¡Aguante, paisa! El Cartaginés hizo temblar la tierra en el Chelato Uclés anoche, despachando pal' montón al Motagua de Honduras con un global de 4-1. Se nota que los brumosos vinieron con toda la actitud y demostraron que el fútbol tico todavía tiene bastante pólvora para hacerle cosquillas a nuestros vecinos del norte. Una noche épica para la afición blanquiazul y un respiro para todo el país.
Para ponerlos al tanto, la ida en Tegucigalpa terminó 1-0 a favor de los nuestros, dejando la llave abierta pero con una pequeña ventaja. Muchos pensábamos que sería fácil, pero el Motagua llegó a San José buscando el empate a matar o morir, así que la cosa se puso interesante desde el pitazo inicial. Se sentía la tensión en el aire, ¡tremendo brete para los jugadores!
El primer tiempo fue de tanteo, con ambos equipos midiendo fuerzas y buscando la oportunidad perfecta para atacar. Motagua se veía muy peligroso contragolpeando, aprovechando la velocidad de sus delanteros, pero la defensa del Cartaginés, liderada por un sólido Montero y con un Briceño atento bajo los tres palos, logró mantener el cero. La hinchada estaba inquieta, gritando y empujando para dar energía a los muchachos. ¡Se sentía la pasión pura!
Pero entonces, ¡boom!, apareció Bernald Alfaro al minuto 56'. Jesús Bátiz, con una jugada de magia por la banda izquierda, mandó un centro venenoso que Alfaro conectó de cabeza, enviándola al fondo de la red. ¡Golazo! El estadio explotó en júbilo y la moral del Cartaginés se disparó hasta las nubes. Parecía que la vara estaba echada a nuestro favor.
Sin embargo, el Motagua no se rindió fácilmente. Al 71’, una lucida combinación entre Vega y Portillo terminó en un gol que ponía el marcador 1-1. ¡Menudo susto! Parecía que íbamos a jalar una torta y dejar escapar la clasificación, pero los dirigidos por Carevic tenían otras ideas. Con calma y estrategia, buscaron nuevamente el ataque.
Y vaya si lo encontraron. Al 73', Marcos Ureña aprovechó un rebote dentro del área para enviar la pelota al fondo de la red, restaurando la tranquilidad en la tribuna. El 1-2 parecía definitivo, pero Quiroga, con un zurdazo certero desde fuera del área tras un tiro de esquina al 78’, estampó el sello final en la victoria brumosa. ¡Tremendo nivel, mae!
El técnico Andrés Carevic ha hecho un trabajo espectacular con este equipo. Ha sabido armar un grupo sólido, competitivo y con mucha identidad. Se nota que hay unión y compromiso en todos los integrantes del plantel. Ahora, el Cartaginés se enfrentará a grandes desafíos en la Copa de Campeones de la Concacaf, donde seguramente nos representarán con orgullo. Definitivamente, estos muchachos le dieron gusto a toda la afición tica.
Con esta contundente victoria, el Cartaginés demuestra que el fútbol costarricense sigue vivo y con ganas de competir a alto nivel. Pero ahora, quiero saber qué piensan ustedes: ¿creen que el Cartaginés puede llegar lejos en la Copa de Campeones de la Concacaf? ¿Cuál cree usted que será el mayor desafío para los brumosos en esta competición?”,
Para ponerlos al tanto, la ida en Tegucigalpa terminó 1-0 a favor de los nuestros, dejando la llave abierta pero con una pequeña ventaja. Muchos pensábamos que sería fácil, pero el Motagua llegó a San José buscando el empate a matar o morir, así que la cosa se puso interesante desde el pitazo inicial. Se sentía la tensión en el aire, ¡tremendo brete para los jugadores!
El primer tiempo fue de tanteo, con ambos equipos midiendo fuerzas y buscando la oportunidad perfecta para atacar. Motagua se veía muy peligroso contragolpeando, aprovechando la velocidad de sus delanteros, pero la defensa del Cartaginés, liderada por un sólido Montero y con un Briceño atento bajo los tres palos, logró mantener el cero. La hinchada estaba inquieta, gritando y empujando para dar energía a los muchachos. ¡Se sentía la pasión pura!
Pero entonces, ¡boom!, apareció Bernald Alfaro al minuto 56'. Jesús Bátiz, con una jugada de magia por la banda izquierda, mandó un centro venenoso que Alfaro conectó de cabeza, enviándola al fondo de la red. ¡Golazo! El estadio explotó en júbilo y la moral del Cartaginés se disparó hasta las nubes. Parecía que la vara estaba echada a nuestro favor.
Sin embargo, el Motagua no se rindió fácilmente. Al 71’, una lucida combinación entre Vega y Portillo terminó en un gol que ponía el marcador 1-1. ¡Menudo susto! Parecía que íbamos a jalar una torta y dejar escapar la clasificación, pero los dirigidos por Carevic tenían otras ideas. Con calma y estrategia, buscaron nuevamente el ataque.
Y vaya si lo encontraron. Al 73', Marcos Ureña aprovechó un rebote dentro del área para enviar la pelota al fondo de la red, restaurando la tranquilidad en la tribuna. El 1-2 parecía definitivo, pero Quiroga, con un zurdazo certero desde fuera del área tras un tiro de esquina al 78’, estampó el sello final en la victoria brumosa. ¡Tremendo nivel, mae!
El técnico Andrés Carevic ha hecho un trabajo espectacular con este equipo. Ha sabido armar un grupo sólido, competitivo y con mucha identidad. Se nota que hay unión y compromiso en todos los integrantes del plantel. Ahora, el Cartaginés se enfrentará a grandes desafíos en la Copa de Campeones de la Concacaf, donde seguramente nos representarán con orgullo. Definitivamente, estos muchachos le dieron gusto a toda la afición tica.
Con esta contundente victoria, el Cartaginés demuestra que el fútbol costarricense sigue vivo y con ganas de competir a alto nivel. Pero ahora, quiero saber qué piensan ustedes: ¿creen que el Cartaginés puede llegar lejos en la Copa de Campeones de la Concacaf? ¿Cuál cree usted que será el mayor desafío para los brumosos en esta competición?”,
