¡Ay, pata negra! Resulta que la ex Miss Costa Rica, Lisbeth Valverde, nos dejó boquiabiertos en la gala de Mira Quién Baila. Después de varios meses lejos de los reflectores, reapareció con un look renovado y, ojo, no precisamente más flacucha. De hecho, muchos se preguntaron qué demonios había hecho la licenciada, y la respuesta, según ella misma, es bastante directa: dieta, ejercicio... ¡y nada de secretos!
Valverde, a través de sus redes sociales, soltó la bomba con una foto suya luciendo un vestido rojo que, digamos, no dejaba mucho a la imaginación. “La pregunta que más me hicieron el fin de semana: ¿Qué hice? La respuesta concreta: dieta y ejercicio. No hay secretos, mi gente”, escribió. Pero eso no es todo, porque la modelo también confesó que ha estado experimentando con suplementos como proteína y creatina, y que pronto empezará a tomar aminoácidos, contándonos cómo le va.
Y ahí es donde la cosa se puso interesante. Valverde anunció que dentro de unos dos meses volveremos a verla y que, para entonces, será “otra”. Explicó que está súper motivada con el mundo del fitness y que, gracias a ello, ha cambiado por completo su perspectiva sobre el cuerpo. Antes, se obsesionaba con bajar de peso a toda costa, pero ahora su objetivo es muy diferente.
Muchos seguidores no podían creerlo y le preguntaban constantemente cómo lograba verse “así de espectacular”. Y la respuesta de Valverde fue clara y concisa: va al gimnasio cuatro veces por semana, mantiene un déficit calórico y levanta pesas. Un plan de entrenamiento serio, vamos. Además, reveló que ya no se preocupa tanto por su peso en kilos, sino que se enfoca en aumentar masa muscular y reducir grasa corporal.
“Mi meta nunca, nunca más será ser delgada, porque no es sostenible a largo plazo para mi tipo de cuerpo,” afirmó categórica. Ahora, lo único que quiere es estar siempre “fit”, sentirse saludable y fuerte. Una filosofía de vida totalmente distinta a la que tenía hace unos años, donde la obsesión por la delgadez parecía dominar sus decisiones.
Esto nos lleva a reflexionar sobre los estándares de belleza que impone la sociedad, especialmente en redes sociales. ¿Cuántas veces hemos caído en la trampa de querer cumplir con ideales inalcanzables? La historia de Valverde nos recuerda que la salud y el bienestar deben ser prioritarios, y que buscar una imagen “perfecta” puede tener consecuencias negativas para nuestra autoestima y nuestro cuerpo.
La decisión de Valverde no solo es admirable, sino que también puede servir de inspiración para muchas personas que luchan contra trastornos alimenticios o simplemente buscan una relación más sana con su cuerpo. Se trata de priorizar la fuerza, la vitalidad y la aceptación propia, en lugar de perseguir figuras imposibles que solo nos generan frustración y ansiedad. Una verdadera changüeta mental, ¡qué bueno que se dio cuenta!
Ahora sí, díganos en el foro: ¿Qué opinan de este giro inesperado en la carrera de Lisbeth Valverde? ¿Creen que es importante romper con los estereotipos de belleza y apostar por un estilo de vida más saludable y realista? ¿Les parece que este mensaje debería llegar a más personas, especialmente a las jóvenes costarricenses?
Valverde, a través de sus redes sociales, soltó la bomba con una foto suya luciendo un vestido rojo que, digamos, no dejaba mucho a la imaginación. “La pregunta que más me hicieron el fin de semana: ¿Qué hice? La respuesta concreta: dieta y ejercicio. No hay secretos, mi gente”, escribió. Pero eso no es todo, porque la modelo también confesó que ha estado experimentando con suplementos como proteína y creatina, y que pronto empezará a tomar aminoácidos, contándonos cómo le va.
Y ahí es donde la cosa se puso interesante. Valverde anunció que dentro de unos dos meses volveremos a verla y que, para entonces, será “otra”. Explicó que está súper motivada con el mundo del fitness y que, gracias a ello, ha cambiado por completo su perspectiva sobre el cuerpo. Antes, se obsesionaba con bajar de peso a toda costa, pero ahora su objetivo es muy diferente.
Muchos seguidores no podían creerlo y le preguntaban constantemente cómo lograba verse “así de espectacular”. Y la respuesta de Valverde fue clara y concisa: va al gimnasio cuatro veces por semana, mantiene un déficit calórico y levanta pesas. Un plan de entrenamiento serio, vamos. Además, reveló que ya no se preocupa tanto por su peso en kilos, sino que se enfoca en aumentar masa muscular y reducir grasa corporal.
“Mi meta nunca, nunca más será ser delgada, porque no es sostenible a largo plazo para mi tipo de cuerpo,” afirmó categórica. Ahora, lo único que quiere es estar siempre “fit”, sentirse saludable y fuerte. Una filosofía de vida totalmente distinta a la que tenía hace unos años, donde la obsesión por la delgadez parecía dominar sus decisiones.
Esto nos lleva a reflexionar sobre los estándares de belleza que impone la sociedad, especialmente en redes sociales. ¿Cuántas veces hemos caído en la trampa de querer cumplir con ideales inalcanzables? La historia de Valverde nos recuerda que la salud y el bienestar deben ser prioritarios, y que buscar una imagen “perfecta” puede tener consecuencias negativas para nuestra autoestima y nuestro cuerpo.
La decisión de Valverde no solo es admirable, sino que también puede servir de inspiración para muchas personas que luchan contra trastornos alimenticios o simplemente buscan una relación más sana con su cuerpo. Se trata de priorizar la fuerza, la vitalidad y la aceptación propia, en lugar de perseguir figuras imposibles que solo nos generan frustración y ansiedad. Una verdadera changüeta mental, ¡qué bueno que se dio cuenta!
Ahora sí, díganos en el foro: ¿Qué opinan de este giro inesperado en la carrera de Lisbeth Valverde? ¿Creen que es importante romper con los estereotipos de belleza y apostar por un estilo de vida más saludable y realista? ¿Les parece que este mensaje debería llegar a más personas, especialmente a las jóvenes costarricenses?