¡Ay, Dios mío! La rosca explotó esta semana en el Organismo de Investigación Judicial (OIJ). Resulta que Randall Zúñiga, el jefe, está en medio de un brete gordo, con cuatro denuncias por cosas bien feas. Y para que no haya bronca ni confusión, Michael Soto, que estaba como subdirector, ahora asumirá el mando interino. ¿Se imaginan la movida?
Soto, que es criminólogo, abogado y administrador, además de haber sido ministro de Seguridad en tiempos de Carlos Alvarado, llega a dirigir el OIJ en un momento sumamente delicado. La Corte Suprema mandó a suspender a Zúñiga por quince días con goce de salario mientras se investiga todo este tinglado. La verdad, esto pinta para una telenovela nacional, porque todo mundo quiere saber qué pasó realmente.
El Poder Judicial, tratando de ponerle paños fríos al asunto, aseguró que todo sigue funcionando normal en el OIJ. Dicen que la lucha contra la delincuencia y la inseguridad se mantiene firme, pero bueno, con esta olla a presión, difícil creerlo totalmente. Se nota que andaban apurados en tranquilizar a la gente, y vaya que se armó la polémica, ¡una verdadera torta!
Pero vamos al grano: ¿de dónde salió toda esta vaina? Según parece, el rumor empezó a correr el lunes pasado. Desde entonces, la Fiscalía fue confirmando que había varios expedientes abiertos contra el exdirector. Hasta ahora, tenemos claro que hay tres casos principales: uno por supuesta violación en Corredores, otro por violación y contagio venéreo en Cartago, y un tercero en Goicoechea que incluye conductas sexuales abusivas y ofensas a la dignidad. ¡Eso es un plato lleno, diay!
Lo que más ha dado que hablar es el caso de Corredores, donde dicen que los hechos ocurrieron en enero de este año. La Fiscalía Adjunta de Género está manejando la investigación, apoyada por la Sección Especializada en Violencia de Género del OIJ. Ya le dieron unas vueltas al caso, pero todavía faltan diligencias y pericias, eso seguro. Lo importante es que están atendiendo a la víctima y buscando todas las pruebas posibles; por fin algo bien hecho en estos asuntos.
Y mientras tanto, Zúñiga, el protagonista involuntario de esta novela, ha salido a defenderse con uñas y dientes. Dice que hay imágenes modificadas y que el caso tiene tintes políticos. Claro, siempre hay una excusa, ¿verdad, mae? Afirma que aún no ha visto el expediente completo, pero que tiene pruebas para limpiar su nombre. “De mi parte, que el que nada debe, nada teme,” soltó, como queriendo restarle importancia al asunto. Pero la cosa está clarísima: está en camisa de once varas.
El tema es que esta crisis llega en un momento en que la seguridad ciudadana es una preocupación constante en Costa Rica. Con índices de criminalidad altos y una sensación general de inseguridad, la confianza en las instituciones judiciales es fundamental. Que el director del OIJ esté en el ojo del huracán, pues no ayuda precisamente. Demuestra que nadie está por encima de la ley, y eso, aunque duela, es positivo. Aunque esta vara se puso bien pesada, ¿no creen?
Con todo esto, la pregunta que queda es: ¿Cómo afectará esta situación la percepción pública del OIJ y la capacidad de la Fiscalía para investigar otros casos? ¿Logrará Michael Soto mantener la estabilidad y la credibilidad del organismo durante su período interino? ¡Déjenme sus opiniones en los comentarios, quiero saber qué piensan ustedes de este rollo!
Soto, que es criminólogo, abogado y administrador, además de haber sido ministro de Seguridad en tiempos de Carlos Alvarado, llega a dirigir el OIJ en un momento sumamente delicado. La Corte Suprema mandó a suspender a Zúñiga por quince días con goce de salario mientras se investiga todo este tinglado. La verdad, esto pinta para una telenovela nacional, porque todo mundo quiere saber qué pasó realmente.
El Poder Judicial, tratando de ponerle paños fríos al asunto, aseguró que todo sigue funcionando normal en el OIJ. Dicen que la lucha contra la delincuencia y la inseguridad se mantiene firme, pero bueno, con esta olla a presión, difícil creerlo totalmente. Se nota que andaban apurados en tranquilizar a la gente, y vaya que se armó la polémica, ¡una verdadera torta!
Pero vamos al grano: ¿de dónde salió toda esta vaina? Según parece, el rumor empezó a correr el lunes pasado. Desde entonces, la Fiscalía fue confirmando que había varios expedientes abiertos contra el exdirector. Hasta ahora, tenemos claro que hay tres casos principales: uno por supuesta violación en Corredores, otro por violación y contagio venéreo en Cartago, y un tercero en Goicoechea que incluye conductas sexuales abusivas y ofensas a la dignidad. ¡Eso es un plato lleno, diay!
Lo que más ha dado que hablar es el caso de Corredores, donde dicen que los hechos ocurrieron en enero de este año. La Fiscalía Adjunta de Género está manejando la investigación, apoyada por la Sección Especializada en Violencia de Género del OIJ. Ya le dieron unas vueltas al caso, pero todavía faltan diligencias y pericias, eso seguro. Lo importante es que están atendiendo a la víctima y buscando todas las pruebas posibles; por fin algo bien hecho en estos asuntos.
Y mientras tanto, Zúñiga, el protagonista involuntario de esta novela, ha salido a defenderse con uñas y dientes. Dice que hay imágenes modificadas y que el caso tiene tintes políticos. Claro, siempre hay una excusa, ¿verdad, mae? Afirma que aún no ha visto el expediente completo, pero que tiene pruebas para limpiar su nombre. “De mi parte, que el que nada debe, nada teme,” soltó, como queriendo restarle importancia al asunto. Pero la cosa está clarísima: está en camisa de once varas.
El tema es que esta crisis llega en un momento en que la seguridad ciudadana es una preocupación constante en Costa Rica. Con índices de criminalidad altos y una sensación general de inseguridad, la confianza en las instituciones judiciales es fundamental. Que el director del OIJ esté en el ojo del huracán, pues no ayuda precisamente. Demuestra que nadie está por encima de la ley, y eso, aunque duela, es positivo. Aunque esta vara se puso bien pesada, ¿no creen?
Con todo esto, la pregunta que queda es: ¿Cómo afectará esta situación la percepción pública del OIJ y la capacidad de la Fiscalía para investigar otros casos? ¿Logrará Michael Soto mantener la estabilidad y la credibilidad del organismo durante su período interino? ¡Déjenme sus opiniones en los comentarios, quiero saber qué piensan ustedes de este rollo!
