¡Qué pesar, pura vida! La tranquilidad de Paraíso de Cartago se vio destrozada la madrugada de este domingo cuando una balacera dejó a un hombre fallecido y a un niño de apenas diez añitos luchando por su vida en la Unidad de Cuidados Intensivos del Hospital Nacional de Niños. La escena, bronca hasta decir basta, ha conmocionado a toda la comunidad y nos deja pensando qué se anda pasando en este país.
Según las primeras investigaciones del OIJ, el incidente ocurrió alrededor de la una de la mañana en el sector de Santiago de Paraíso. Un hombre identificado como José Morales, de 31 años, fue atacado brutalmente por dos sujetos que andaban en una moto. ¡Imagínate!, llegaron disparándole a matar, sin importarles nada ni nadie. Él, tratando de salvar su pellejo, corrió hacia una casa, pero los tipos lo persiguieron y terminaron acribillándolo. Qué salado este caso, mándale gomas al alma.
La Cruz Roja llegó al lugar en cuestión de minutos, pero ya era demasiado tarde. Morales yacía sin vida en la calle, dejando atrás una familia desconsolada. Pero la tragedia no terminó ahí. En medio del jaloneo y los disparos, una bala perdida alcanzó a un niño que estaba adentro de su casa. ¡Una torta!, meter al ñino en esto... Lo trasladaron de inmediato al Hospital Max Peralta de Cartago, pero debido a la gravedad de sus heridas, tuvo que ser transferido al HNN para recibir atención especializada.
El director general del Hospital Nacional de Niños, el doctor Carlos Jiménez Herrera, confirmó que el pequeño se encuentra en condición crítica, conectado a varios aparatos y recibiendo tratamiento intensivo. “Este paciente requiere de todos nuestros recursos”, comentó el doctor, visiblemente preocupado. “Se hicieron varias cirugías y ahora estamos monitoreando de cerca su evolución. Es una pelea dura, pero esperamos que pueda salir adelante.”
Las autoridades han recogido pruebas en el sitio del crimen, incluyendo casquillos de bala calibre nueve milímetros y fragmentos de perdigones de escopeta. Estos serán analizados en la Medicatura Forense para tratar de armar el rompecabezas y identificar a los responsables. El OIJ está trabajando contra reloj para dar con estos tipos y llevarlos ante la justicia. Parece que hay movidas turbias detrás de todo esto, y necesitamos que la policía ponga toda la carne al asador para resolver este caso rápido y bien.
Muchos vecinos expresan su temor y frustración por la creciente inseguridad en la zona. Diay, dicen que antes se podían pasear tranquilos por la noche, pero ahora sienten que cualquier cosa puede pasar. Se quejan de la falta de patrullaje policial y piden medidas urgentes para garantizar su seguridad. Esta vara es complicada, porque la delincuencia parece estar agarrando fuerza por todos lados. Algunos incluso comentan que esto podría estar relacionado con viejas rencillas entre bandas rivales, aunque eso aún está por confirmarse.
Este tipo de incidentes nos recuerdan la importancia de fortalecer la prevención del delito y brindar apoyo a las familias afectadas. Necesitamos trabajar juntos, como sociedad, para construir un país más seguro y justo para todos. No podemos permitir que inocentes paguen el precio de la violencia. Que el espíritu solidario y la resiliencia típica de nosotros, los ticos, nos ayuden a superar este momento difícil y seguir construyendo un futuro mejor para nuestros hijos.
Es triste ver cómo la violencia afecta a los más vulnerables, especialmente a los niños. ¿Ustedes creen que las políticas actuales de seguridad son suficientes para combatir la criminalidad en zonas rurales como Paraíso de Cartago, o sería necesario implementar estrategias diferentes para proteger a nuestras comunidades?
	
		
			
		
		
	
				
			Según las primeras investigaciones del OIJ, el incidente ocurrió alrededor de la una de la mañana en el sector de Santiago de Paraíso. Un hombre identificado como José Morales, de 31 años, fue atacado brutalmente por dos sujetos que andaban en una moto. ¡Imagínate!, llegaron disparándole a matar, sin importarles nada ni nadie. Él, tratando de salvar su pellejo, corrió hacia una casa, pero los tipos lo persiguieron y terminaron acribillándolo. Qué salado este caso, mándale gomas al alma.
La Cruz Roja llegó al lugar en cuestión de minutos, pero ya era demasiado tarde. Morales yacía sin vida en la calle, dejando atrás una familia desconsolada. Pero la tragedia no terminó ahí. En medio del jaloneo y los disparos, una bala perdida alcanzó a un niño que estaba adentro de su casa. ¡Una torta!, meter al ñino en esto... Lo trasladaron de inmediato al Hospital Max Peralta de Cartago, pero debido a la gravedad de sus heridas, tuvo que ser transferido al HNN para recibir atención especializada.
El director general del Hospital Nacional de Niños, el doctor Carlos Jiménez Herrera, confirmó que el pequeño se encuentra en condición crítica, conectado a varios aparatos y recibiendo tratamiento intensivo. “Este paciente requiere de todos nuestros recursos”, comentó el doctor, visiblemente preocupado. “Se hicieron varias cirugías y ahora estamos monitoreando de cerca su evolución. Es una pelea dura, pero esperamos que pueda salir adelante.”
Las autoridades han recogido pruebas en el sitio del crimen, incluyendo casquillos de bala calibre nueve milímetros y fragmentos de perdigones de escopeta. Estos serán analizados en la Medicatura Forense para tratar de armar el rompecabezas y identificar a los responsables. El OIJ está trabajando contra reloj para dar con estos tipos y llevarlos ante la justicia. Parece que hay movidas turbias detrás de todo esto, y necesitamos que la policía ponga toda la carne al asador para resolver este caso rápido y bien.
Muchos vecinos expresan su temor y frustración por la creciente inseguridad en la zona. Diay, dicen que antes se podían pasear tranquilos por la noche, pero ahora sienten que cualquier cosa puede pasar. Se quejan de la falta de patrullaje policial y piden medidas urgentes para garantizar su seguridad. Esta vara es complicada, porque la delincuencia parece estar agarrando fuerza por todos lados. Algunos incluso comentan que esto podría estar relacionado con viejas rencillas entre bandas rivales, aunque eso aún está por confirmarse.
Este tipo de incidentes nos recuerdan la importancia de fortalecer la prevención del delito y brindar apoyo a las familias afectadas. Necesitamos trabajar juntos, como sociedad, para construir un país más seguro y justo para todos. No podemos permitir que inocentes paguen el precio de la violencia. Que el espíritu solidario y la resiliencia típica de nosotros, los ticos, nos ayuden a superar este momento difícil y seguir construyendo un futuro mejor para nuestros hijos.
Es triste ver cómo la violencia afecta a los más vulnerables, especialmente a los niños. ¿Ustedes creen que las políticas actuales de seguridad son suficientes para combatir la criminalidad en zonas rurales como Paraíso de Cartago, o sería necesario implementar estrategias diferentes para proteger a nuestras comunidades?