¡Ay, mamita! La moria Carolina Jaikel, la esposa de Bryan Ruiz, nos sacudió con la noticia de que tuvo que pausar su quimioterapia esta semana. Entre nosotros, luego de pasar por tanto, nadie quiere verla sufriendo más de la cuenta. La verdad es que la neta es que la vida le ha lanzado mil cosas encima, pero ella sigue luchando con una fuerza descomunal.
Como muchos saben, Carolina ha sido súper abierta con su batalla contra el cáncer de pulmón con metástasis óseas. Desde el diagnóstico, ha ido compartiendo cada detalle con sus seguidores en Instagram, sin pelos en la lengua, contando los altos y bajos del tratamiento. Esa honestidad es lo que la hace tan cercana a tanta gente, porque muestra que hasta los fuertes necesitamos apoyo.
Esta vez, fue a través de unas stories donde nos avisó que los resultados de laboratorio ‘salieron muy bajitos’, obligándola a reprograsar la sesión de quimioterapia. Se le vio haciendo ejercicio y tomando un batido verde, tratando de mantener la vibra positiva a pesar del revés. ¡Y qué pena!, porque ya había completado cuatro ciclos de quimio y la radiocirugía de la semana anterior, tratamientos duros que, evidentemente, pasaron factura a su cuerpo.
Según explicó, ahora se enfocará en nutrir su cuerpo y darle tiempo para recuperarse. Lo bueno es que mantiene la fé, confiando en Dios, en su cuerpo y en el proceso. Eso sí demuestra que tiene la cabeza bien amarrada. Es admirable como ha manejado esto, manteniendo la calma y el optimismo, especialmente considerando todo lo que ha tenido que enfrentar. A veces, uno se pone hecho un fulano por cosas menores, y esta señora está pasando por lo peor y aún así irradia paz.
Recordemos que la quimioterapia, como muchas seguramente sabrán, puede voltear a cualquiera. Uno se siente cansado, sin fuerzas, con náuseas... Es una tortura, vamos. Pero Carolina ha demostrado ser una guerrera, respaldada por el cariño de su esposo, Bryan Ruiz, y toda su familia y amigos. Ese apoyo familiar es vital en momentos así, te levanta el ánimo cuando sientes que te vas a hundir.
Muchos recuerdan cómo Carolina compartió abiertamente las secuelas de la quimioterapia, hablando de cómo la debilitó físicamente y emocionalmente. Reconoció que Dios ha sido el centro de su vida durante todo este tiempo, y que eso le ha dado la fortaleza necesaria para seguir adelante. Que chévere tener esa fe inquebrantable, diay, en medio de tanta adversidad.
Ver la dedicación de Carolina para mantenerse activa, incluso con todos estos desafíos médicos, es inspirador. No es fácil levantarse cada mañana y afrontar el día con una enfermedad como ésta, pero ella lo hace con valentía y determinación. Demuestra que hay que buscar la manera de seguir avanzando, aunque sea a paso lento. Además, si Bryan la apoya así, con amor y paciencia, eso suma puntos, chunche
En fin, esperamos que Carolina tenga una pronta recuperación y que pueda retomar su tratamiento pronto. Una verdadera inspiración para todos nosotros. Ahora, quiero saberles, ¿qué les parece que la transparencia de Carolina al compartir su experiencia con el cáncer ayuda a crear conciencia y brindar apoyo a otros pacientes? ¿Creen que es importante hablar abiertamente sobre temas de salud mental y física?
Como muchos saben, Carolina ha sido súper abierta con su batalla contra el cáncer de pulmón con metástasis óseas. Desde el diagnóstico, ha ido compartiendo cada detalle con sus seguidores en Instagram, sin pelos en la lengua, contando los altos y bajos del tratamiento. Esa honestidad es lo que la hace tan cercana a tanta gente, porque muestra que hasta los fuertes necesitamos apoyo.
Esta vez, fue a través de unas stories donde nos avisó que los resultados de laboratorio ‘salieron muy bajitos’, obligándola a reprograsar la sesión de quimioterapia. Se le vio haciendo ejercicio y tomando un batido verde, tratando de mantener la vibra positiva a pesar del revés. ¡Y qué pena!, porque ya había completado cuatro ciclos de quimio y la radiocirugía de la semana anterior, tratamientos duros que, evidentemente, pasaron factura a su cuerpo.
Según explicó, ahora se enfocará en nutrir su cuerpo y darle tiempo para recuperarse. Lo bueno es que mantiene la fé, confiando en Dios, en su cuerpo y en el proceso. Eso sí demuestra que tiene la cabeza bien amarrada. Es admirable como ha manejado esto, manteniendo la calma y el optimismo, especialmente considerando todo lo que ha tenido que enfrentar. A veces, uno se pone hecho un fulano por cosas menores, y esta señora está pasando por lo peor y aún así irradia paz.
Recordemos que la quimioterapia, como muchas seguramente sabrán, puede voltear a cualquiera. Uno se siente cansado, sin fuerzas, con náuseas... Es una tortura, vamos. Pero Carolina ha demostrado ser una guerrera, respaldada por el cariño de su esposo, Bryan Ruiz, y toda su familia y amigos. Ese apoyo familiar es vital en momentos así, te levanta el ánimo cuando sientes que te vas a hundir.
Muchos recuerdan cómo Carolina compartió abiertamente las secuelas de la quimioterapia, hablando de cómo la debilitó físicamente y emocionalmente. Reconoció que Dios ha sido el centro de su vida durante todo este tiempo, y que eso le ha dado la fortaleza necesaria para seguir adelante. Que chévere tener esa fe inquebrantable, diay, en medio de tanta adversidad.
Ver la dedicación de Carolina para mantenerse activa, incluso con todos estos desafíos médicos, es inspirador. No es fácil levantarse cada mañana y afrontar el día con una enfermedad como ésta, pero ella lo hace con valentía y determinación. Demuestra que hay que buscar la manera de seguir avanzando, aunque sea a paso lento. Además, si Bryan la apoya así, con amor y paciencia, eso suma puntos, chunche
En fin, esperamos que Carolina tenga una pronta recuperación y que pueda retomar su tratamiento pronto. Una verdadera inspiración para todos nosotros. Ahora, quiero saberles, ¿qué les parece que la transparencia de Carolina al compartir su experiencia con el cáncer ayuda a crear conciencia y brindar apoyo a otros pacientes? ¿Creen que es importante hablar abiertamente sobre temas de salud mental y física?
