¡Ay, Dios mío, qué atrevido Douglas Caamaño! El señor, que se quiere hacer Presidente, llegó con una propuesta que sacudió la gallina ciega. Dice que la educación en Costa Rica está en un ‘guindo educativo’, como si fuera un apagón, pero peor. ¡Imagínate!, no estamos en oscuridad, sino en un proceso de aprendizaje fallido, pero a lo grande. Quiere reformar todo el sistema, empoderar a los profes y hasta poner orden entre los estudiantes que andan haciendo de las suyas.
Y ni hablar de la Caja Costarricense de Seguro Social (CCSS). Según él, la solución pasa por meterle mano al sector privado. Si tienes que esperar más de treinta días por una cita, ¡corre al particular y la Caja paga! Qué manera de darle vueltas al asunto, mae. Parece que Caamaño piensa que la Caja tiene pa’ regalar, aunque reconoce que necesita una inyección de capital urgente.
Pero la jugada maestra, la que puso a todos a comentar, es la promesa de financiar la Caja con la explotación del gas y el oro de Crucitas. Ahí sí que la cosa se pone interesante, porque este tema siempre ha sido polémico. Algunos dicen que es la salvación financiera, otros que es destruir el medio ambiente. ¡Uy, ay! Esto promete debates bien candentes, créeme. Dice que busca nuevas fuentes de financiamiento y que esa es la clave para pagar las deudas acumuladas. ¡Qué brete!
Caamaño, a sus 55 años y con una trayectoria política que dice empezó a los ocho, se presenta como el salvador de la patria. Afirma haber sido coordinador de la estrategia electoral de Rodrigo Chávez Robles, un momento crucial en su carrera, aunque admite que terminó distanciándose por desacuerdos políticos. ‘Me topé con decisiones políticas tan absurdas, donde el pueblo no estaba representado’, soltó, dejando claro que ya no comparte los ideales del oficialismo.
Ahora, la pregunta que ronda en la cabeza de muchos es: ¿De dónde salió este tipo? Pues resulta que aunque no aparece en las encuestas todavía, Caamaño confiesa que tiene una ‘especialidad de la casa’: ser asesor de procesos electorales. Promete una etapa digital para Costa Rica que nadie ha visto antes. Y nos deja caer que, con su experiencia, sabe cuándo hay que empezar a aparecer en escena. ¡Un poquito de misterio no le hace daño a nadie, diay!
Volviendo a la educación, Caamaño no se anda con rodeos. Dice que nuestras escuelas y colegios se han convertido en espacios ‘inhóspitos, insanos y degradantes’ que alejan a los jóvenes de cualquier interés por aprender. 'Para mí es prioritaria la educación, que lo que está generándole es materia prima al hampa y al crimen organizado', enfatizó. También destacó la necesidad de impulsar el bilingüismo, pero advirtió que el problema es que siete de cada diez profesores que enseñan inglés apenas dominan el idioma. ¡Qué sal!
En cuanto a salud, Caamaño plantea una colaboración más estrecha con el sector privado para aliviar la presión sobre la CCSS, además de la inyección de fondos provenientes de la explotación de recursos naturales. Considera que la Caja no está quebrada, sino que requiere nuevas estrategias para afrontar los desafíos financieros y asegurar la prestación de servicios de calidad a la población. Reconoce que la deuda estatal con la institución es considerable, pero asegura que su plan económico permitirá honrar esos compromisos.
Entonces, ¿qué opinas, compañero? Con todas estas propuestas audaces, ¿crees que Douglas Caamaño tiene lo que se necesita para rescatar a Costa Rica del 'guindo educativo' y salvar a la Caja? ¿Será que la explotación de Crucitas es la solución mágica que tanto necesitamos o nos llevará por un camino lleno de problemas ambientales y sociales? ¡Dale, exprésate en los comentarios y cuéntame qué piensas tú sobre todo este jale!
Y ni hablar de la Caja Costarricense de Seguro Social (CCSS). Según él, la solución pasa por meterle mano al sector privado. Si tienes que esperar más de treinta días por una cita, ¡corre al particular y la Caja paga! Qué manera de darle vueltas al asunto, mae. Parece que Caamaño piensa que la Caja tiene pa’ regalar, aunque reconoce que necesita una inyección de capital urgente.
Pero la jugada maestra, la que puso a todos a comentar, es la promesa de financiar la Caja con la explotación del gas y el oro de Crucitas. Ahí sí que la cosa se pone interesante, porque este tema siempre ha sido polémico. Algunos dicen que es la salvación financiera, otros que es destruir el medio ambiente. ¡Uy, ay! Esto promete debates bien candentes, créeme. Dice que busca nuevas fuentes de financiamiento y que esa es la clave para pagar las deudas acumuladas. ¡Qué brete!
Caamaño, a sus 55 años y con una trayectoria política que dice empezó a los ocho, se presenta como el salvador de la patria. Afirma haber sido coordinador de la estrategia electoral de Rodrigo Chávez Robles, un momento crucial en su carrera, aunque admite que terminó distanciándose por desacuerdos políticos. ‘Me topé con decisiones políticas tan absurdas, donde el pueblo no estaba representado’, soltó, dejando claro que ya no comparte los ideales del oficialismo.
Ahora, la pregunta que ronda en la cabeza de muchos es: ¿De dónde salió este tipo? Pues resulta que aunque no aparece en las encuestas todavía, Caamaño confiesa que tiene una ‘especialidad de la casa’: ser asesor de procesos electorales. Promete una etapa digital para Costa Rica que nadie ha visto antes. Y nos deja caer que, con su experiencia, sabe cuándo hay que empezar a aparecer en escena. ¡Un poquito de misterio no le hace daño a nadie, diay!
Volviendo a la educación, Caamaño no se anda con rodeos. Dice que nuestras escuelas y colegios se han convertido en espacios ‘inhóspitos, insanos y degradantes’ que alejan a los jóvenes de cualquier interés por aprender. 'Para mí es prioritaria la educación, que lo que está generándole es materia prima al hampa y al crimen organizado', enfatizó. También destacó la necesidad de impulsar el bilingüismo, pero advirtió que el problema es que siete de cada diez profesores que enseñan inglés apenas dominan el idioma. ¡Qué sal!
En cuanto a salud, Caamaño plantea una colaboración más estrecha con el sector privado para aliviar la presión sobre la CCSS, además de la inyección de fondos provenientes de la explotación de recursos naturales. Considera que la Caja no está quebrada, sino que requiere nuevas estrategias para afrontar los desafíos financieros y asegurar la prestación de servicios de calidad a la población. Reconoce que la deuda estatal con la institución es considerable, pero asegura que su plan económico permitirá honrar esos compromisos.
Entonces, ¿qué opinas, compañero? Con todas estas propuestas audaces, ¿crees que Douglas Caamaño tiene lo que se necesita para rescatar a Costa Rica del 'guindo educativo' y salvar a la Caja? ¿Será que la explotación de Crucitas es la solución mágica que tanto necesitamos o nos llevará por un camino lleno de problemas ambientales y sociales? ¡Dale, exprésate en los comentarios y cuéntame qué piensas tú sobre todo este jale!