¡Ay, Dios mío! Parece mentira que ya estamos casi en Diciembre, ¿verdad? Pero la verdad es que la temporada navideña trae consigo un problemita que hay que irle tomando con calma: la necesidad de sangre se dispara, y necesitamos echarle una manito a quien lo necesita. Así que ahí les va la data, porque esto es serio.
El Banco de Sangre del Hospital Dr. Rafael Ángel Calderón Guardia, ese hospital que ha visto de todo en nuestras vidas, ya avisó que van a estar abiertos hasta el día 31 de diciembre. Sí, así mismo la escuchan, para que no haya excusas de que estaban cerrados y no pudieron ir a donar. Lo importante es entender que mantener esas reservas llenitas es crucial para atender emergencias, cirugías, gente recibiendo quimios… en fin, toda esa movida que no se detiene ni siquiera en Año Nuevo. Ese brete de salvar vidas no espera.
Y hablando de Año Nuevo, piénsenlo así: mientras algunos vamos a estar rumbear y comernos una rosca con dulce de leche, otras personas estarán batallando por su salud. Por eso, desde el hospital hicieron un llamado a todos los chinos, a todos los maes, a todas las señoras, a todos los estudiantes... ¡a todo el mundo! Que se acerquen a donar sangre. Cada donación, créame, es como darle un empujoncito a alguien que realmente lo necesita.
Ahora sí, entremos en detalles. Para poder donar, tienen que presentar su cédula, obvio. Además, tienen que tener mínimo 18 añitos, pesar más de 52 kilos y medir más de 1 metro 50. No es mucho, ¿eh? Un sacrificio pequeñísimo para hacer una diferencia gigante. Y si están pensando que es complicado, tranquilos, el proceso es rápido y seguro. ¡No sean puristas!
Muchos de ustedes dirán: ‘Ah, yo no soy de esas personas que pueden donar’. Pero permítanme decirles que la mayoría sí puede. A veces, nos dejamos llevar por alguna creencia equivocada o por el miedo a sentir un pinchazo. Pero vamos, ¡eso es chorrada! El dolor dura un segundo y la satisfacción de haber ayudado a alguien es inmensa. Piénselo bien, ese Chunche de sentirse bien con la conciencia tranquila vale oro.
Y ojo, porque no cualquier persona puede recibir sangre. Hay tipos de sangre diferentes, y la compatibilidad es importantísima. Entonces, cuanto más gente done, más opciones tendrán los médicos para encontrar el tipo de sangre adecuado para cada paciente. ¡Es como armar un rompecabezas! Y ustedes, donando sangre, son piezas claves para completar esa imagen.
Este año, con tantas cosas que pasan en el país –desde el precio del frijol hasta la crisis climática–, es fácil olvidarse de las cosas pequeñas que realmente importan. Pero donar sangre es una de esas cositas que, aunque parezca insignificante, puede cambiarle la vida a alguien. Es un acto de solidaridad pura, diay, y en estos tiempos, eso vale más que nunca. Imaginen la diferencia que podemos hacer si todos nos echamos una mano.
Así que ya saben, si andan buscando una forma de empezar el Año Nuevo con el pie derecho, vayan a donar sangre. Es un gesto sencillo que puede salvar una vida. Ahora les dejo pensando: ¿Ustedes qué opinan? ¿Se animan a marcar la diferencia este año, a dejar de lado las excusas y a brindar un gran regalo a alguien que lo necesita?
El Banco de Sangre del Hospital Dr. Rafael Ángel Calderón Guardia, ese hospital que ha visto de todo en nuestras vidas, ya avisó que van a estar abiertos hasta el día 31 de diciembre. Sí, así mismo la escuchan, para que no haya excusas de que estaban cerrados y no pudieron ir a donar. Lo importante es entender que mantener esas reservas llenitas es crucial para atender emergencias, cirugías, gente recibiendo quimios… en fin, toda esa movida que no se detiene ni siquiera en Año Nuevo. Ese brete de salvar vidas no espera.
Y hablando de Año Nuevo, piénsenlo así: mientras algunos vamos a estar rumbear y comernos una rosca con dulce de leche, otras personas estarán batallando por su salud. Por eso, desde el hospital hicieron un llamado a todos los chinos, a todos los maes, a todas las señoras, a todos los estudiantes... ¡a todo el mundo! Que se acerquen a donar sangre. Cada donación, créame, es como darle un empujoncito a alguien que realmente lo necesita.
Ahora sí, entremos en detalles. Para poder donar, tienen que presentar su cédula, obvio. Además, tienen que tener mínimo 18 añitos, pesar más de 52 kilos y medir más de 1 metro 50. No es mucho, ¿eh? Un sacrificio pequeñísimo para hacer una diferencia gigante. Y si están pensando que es complicado, tranquilos, el proceso es rápido y seguro. ¡No sean puristas!
Muchos de ustedes dirán: ‘Ah, yo no soy de esas personas que pueden donar’. Pero permítanme decirles que la mayoría sí puede. A veces, nos dejamos llevar por alguna creencia equivocada o por el miedo a sentir un pinchazo. Pero vamos, ¡eso es chorrada! El dolor dura un segundo y la satisfacción de haber ayudado a alguien es inmensa. Piénselo bien, ese Chunche de sentirse bien con la conciencia tranquila vale oro.
Y ojo, porque no cualquier persona puede recibir sangre. Hay tipos de sangre diferentes, y la compatibilidad es importantísima. Entonces, cuanto más gente done, más opciones tendrán los médicos para encontrar el tipo de sangre adecuado para cada paciente. ¡Es como armar un rompecabezas! Y ustedes, donando sangre, son piezas claves para completar esa imagen.
Este año, con tantas cosas que pasan en el país –desde el precio del frijol hasta la crisis climática–, es fácil olvidarse de las cosas pequeñas que realmente importan. Pero donar sangre es una de esas cositas que, aunque parezca insignificante, puede cambiarle la vida a alguien. Es un acto de solidaridad pura, diay, y en estos tiempos, eso vale más que nunca. Imaginen la diferencia que podemos hacer si todos nos echamos una mano.
Así que ya saben, si andan buscando una forma de empezar el Año Nuevo con el pie derecho, vayan a donar sangre. Es un gesto sencillo que puede salvar una vida. Ahora les dejo pensando: ¿Ustedes qué opinan? ¿Se animan a marcar la diferencia este año, a dejar de lado las excusas y a brindar un gran regalo a alguien que lo necesita?
