¡Ay, Dios mío! Cartago amaneció empapada y con un susto tremendo esta tarde. Una lluvia que parecía no tener fin, combinada con un tornadito juguetón – aunque nada divertido para quienes lo vivieron – dejó varios sectores del cantón royéndose las uñas y con problemas por doquier. Según nos cuentan desde la Municipalidad, esto no es precisamente nuevo, vamos, es casi normal en estas épocas de invierno, pero bueno, ¡esta sí que le pegó!
El Alcalde Mario Redondo, bien rápido sacando declaraciones, nos explicó que el agua se salió de madre en varias zonas, las acequias gritaron basta y las alcantarillas simplemente no podían más. Y ni hablar de los árboles, algunos decidieron darse un chapuzón en medio de la calle, complicando aún más las cosas. Lo peor, la Florencio del Castillo, la ruta principal, tuvo que cerrar un carril, generando un tráfico que daba pena ver. Un verdadero quilombo, digámoslo así.
“Fue bastante complicado, diay... Estábamos tranquilos acá pensando en cómo mejorar las cosas y de pronto ¡bam!, la naturaleza nos puso a prueba,” comentó el alcalde, visiblemente preocupado. Dijo que la Muni ha estado trabajando duro para limpiar el río Taras y sus afluentes, pero eso quedó pendiente porque la lluvia siguió cayendo a cántaros. Uno no quiere meterse ahí mientras llueve así, eso sería pedirle hasta un bache, ¿verdad?
La verdad, la escena era de película. Videos que circulan por WhatsApp muestran el agua corriendo por las calles como si fueran ríos, vehículos atrapados en el barro y vecinos tratando de tapar lo que podían con lonas y tablas. Algunos maes, valientes, intentaban sacar el agua de sus casas con baldes, pero la batalla parecía perdida. Imagínate el estrés, buscando dónde poner tanta agua que te entra por todos lados...
Por supuesto, la Cruz Roja y los bomberos anduvieron activísimos atendiendo emergencias y brindando apoyo a los afectados. Se movilizaron equipos de rescate para ayudar a personas varadas y evacuar viviendas en riesgo de derrumbe. En fin, un despliegue impresionante de nuestros héroes locales, siempre listos para echarle pata arriba en estos momentos difíciles. Gracias a ellos, a pesar del susto, nadie resultó herido gravemente.
Pero la cosa no termina ahí, chunches. Con la temporada lluviosa en pleno apogeo, se espera que las precipitaciones continúen intensificándose durante octubre y noviembre. Por eso, el alcalde Redondo hizo un llamado urgente a la población para que tomen todas las precauciones necesarias. “Queremos que la gente esté informada y preparada para enfrentar cualquier eventualidad,” enfatizó. Así que, amigos, aseguren techos, revisen desagües y estén atentos a las alertas del IMN. Mejor prevenir que lamentar, como dicen por acá.
Ahora, hablando de prevención y planificación, me surge una pregunta: ¿creen ustedes que la Municipalidad debería invertir más en sistemas de drenaje y mitigación de riesgos, o piensan que los esfuerzos actuales son suficientes para hacer frente a estos fenómenos climáticos cada vez más frecuentes e intensos? Compartan sus ideas y experiencias en los comentarios, ¡me interesa saber qué piensan mis compas cartagineses y del resto del país!
Finalmente, cabe destacar que, a pesar de todo el revuelo, la comunidad cartaginesita demostró una admirable capacidad de resiliencia y solidaridad. Vecinos ayudando a vecinos, compartiendo alimentos y ofreciendo refugio a quienes lo necesitaban. Esa es la verdadera esencia de nuestro pueblo, ¡siempre echándole ganas y levantándose después de cada adversidad! Que siga así, Cartago, ¡qué orgullo verte así!
El Alcalde Mario Redondo, bien rápido sacando declaraciones, nos explicó que el agua se salió de madre en varias zonas, las acequias gritaron basta y las alcantarillas simplemente no podían más. Y ni hablar de los árboles, algunos decidieron darse un chapuzón en medio de la calle, complicando aún más las cosas. Lo peor, la Florencio del Castillo, la ruta principal, tuvo que cerrar un carril, generando un tráfico que daba pena ver. Un verdadero quilombo, digámoslo así.
“Fue bastante complicado, diay... Estábamos tranquilos acá pensando en cómo mejorar las cosas y de pronto ¡bam!, la naturaleza nos puso a prueba,” comentó el alcalde, visiblemente preocupado. Dijo que la Muni ha estado trabajando duro para limpiar el río Taras y sus afluentes, pero eso quedó pendiente porque la lluvia siguió cayendo a cántaros. Uno no quiere meterse ahí mientras llueve así, eso sería pedirle hasta un bache, ¿verdad?
La verdad, la escena era de película. Videos que circulan por WhatsApp muestran el agua corriendo por las calles como si fueran ríos, vehículos atrapados en el barro y vecinos tratando de tapar lo que podían con lonas y tablas. Algunos maes, valientes, intentaban sacar el agua de sus casas con baldes, pero la batalla parecía perdida. Imagínate el estrés, buscando dónde poner tanta agua que te entra por todos lados...
Por supuesto, la Cruz Roja y los bomberos anduvieron activísimos atendiendo emergencias y brindando apoyo a los afectados. Se movilizaron equipos de rescate para ayudar a personas varadas y evacuar viviendas en riesgo de derrumbe. En fin, un despliegue impresionante de nuestros héroes locales, siempre listos para echarle pata arriba en estos momentos difíciles. Gracias a ellos, a pesar del susto, nadie resultó herido gravemente.
Pero la cosa no termina ahí, chunches. Con la temporada lluviosa en pleno apogeo, se espera que las precipitaciones continúen intensificándose durante octubre y noviembre. Por eso, el alcalde Redondo hizo un llamado urgente a la población para que tomen todas las precauciones necesarias. “Queremos que la gente esté informada y preparada para enfrentar cualquier eventualidad,” enfatizó. Así que, amigos, aseguren techos, revisen desagües y estén atentos a las alertas del IMN. Mejor prevenir que lamentar, como dicen por acá.
Ahora, hablando de prevención y planificación, me surge una pregunta: ¿creen ustedes que la Municipalidad debería invertir más en sistemas de drenaje y mitigación de riesgos, o piensan que los esfuerzos actuales son suficientes para hacer frente a estos fenómenos climáticos cada vez más frecuentes e intensos? Compartan sus ideas y experiencias en los comentarios, ¡me interesa saber qué piensan mis compas cartagineses y del resto del país!
Finalmente, cabe destacar que, a pesar de todo el revuelo, la comunidad cartaginesita demostró una admirable capacidad de resiliencia y solidaridad. Vecinos ayudando a vecinos, compartiendo alimentos y ofreciendo refugio a quienes lo necesitaban. Esa es la verdadera esencia de nuestro pueblo, ¡siempre echándole ganas y levantándose después de cada adversidad! Que siga así, Cartago, ¡qué orgullo verte así!
