. Convirtieron al país, dicen ellos, de ser el más peligroso del mundo a ser uno de los más seguros en toda la región. Así que, lógicamente, no se quedó callado sobre cómo Costa Rica podría tomar nota de su experiencia. Dijo textualmente que espera que no tengamos que pasar por lo mismo que El Salvador, esas décadas de peleas políticas mientras el crimen se expande.
“Vivimos en pleitos políticos durante 30 años hasta que ya no aguantamos más y decidimos unirnos para encontrar las soluciones,” enfatizó Bukele. Esta frase resonó particularmente fuerte en Costa Rica, donde el debate político a menudo paraliza la toma de decisiones en temas cruciales como la seguridad. Seamos honestos, diay, hay veces que parece que nos gusta más discutir quién tiene razón que buscar una salida a los problemas que realmente nos afectan, ¿verdad?
Bukele no escatimó elogios a su propia gestión, destacando el impacto de las reformas que han transformado radicalmente el panorama de seguridad en El Salvador. “Convertimos al país más inseguro del mundo, en el más seguro de todo el Hemisferio Occidental y ahora mucho más seguro que países de Europa,” declaró con orgullo. Agregó que están dispuestos a compartir sus conocimientos y herramientas con Costa Rica en áreas clave como el combate al crimen organizado, el manejo de sistemas penitenciarios y la reforma de leyes.
Pero el mandatario salvadoreño también fue realista al reconocer que la solución a los problemas de seguridad en Costa Rica no depende únicamente de la ayuda externa. Subrayó la importancia de que los propios costarricenses tomen las riendas de su destino y se unan en torno a un propósito común. “Obviamente para resolver el problema de seguridad en Costa Rica requerirá cosas que nosotros no podemos darle como diputados, apoyo judicial, fiscalía. Eso lo decidirá el pueblo de Costa Rica, el futuro que quieren para su país,” sentenció. En otras palabras, la pelota está en nuestro tejado.
La creación del Escudo de las Américas abre paso a una era de cooperación regional sin precedentes, con posibilidades de intercambio de inteligencia, operaciones conjuntas y asistencia técnica. Se habla de que otros países podrían sumarse a este pacto, fortaleciendo aún más la red de seguridad hemisférica. ¿Será que finalmente estamos viendo el principio de una verdadera integración regional en temas de seguridad, o simplemente será otra promesa vacía que terminará olvidada en un cajón?
Ahora, aquí va la pregunta pa’ prender la mecha en el foro: Conociendo la polarización política que tenemos acá y la lentitud burocrática, ¿ustedes creen que Costa Rica estará a la altura del desafío de aprovechar la oferta de Bukele y avanzar hacia una estrategia de seguridad más efectiva, o seguiremos arrastrando los pies mientras el crimen nos come vivo? ¡Déjenme sus opiniones!
El acuerdo, celebrado con pompa y circunstancia en Coatepeque, marcó oficialmente el inicio de una colaboración regional enfocada en fortalecer las capacidades de respuesta frente a las amenazas comunes. Pero mientras Alexandra Hill Tinoco y Arnoldo André Tinoco estrechaban manos, Bukele aprovechó la oportunidad para enviar un mensaje directo a la clase política costarricense, advirtiendo sobre los peligros de la complacencia y la politización excesiva en materia de seguridad pública. Lo hizo con ese estilo suyo, sincero y sin pelos en la lengua, que a algunos les encanta y a otros los pone colorados.
Recordemos que Bukele viene sacando pecho por los resultados que ha logrado en El Salvador, donde ha implementado una estrategia frontal contra las pandillas conocida como ‘Mano Dura’. Convirtieron al país, dicen ellos, de ser el más peligroso del mundo a ser uno de los más seguros en toda la región. Así que, lógicamente, no se quedó callado sobre cómo Costa Rica podría tomar nota de su experiencia. Dijo textualmente que espera que no tengamos que pasar por lo mismo que El Salvador, esas décadas de peleas políticas mientras el crimen se expande.
“Vivimos en pleitos políticos durante 30 años hasta que ya no aguantamos más y decidimos unirnos para encontrar las soluciones,” enfatizó Bukele. Esta frase resonó particularmente fuerte en Costa Rica, donde el debate político a menudo paraliza la toma de decisiones en temas cruciales como la seguridad. Seamos honestos, diay, hay veces que parece que nos gusta más discutir quién tiene razón que buscar una salida a los problemas que realmente nos afectan, ¿verdad?
Bukele no escatimó elogios a su propia gestión, destacando el impacto de las reformas que han transformado radicalmente el panorama de seguridad en El Salvador. “Convertimos al país más inseguro del mundo, en el más seguro de todo el Hemisferio Occidental y ahora mucho más seguro que países de Europa,” declaró con orgullo. Agregó que están dispuestos a compartir sus conocimientos y herramientas con Costa Rica en áreas clave como el combate al crimen organizado, el manejo de sistemas penitenciarios y la reforma de leyes.
Pero el mandatario salvadoreño también fue realista al reconocer que la solución a los problemas de seguridad en Costa Rica no depende únicamente de la ayuda externa. Subrayó la importancia de que los propios costarricenses tomen las riendas de su destino y se unan en torno a un propósito común. “Obviamente para resolver el problema de seguridad en Costa Rica requerirá cosas que nosotros no podemos darle como diputados, apoyo judicial, fiscalía. Eso lo decidirá el pueblo de Costa Rica, el futuro que quieren para su país,” sentenció. En otras palabras, la pelota está en nuestro tejado.
La creación del Escudo de las Américas abre paso a una era de cooperación regional sin precedentes, con posibilidades de intercambio de inteligencia, operaciones conjuntas y asistencia técnica. Se habla de que otros países podrían sumarse a este pacto, fortaleciendo aún más la red de seguridad hemisférica. ¿Será que finalmente estamos viendo el principio de una verdadera integración regional en temas de seguridad, o simplemente será otra promesa vacía que terminará olvidada en un cajón?
Ahora, aquí va la pregunta pa’ prender la mecha en el foro: Conociendo la polarización política que tenemos acá y la lentitud burocrática, ¿ustedes creen que Costa Rica estará a la altura del desafío de aprovechar la oferta de Bukele y avanzar hacia una estrategia de seguridad más efectiva, o seguiremos arrastrando los pies mientras el crimen nos come vivo? ¡Déjenme sus opiniones!