¡Ay, Dios mío, qué vaina! Resulta que Cristian Bulgarelli, el testigo clave en el caso BCIE–Cariñitos, anda buscando refugio en el Ministerio Público. El mae dice que le están llegando amenazas directas, como si estuviera en medio de una novela de Luisito Velásquez. Lo bueno es que salió a dar el rollo a través de un audio, pa' que todos estemos al tanto de esta historia que ya parece sacada de una teleserie.
Pa’ ponerlos en clima, este caso Cariñitos ha sido un verdadero dolor de cabeza pa’ el país. Básicamente, se trata de acusaciones contra el expresidente Rodolfo Chaves y su gente de haberle metido presión a Bulgarelli, quien trabajaba en el BCIE, para que diera unos fajeros a Choreco Cruz, el amigo del exmandatario. Ese Choreco necesitaba un buen enganche pa’ comprar una casita en Barlovento, Cartago, ¡y aparentemente el BCIE estaba dispuesto a ayudar!
Pero volviendo a Bulgarelli, el tipo no se anduvo con rodeos en su declaración. Dice que las amenazas vienen directamente de “Chaves y su grupo”, y que él no es el único que está sufriendo. ¡Imagínate!, hasta a su hermano le mandaron unos mensajes de WhatsApp bien salobres cortesía de Erwen Masís, el supuesto mensajero del presidente. El mae contó que lo llamaron mientras estaba en la Fiscalía, ¡imagínate el estrés! Ya ni cómo ir a declarar tranquilo, ¿verdad?
Lo curioso de todo esto es que Bulgarelli también mencionó que desde el 30 de junio, Masís había citado a su hermano a una reunión en el Hotel Hilton La Sabana. Según el relato, todo empezó amigablemente, pero luego el ambiente se puso tenso y empezaron a aparecer las insinuaciones sobre cambiar su versión en el caso. ¡Parece que querían comprar su silencio, vamos!
Ahora, si nos ponemos a pensar, esto pinta feo, muy feo. Que un testigo esté recibiendo amenazas por decir la verdad es una falta de respeto al sistema judicial y a toda la ciudadanía. ¡Y encima, el propio Chaves no ayuda mucho! En entrevistas recientes, el exmandatario ha soltado unas cuantas frases picantes sobre Bulgarelli, acusándolo de inventar cosas y atacando su credibilidad. ¡Ya le está echando leña al fuego, maquina!
Y hablando de ‘carga’, recordemos que la acusación original involucra la presunta entrega de $32.000 dólares – unos 16 millones de colones – pa’ ese enganche en Barlovento. Un dineral, chunche, considerando la situación económica del país. Y todo esto, mientras la gente común apenas puede llegar a fin de mes. ¡Qué torta!
La fiscalía obviamente está tomando cartas en el asunto. Han prometido darle toda la protección necesaria a Bulgarelli y a sus familiares, y también investigarán las denuncias de amenazas. Pero queda la gran pregunta: ¿hasta dónde llegará Chaves para protegerse?, ¿será capaz de silenciar a todos los que puedan perjudicarlo? La verdad es que esta vara se está poniendo más complicada que resolver un crucigrama de domingo.
En fin, este caso Cariñitos sigue dando de qué hablar, y parece que aún hay mucha tela que cortar. Me pregunto, ¿cree usted que el gobierno debería tomar medidas más drásticas para garantizar la seguridad de los testigos en casos de corrupción, o piensa que la protección actual es suficiente? ¡Déjeme saber su opinión en los comentarios!
Pa’ ponerlos en clima, este caso Cariñitos ha sido un verdadero dolor de cabeza pa’ el país. Básicamente, se trata de acusaciones contra el expresidente Rodolfo Chaves y su gente de haberle metido presión a Bulgarelli, quien trabajaba en el BCIE, para que diera unos fajeros a Choreco Cruz, el amigo del exmandatario. Ese Choreco necesitaba un buen enganche pa’ comprar una casita en Barlovento, Cartago, ¡y aparentemente el BCIE estaba dispuesto a ayudar!
Pero volviendo a Bulgarelli, el tipo no se anduvo con rodeos en su declaración. Dice que las amenazas vienen directamente de “Chaves y su grupo”, y que él no es el único que está sufriendo. ¡Imagínate!, hasta a su hermano le mandaron unos mensajes de WhatsApp bien salobres cortesía de Erwen Masís, el supuesto mensajero del presidente. El mae contó que lo llamaron mientras estaba en la Fiscalía, ¡imagínate el estrés! Ya ni cómo ir a declarar tranquilo, ¿verdad?
Lo curioso de todo esto es que Bulgarelli también mencionó que desde el 30 de junio, Masís había citado a su hermano a una reunión en el Hotel Hilton La Sabana. Según el relato, todo empezó amigablemente, pero luego el ambiente se puso tenso y empezaron a aparecer las insinuaciones sobre cambiar su versión en el caso. ¡Parece que querían comprar su silencio, vamos!
Ahora, si nos ponemos a pensar, esto pinta feo, muy feo. Que un testigo esté recibiendo amenazas por decir la verdad es una falta de respeto al sistema judicial y a toda la ciudadanía. ¡Y encima, el propio Chaves no ayuda mucho! En entrevistas recientes, el exmandatario ha soltado unas cuantas frases picantes sobre Bulgarelli, acusándolo de inventar cosas y atacando su credibilidad. ¡Ya le está echando leña al fuego, maquina!
Y hablando de ‘carga’, recordemos que la acusación original involucra la presunta entrega de $32.000 dólares – unos 16 millones de colones – pa’ ese enganche en Barlovento. Un dineral, chunche, considerando la situación económica del país. Y todo esto, mientras la gente común apenas puede llegar a fin de mes. ¡Qué torta!
La fiscalía obviamente está tomando cartas en el asunto. Han prometido darle toda la protección necesaria a Bulgarelli y a sus familiares, y también investigarán las denuncias de amenazas. Pero queda la gran pregunta: ¿hasta dónde llegará Chaves para protegerse?, ¿será capaz de silenciar a todos los que puedan perjudicarlo? La verdad es que esta vara se está poniendo más complicada que resolver un crucigrama de domingo.
En fin, este caso Cariñitos sigue dando de qué hablar, y parece que aún hay mucha tela que cortar. Me pregunto, ¿cree usted que el gobierno debería tomar medidas más drásticas para garantizar la seguridad de los testigos en casos de corrupción, o piensa que la protección actual es suficiente? ¡Déjeme saber su opinión en los comentarios!